Al ya rutinario monitoreo del dólar se ha sumado el seguimiento del índice de “riesgo país”. En abril, este indicador aumentó 25% alcanzando picos de 1000 puntos básicos. Asimismo, las acciones argentinas que cotizan en Wall Street cayeron en promedio 12% y el dólar, como de costumbre, subió un 8%. Por estos motivos, y no por los que alguna vez soñó el gobierno, Argentina volvió a ocupar un espacio en la prensa financiera internacional.

El riesgo país es un índice que captura el diferencial de rendimientos entre los bonos soberanos denominados en dólares de la Argentina y los de EEUU. Dicho de otra manera, el riesgo país no es más que el rendimiento de los bonos argentinos neto del costo de oportunidad internacional. A mayor rendimiento, mayor riesgo de default. 

Los títulos que emite el tesoro norteamericano son una referencia para el resto de los bonos porque están libres de riesgo de default. Como ha dicho en mas de una oportunidad el ex banquero central Alan Greenspan, EEUU siempre puede imprimir más dinero para pagar sus obligaciones. Si bien en cierto que la Fed no suele “monetizar” el déficit fiscal en forma directa, lo hace indirectamente a través del mercado interbancario cuando crea liquidez para mantener su objetivo de tasa de interés. Por otro lado, dado que el sistema monetario internacional esta basado en el patrón dólar, la Fed no solo tiene la capacidad de actuar como prestamista de última instancia, sino que además resulta improbable una corrida internacional contra los bonos del tesoro norteamericano.

Argentina, por el contrario, no emite moneda internacional, ni siquiera el peso funciona como reserva de valor a nivel doméstico  y, como si fuese poco, los gobiernos neoliberales tienen la obsesión de emitir deuda en dólares, incluso para pagar gastos corrientes en pesos. Hasta que algún día el Congreso no sancione alguna ley que limite el endeudamiento en moneda extranjera, la historia argentina se repetirá una y otra vez. Las crisis de deuda han tenido siempre la misma dinámica. Estos gobiernos se endeudan en moneda extranjera hasta agotar el crédito internacional. Luego, asustados por la presión cambiaria que ellos mismos generaron, hasta los mas acérrimos defensores del libre mercado salen a vender reservas para evitar el colapso económico, político y social.  El final de la película es casi siempre el mismo: las reservas se evaporan y la deuda en dólares termina aumentando por los créditos del FMI.  

El riesgo país ha estado aumentado porque hay dudas sobre capacidad financiera de repago del país. Si bien es cierto que los mercados no son eficientes, porque nadie puede tener certeza sobre los eventos futuros, los agentes económicos no operan en la ignorancia total. Con mayor o menor rigurosidad, los operadores financieros adquieren cierto conocimiento y experiencia que van poniendo en práctica, por ejemplo, reduciendo la exposición a los activos argentinos ante el aumento de la fragilidad externa.

En solo tres años, el gobierno de Macri aumentó la deuda pública con riesgo de default, es decir, aquella denominada en moneda extranjera y en manos de privados y organismos internacionales, de 73 a 170 mil millones de dólares. Además, por si quedara alguna duda, Argentina tuvo que recurrir al FMI frente a la mala praxis en el manejo de la crisis cambiaria.

Mas allá de la “espuma” política de todo periodo electoral, la incertidumbre del mercado tiene fundamentos económicos. El riesgo país estuvo bajando desde 2013 hasta diciembre de 2017. Sin embargo, desde entonces, a contramano de la región, este indicador emprendió una tendencia alcista que pareciera no tener techo.

*Investigador y estudiante de doctorado en The New School for Social Research. Professor Adjunto, John Jay College – CUNY . Twitter: @matiasdelucchi