El 9 de octubre de 1940, no bajo un bombardeo como se ha dicho tantas veces, pero si en plena segunda guerra mundial, nacía en Liverpool, Inglaterra, alguien que iba a cambiar la cultura del mundo entero. John Winston Lennon, hijo de Julia Stanley y Fred Lennon, sería criado por su tía Mimí, luego de que la pareja se separara.

Lennon enloqueció con la música el día que escuchó Heartbreak Hotel de Elvis Presley, de ahí en más nada fue igual para él. Encontró su razón de vivir y se consiguió una guitarra. Junto a algunos compañeros de colegio armó su primera y rudimentaria banda, Los Quarry Men, en honor al nombre de su escuela. En 1957 conoció a un tal Paul McCartney y en función del crecimiento musical de la banda lo incorporó al combo. Paul trajo a un joven George Harrison que tocaba bien la guitarra y la base del grupo más influyente de la historia quedó conformada.

Tras bautizarse como Beatles y pelearla como pocos, la banda conquistó el mundo con su música. Fue John el líder y quien dirigió el camino durante todo el primer período, pero también quien buscaba algo más que el efímero éxito pop. Ya en 1965, con los aullidos de las fans que no dejaban pensar, Lennon pedía auxilio en la canción Help! Nadie, casi ni él mismo, se dio cuenta de que John era un artista que tenía mucho más para dar y decir. En 1966 estalló una polémica en los EEUU por unos dichos acerca de la religión. Tuvo que salir a pedir disculpas y explicar lo inexplicable, eso lo hizo madurar, de ahí en más iba a decir lo que sentía. Enseguida rompió la prohibición de su manager y empezó a decir que la guerra de Vietnam era ridícula, y de ahí que cualquier guerra era ridícula.

Cuando conoció a Yoko Ono sintió que había encontrado a su alma gemela y al vehículo para ser como realmente quería ser. Se dejo crecer el pelo, se puso sus anteojitos redondos y escribió Revolution. Los otros Beatles lo miraron de reojo, esa canción era todo un manifiesto político. John se define de izquierdas y comete la osadía de decirle a sus compañeros de militancia que está bien, que hay que hacer la revolución, pero cómo? Y entra en dudas, si hablas de destrucción puedes contarme afuera& o adentro? . De ahí en más empezó con sus campañas junto a Yoko, primero por la paz, pasando semanas en una cama, plantando bellotas o metiéndose en una bolsa. Luego, una vez separados los Beatles y mudado a New York, de manera más activa, peleando mano a mano contra el gobierno de Richard Nixon. El decía que los espiaban y nadie le creyó. Con el tiempo se abrió el expediente y efectivamente el FBI lo había estado vigilando por años considerándolo una peligrosa influencia para la juventud politizada.

En 1969 había anunciado a sus compañeros que ya no quería estar en la banda y entre Paul y el por entonces manager, Allen Klein, lo frenaron. Luego Paul pegaría el portazo. Pero fue John, en su canción God, que puso el epitafio a la banda y nos dijo a los fans que el sueño había terminado y que deberíamos arreglárnosla solos.

En el 74 se separó de Yoko por un año y medio, pero no dejó de hablar con ella ni un solo día. Ella le dijo, andá, madurá, sacate los demonios adolescentes y después volvé. Así lo hizo y de la reunión nació Sean, su segundo hijo, al cual decidió dedicarle sus años siguientes retirándose de la música.

Unos años después volvería al ruedo. En 1980 editó el genial Double Fantasy y pensaba seguir. En carpeta tenía una gira por Europa, más discos y hasta la loca idea de reunir a los Beatles.

No puede ser, un imbécil, que simboliza lo peor del mundo lo mató. Total agarrar un arma y cambiar balas por vida es muy fácil, allá, acá y en todas partes.

Por suerte nos queda su obra que es su vida. Porque John era un artista, más que un músico. Un tipo que ponía el cuerpo, sus ideas y que abordara el arte que abordara ponía algo de su ser.

Por hacer el mundo un poquito mejor, gracias John!