Julio es un mes importante para el deporte argentino, a partir del 26 de julio se disputarán los XVIII Juegos Panamericanos en Lima hasta el 11 de agosto y diferentes deportistas competirán por el sueño de conseguir un nuevo logro para su carrera o un pasaje que los deje en los Juegos Olímpicos del próximo año que se diputarán en Tokio. Pero en esta ocasión, las deportistas nacionales, no solo deberán dejar todo por una distinción deportiva, sino que deberán ganar una medalla para poder seguir cobrando una beca. Es decir, ganar para cobrar.

Dentro de esta órbita de ajuste, la Agencia de Deporte Nacional (ex Secretaría de Deportes de la Nación, sacada por un Decreto impulsado por Macri),  con Diógenes de Urquiza como titular (sucesor de Carlos Mac Allister, amigo de Mauricio Macri) tendrían decidido retirarle las becas a partir de septiembre a aquellos que no suban al podio en la capital peruana. Vale destacar que los deportistas viven de dos ayudas becarias: de la ex Secretaria de Deporte (desde los Juegos Panamericanos de Mar del Plata 1995) y las otorgadas por Enard (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo).

“Hay una forma que se ha potenciado año tras año mientras gobierna el macrismo que es la pérdida de presupuesto para las cosas importantes y transcendentes: educación, salud y deporte”, aseguró Claudio Morresi ex Secretario de Deportes en dialogo con este medio. Además, sostuvo que “después de lo que suceda en Lima, puede ser el quiebre para el deporte argentino, si realmente se termina el acompañamiento y solamente se busca una pequeña elite, como pretende este gobierno, que los chicos de familias ricas puedan desarrollarse en disciplinas al estar el Estado ausente. Es una una situación injusta y desigual para los argentinos”.

Este dato fue dado a conocer por el periodista de investigación, Ernesto Rodríguez y publicado en su página h/EPHECTOsport.com.ar . En una nota titulada “Tiempos de Tijeras”, detalló que en 2019 De Urquiza deberá gestionar el más bajo presupuesto del cuadrienio de Macri en el poder, por un total de 991 millones de pesos (unos u$s 26 millones), 106 millones menos que los que dispuso el área para este ejercicio que se acaba (y la tercera parte de lo que dispuso Mac Allister en 2016 en valores constantes. En ese panorama complicado, el alto rendimiento es el área que más sufrirá los recortes ya que su participación en la torta global pasó del 38,50% en 2016 a un magro 25,23% en 2019. Pasó de 1.350 millones de pesos a 991 millones.

Según números estadísticos consultados ante fuentes del deporte argentino y teniendo en cuenta una inflación del 120% aproximadamente desde 2016 hasta la fecha, el presupuesto debería ser 2.700 millones de pesos. Sin dudas, un número que está muy lejos al actual.

“Hay un ajuste atroz para que se pueda desarrollar el deporte, si a esto le sumamos la increíble decisión de esta gente que solo busca hacer negocios con las obras deportivas,  decidiendo tirar abajo, piletas, gimnasios, pistas, canchas, hoteles, escuelas e instituto que conforman el Centro de Alto rendimiento (CeNARD) en Núñez, para hacer torres inmobiliarias y pagar la enorme deuda que contrajo que nos está asfixiando a todos, antes de seguir desarrollando en el deporte argentino, buscan políticas deportivas para sus conveniencia”, manifestó Morresi a la hora de analizar un panorama más amplio del deporte nacional.

Vale destacar que uno de los temas durante el año pasado de discusión entre gobierno y deporte nacional, fue la venta del CeNARD, que finalmente no se terminó realizando por la protesta de muchos deportistas.

Otro de los temas particulares de la AND y el gobierno, son los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires y todo lo que conlleva: inversiones de millones de dólares en obras que no son utilizadas (Ej: el Predio Inmobiliario de Villa Soldati que iba a ser destinado para diferentes familias necesitadas de hogar, pero no fueron destinados a casi un año del evento) y cientos de jóvenes deportistas nacionales, que hoy en día no tienen apoyo económico por parte del Estado para continuar su carrera, incluso hasta los que lograron medalla, como el caso de la remera María Sol Ordás, ganadora de la medalla de oro en Remo, que dejó la competencia internacional al no recibir más el apoyo.

“Durante cinco años todos los argentinos estuvimos apoyando, aportando, acompañando a todos estos jóvenes que muchísimo de ellos se transformaron en grandes deportistas, que lograron medallas y los que no logaron medallas tuvieron una base para seguir creciendo y potenciándose. Toda esa inversión la están tirando a la basura, muchos de ellos no cobran y no pueden seguir desarrollándose de la manera que lo venían haciendo. Se va a anotar en el trascurso del tiempo que no pudieron llegar al lugar que podrían haber llegado”, cuenta Morresi.

A un poco más de tres semanas de que comiencen los juegos en Lima, los deportistas nacionales, que se preparan día a día para llegar de la mejor manera entrenando y consiguiendo ingresos vendiendo rifas o con sus ahorros personales, llegan a la capital de Perú con la incertidumbre y la presión de quedar dentro de los tres primeros en su disciplina, para poder seguir recibiendo la ayuda del Estado, que está cada vez más ausente en materia deportiva.