Edipo no pudo alterar su funesto destino pero su valentía le permitió ser antes héroe. Dio muerte a su padre confundiéndolo entre los mortales, enfrentó a la esfinge y descreyó a los dioses, el pueblo de Tebas lo coronó rey y más tarde le aceptaría el destierro, le tocó en suerte a su madre de esposa y fecundó hermanos con ella. Este rey aceptó la culpa y habitó el lugar del mal, salvando a sus vecinos de la peste que los acechaba.

Es Fabián Vena quien hace de Edipo Rey y Alejandra Darín la que interpreta a Yocasta en la recién estrenada obra de teatro que se presenta en el Centro Cultural de la Cooperación de la avenida Corrientes al 1543. Una puesta en escena íntima y profunda que llena el espacio con la fuerza de sus voces, donde las súplicas y los lamentos, la duda y el dolor compaginan el  clima de esta tragedia griega, considerada  en la cúspide de las de su forma.

Freud la retomó para explicar la relación hijo-madre en la infancia,  otorgándole el nombre de Edipo a una estructura psíquica; hoy, un tiempo más adelante todavía, esta obra escrita antes de Cristo en años que no constan, plantea conexiones con la política a través de la visión del gobernante y su ofrecimiento al pueblo, con la idea circulante del devenir de los mortales, el incesto –naturalmente, y el vigor de la mirada social.

El director Jorge Vitti sintetiza el complejo discurso de Sófocles y descansa en actores experimentados que muestran una acabada internalización del libreto, logrando meter la historia entre las butacas. Hay angustia, desconcierto, discusiones, llantos y muerte en un marco de silencios y penumbras que construyen el palacio imaginario donde la verdad se hace tragedia a la vista del pueblo.

Alfredo Castellani, Willy Lemos, Cutuli, Juan Carlos Ricci, Gus Bassani y Alejandro Gallo Gosende son los personajes que con precisión llevan y acompañan al rey en esta tragedia. Cada uno hace un contundente aporte de realidad, aún sea desde la divinidad como Tiresias o Creonte a partir de consultar un oráculo, a sabiendas de lo que significarán sus palabras en el devenir de este rey identificado y nombrado desde su infancia por sus pies hinchados.