San Francisco, la ciudad más europea de Estados Unidos
Su peso histórico, su patrimonio cultural y la magia que esconde en cada esquina, justifican que muchos la llamen “la cuidad dorada”.
Pisé San Francisco por primera vez con 19 años de edad, siendo mi primera vez fuera del país y estando sola. Si en ese entonces, me hubieran advertido que San Francisco era la mitad de maravillosa de lo que es, no lo habría creído. Es que “Frisco” es mucho más que un destino turístico y un puente. Su peso histórico, su patrimonio cultural y la magia que esconde en cada esquina, justifican que muchos la llamen “la cuidad dorada”.
Mire por donde se la mire, San Francisco es una ciudad atípica. Comencemos analizando a sus ciudadanos. Si bien es una de las ciudades más famosas del mundo, no llega al millón de habitantes. Y es importante destacar que menos de la mitad de ellos son blancos, otra minoría en una ciudad sin mayorías. El 33% son asiáticos, en su mayoría chinos; y el 15% son (somos) latinos, en su mayoría ilegales.
Puesta en contexto, la naturaleza cosmopolita de la ciudad, hablemos de cómo son sus habitantes. El sanfranciscano se diferencia de cierto modo del resto de los norteamericanos. Es el paréntesis de la oración. Pareciera que todas las personas que uno conoce en San Francisco, vienen de otro lugar. Son los buscadores, los aventureros, los insatisfechos. En un país donde reinan los prejuicios y la exclusión, donde un hiyab es terrorismo y una bala es patria, San Francisco es, sin lugar a dudas, La Capital de la contracultura. ¿Eso significa que en San Francisco no hay marginación, segregación, injusticia...? Absolutamente no.
San Francisco no deja de ser parte de un todo, pero se podría decir que es una excepción a la regla en varios aspectos. Además, muchos insisten en describir a San Francisco como "la ciudad más europea de Estados Unidos", lo cual no está muy alejado de la realidad. Es que San Francisco tiene cierto joie-de-vivre que recuerda más a Europa que al resto de Norteamérica. Su integridad arquitectónica, el gusto por la buena comida y lo genuino de sus calles y sus cafés te transportan directamente al viejo continente.
Y a esto, suma la diversidad cultural que compone a la ciudad. Todos los clichés -los "cable cars", las sirenas de niebla, el Golden Gate- están ahí para la toma. Pero esta joya de ciudad es también un lugar de rebeldía exuberante donde sus habitantes experimentan continuamente nuevas ideas sobre espiritualidad, sexualidad, potencial humano, en los laboratorios de sus vidas, y luego difunden estas ideas con el resto de la nación y el mundo.
La ciudad tiene un pasado a puro color, habiendo crecido de un pequeño pueblo a una ilustre ciudad casi en un abrir y cerrar de ojos durante la fiebre del oro en 1849. Los escritores de la generación "beat", los hippies de Summer of Love y la enorme comunidad LGBT han contribuido en hacer de San Francisco la fascinante ciudad que es hoy.
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