El budismo zen es una práctica milenaria no religiosa que ha tenido un fuerte impacto en la filosofía, psicología y en las artes orientales, especialmente en China y Japón. A partir de principios del Siglo XX se ha difundido en occidente, influenciando profundamente la filosofía, la psicología y la literatura a través de grandes personalidades como los filósofos Arthur Schopenhauer y Martín Heidegger, el psicólogo Carl Joung y los escritores Aldous Huxley y Hermann Hesse.

En La Plata el Dojo Zen de la Kosen Sangha es una entidad sin fines de lucro que desarrolla  la práctica cotidiana del zen ininterrumpidamente desde hace más de 15 años. Allí se nuclean  personas que, más allá de su nivel socio-económico, creencia religiosa, tendencia política o edad, se interesan en volver a la raíz de su propia vida. Y bien vale decir, que la práctica del zen se encuentra al alcance de todos, no requiriéndose conocimiento ni experiencia previa.

Para Nicolás Nessi, uno de los monjes del Doho, el zen es una práctica inherente al ser humano, por eso cualquiera puede ejercerlo. “No es una religión y no hace falta adoptar ningún dogma, simplemente realizar esa práctica que nosotros continuamos, que se llama zazen, que en su esencia es mirarse a uno mismo, llevar la concentración y atención hacia adentro y lo puede hacer cualquier, no haciendo falta ser budista para hacer esa práctica”.

Ser Zen es practicar la gran sentada de los Budas, es decir el zazen, meditación sentada en posición del loto que es la esencia del budismo, es saber hacer silencio en el interior de uno mismo y descubrir la verdadera dimensión interior. La práctica de zazen es la vuelta a la condición normal del cuerpo y del espíritu, es volver al equilibrio original del cuerpo, mejorando la concentración, equilibrando la actividad del cerebro y del sistema nervioso y regularizando el ritmo respiratorio.

“En zen no hay niveles, desde el maestro hasta el más nuevo de los discípulos hacen la misma práctica, lo que si se recomienda es tener una regularidad, yo practico todos los días hace muchos años, hay gente que practica una vez por semana; y cada uno lo va regulando. El zazen es un tesoro, es una manera de ir para adentro, es lo que necesitamos todas las personas y que cada uno lo utilizará de acuerdo a su situación”, explica y concluye el monje del Dojo Zen La Plata.