Tras el revuelo ocasionado por las declaraciones de la ministra de Educación de CABA, Soledad Acuña, donde fue acusada de hacer discriminación ideológica, la funcionaria volvió a ser centro de atención al apuntar una vez más contra la militancia sindical. Acuña apuntó una vez más a los docentes y reivindicó la decisión de descontar salario a quienes no asistieran a dar clases presenciales por motivo de protestas gremiales.

La discusión se dio al aire del programa de TV Intratables, donde la funcionaria se explayó sobre la inminente vuelta a clases presenciales en la Ciudad, que fue ratificada ayer por la gestión de Horacio Rodríguez Larreta, con el 17 de febrero como fecha definitiva de arranque. El anuncio fue criticado por sectores sindicales como Ademys, que criticaron la presunta falta de planificación sobre la medida.

En su intervención, Acuña se refirió al rol de los docentes y fue terminante. “Nosotros reconocemos el trabajo enorme de todos los docentes y por eso yo diferencio la vocación y la voluntad de todos ellos para la vuelta a la presencialidad de algunas manifestaciones de algunos sindicalistas”, disparó la titular de Educación porteña.

“Ellos pueden tomar la medida de fuerza que quieran, pero no están yendo a trabajar. Cuando no van a trabajar, se descuenta el día. Esto ha sido siempre así en la Ciudad, incluso fue a la Justicia y fue ratificado, por lo que tiene todo el marco de legalidad que corresponde. Ellos tienen el derecho a manifestar su posición y el Estado, a descontar el día no trabajado”, añadió.

“Así como conté que para los niños y niñas hay un listado del Ministerio de Salud que define cuándo se es población de riesgo, lo mismo sucede para los adultos. En el caso de que el docente sea de riesgo, hay una nueva licencia que está en las normativas del año pasado y que los exceptúa de la presencialidad, pero no del trabajo. Tienen que seguir dando clase a distancia”, agregó.

Cabe recordar que Acuña ya había sido blanco de críticas por sus declaraciones frente a quienes cursaban la carrera docente, a quienes calificaba de manera crítica por provenir de “sectores bajos”, al mismo tiempo que denostaba a los docentes en ejercicio, quienes iban presuntamente a “militar” en lugar de impartir clases.