Curas y política en la historia argentina: pasado y presente de un vínculo persistente
La presencia del catolicismo en el espacio público a través de la historia y las características de la relación según las épocas
Semanas atrás, el Presidente Alberto Fernández recibió en la residencia de Olivos a dos grupos de sacerdotes. El miércoles 25 de marzo lo hicieron los Curas Villeros y dos días después, fue el turno de los OPP, los Curas en la Opción por los pobres. Entre los primeros, resaltó la presencia del conocido padre “Pepe” di Paola (de la Villa La Cárcova, en el partido de San Martín) y del obispo Gustavo Carrara. Entre los segundos, se encontraban Eduardo de la Serna y Francisco “Paco” Olveira de las diócesis de Quilmes y Merlo-Moreno respectivamente, dos de los curas más conocidos del grupo por ser consultados asiduamente por los medios de comunicación.
Aunque a menudo se los confunde, existen diferencias entre los dos grupos. Algunas son sólo formales -los villeros son de Capital Federal y Gran Buenos Aires, mientras que los OPP son de todo el país- y otras más de fondo. Con frecuencia se destaca la mayor cercanía de los curas villeros al Papa Francisco, por el estrecho vínculo que los unía desde la época en que Francisco era Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires. Y aunque los dos grupos se referencian en la figura de Carlos Mugica, los OPP expresan una continuidad directa con el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, cuya corta, pero intensa vida, tuvo lugar en Argentina entre 1968 y 1974; este último año, precisamente, el del asesinato de uno de sus máximos referentes como fue Carlos Mugica.
Durante la primera semana del Aislamiento social, preventivo y obligatorio, el presidente se reunió con estos dos grupos como parte de otras consultas realizadas a otras autoridades eclesiásticas y a otros dirigentes sociales, políticos, sindicales y empresariales. Las conversaciones con los curas estuvieron atravesadas por la preocupación acerca de la situación de los barrios más pobres en el contexto de la pandemia COVID 19, las dificultades para cumplir el aislamiento dada la precariedad de la vivienda y las evidentes necesidades alimentarias de una población que vive de las “changas” (en su mayoría, con trabajo informal y precario) y que se ve impedida de realizarlas durante los días de la cuarentena.
¿Qué hacen estos curas hablando con el Presidente? ¿Cuál es la historia que explica esta situación que para una buena parte de la población puede resultar, no solo “normal” y “lógica”, sino incluso estimable?
Desde el siglo XVIII hasta buena parte del siglo XX, con intensidad variada, la Iglesia católica buscó ocupar el espacio público y proporcionar los fundamentos del orden social. Los curas, por definición, eran mediadores entre los hombres y la divinidad, pero además establecían vínculos entre los feligreses y las autoridades superiores. En la época colonial eran el “rostro de la monarquía” y en el siglo XIX los distintos elencos gobernantes descansaron en las funciones que los párrocos podían desempeñar en sus territorios. Como autoridades de un poder institucional y como mediadores —y en determinados contextos de escasez de recursos de todo tipo— los curas debían solucionar problemas relativos a cuestiones internas o externas a la comunidad. Y con frecuencia, para hacerlo, se vieron enfrentados a la tarea de compatibilizar los intereses de los distintos sectores, cumplir sus funciones institucionales y hacer lugar a las elecciones personales.
Sus posiciones también cambiaron al ritmo de las transformaciones del país, el mundo y la Iglesia Católica. A escala de la Argentina no se encontraron al margen de los conflictos políticos entre peronistas y antiperonistas o católicos y liberales, para mencionar solo algunas de las antinomias que atraviesan nuestra historia. En medio de algunos de estos enfrentamientos tomaron posiciones, elaboraron estrategias, lideraron grupos, ganaron y perdieron. Algunas biografías nos resultan más conocidas: el Cura Brochero hacía política junto a los liberales o radicales, según las épocas, bajo la promesa de la llegada del tren a Traslasierra; Hernán Benítez participó activamente de la Fundación Eva Perón y el mismo Mugica dotó a su sacerdocio de un carácter netamente político.
Pese a que el mundo religioso de nuestro país se ha diversificado y los curas han visto restringido su casi monopolio de acción en el terreno confesional debido a la emergencia de otros “especialistas o ministros”, la presencia del catolicismo en el espacio público es una constante a lo largo de nuestra historia y ha asumido distintas características según las épocas. Su opinión es reclamada en distintas coyunturas y la misma sobrepasa las temáticas confesionales cuando se convierten en interlocutores privilegiados, como en estos días.
*Dra. en Historia e investigadora de CONICET. Autora, entre otros libros, de Curas con los pies en la tierra. Una historia de la Iglesia en la Argentina contada desde abajo. (Bs. As, Sudamericana, 2016)