Nadia Muzyca las pasiones de la primera bailarina del Colón
La bailarina conversó con Diagonales sobre su vida profesional repleta de viajes, disciplina y sueños, y sobre su gran amor por uno de los teatros más destacados del mundo, el Teatro Colón. Mirá el video con la nota completa
Dice no ser la bailarina clásica típica, no por su estilo, sino por su personalidad; y es verdad, escapa al estereotipo de estructura y solemnidad que tienen adjudicados los de ese rubro, que reemplaza por una manera fresca y radiante. También dice ser inquieta y se podría agregar espontánea y sencilla, sumado al optimismo y pasión que deja entrever en las conversaciones y sobre todo, en su carrera.
Nadia Muzyca comenzó su profesión de muy chica cuando tomaba clases cerca de su casa de Quilmes y en un momento por consejo de su profesora se presentó a las tres pruebas del Colón y las superó, haciendo realidad todos esos momentos en los que bailaba y armaba coreografías en su casa como un juego que a los nueve años dejó de serlo para estar adentro de ese maravilloso teatro y comenzar una carrera de disciplina y esfuerzo con resultados que llegarían pronto.
Fue a los catorce que Julio Bocca la llamó para formar parte de su compañía para ser un año más tarde y durante cuatro su partener. Tiempo después, se desempeñó en el Teatro Argentino de La Plata por seis años, pero su sueño era el Colón. Me han ofrecido contratos en el exterior, pero yo sabía que si me iba no iba a volver porque era muy jovencita, y dije soy muy Susanita y me quedo allá porque voy a hacer mi familia. Mi meta era este hermoso teatro y poder ser primera figura de acá. Trabajé mucho, mucho y acá estoy , cuenta Nadia.
Es complejo pero creo mucho en el destino y las cosas que suceden es porque tienen que ser así, no hay que detenerse, seguir hacia adelante, y si tiene que ser va a ser. Les digo a las alumnas de mi escuela que se presentan para el Instituto del Colón que vengan felices, y si tiene que ser será, y si no, habrá otro camino o será la próxima vez, pero lo importante es no frustrarse porque las ves con tantos nervios y responsabilidad y no dejan de ser nenas. Que las cosas se van a ir sucediendo, siempre con trabajo, magia no , agrega.
Ahora, en cuanto al orden y lo metódico de esta profesión, no escapa nadie. Nadie que quiera ser profesional, al menos, como ella La disciplina es fundamental, tomarse de la barra todos los días, hacer los pasos de precalentamiento, inclusive siendo una primera figura. Es desde el día cero al último que uno se va a tener que tomar de la barra y hay veces que uno tiene ganas y hay veces que no, pero es fundamental para cuidar el cuerpo también, porque si uno tiene un ensayo fuerte y no te preparas las piernas, te podes lastimar y sucede.
Pero no solo es bailar, Nadia representa personajes en puestas en escena que combinan la danza y el teatro y que dice amar , sobre todo cuanto más dramático y expresivo es el personaje que le toque. Cuenta que hace poco cuando bailó Onegin en el rol de Tatiana, una fotógrafa le dijo que en el último acto le había sido muy difícil fotografiarla porque el lente estaba empañado de lágrimas para mí fue la mejor devolución que tuve de Tatiana, que al público le hayan pasado cosas, porque a mí me pasó de todo ahí arriba.
Ahí arriba es el Colón, la combinación perfecta de la mística de un lugar renombrado en el mundo y el talento de Nadia, un sitio que ella adora y explica es un lugar mágico, yo cada vez que subo al escenario para ensayar con orquesta y todo, y a pesar que estoy hace mil años acá, tiene ese no se qué. Realmente es uno de los teatros más bellos del mundo, tuve la oportunidad de conocer otros como la Ópera de París o el Bolshói en Rusia, pero la sala del Colón es maravillosa, no dejo de admirarla. Y les pasa a todos, ves sus caras.
Hablando de viajes y presentaciones justamente Nadia arrancó este año muy lejos, presentó su propio espectáculo de ballet tango y clásico en Egipto, Austria y Grecia. Luego, en su Quilmes Oeste natal y actual, abrió su escuela de danzas, mientras en el Colón fue haciendo los títulos de Don Quijote, Onegin para pasar a preparar La Bayadère y cerrar el año con Gissele y presentaciones en San Pablo con el ballet El Cascanueces. También recorre el interior del país acercando el Colón a muchos lugares.
Cuando se abre el telón yo salgo a disfrutar , dice Nadia con alegría y convicción sentada en el medio de los lujos ornamentales del teatro que la vio crecer y detrás la puerta grande contorneada con una alfombra roja y los circuitos del lugar como una metáfora de su vida en la danza. El Colón es parte de mi vida, mi segunda casa, viajo mucho por el interior dando masterclass o bailando, soy mamá, tengo mi escuela& En fin, dejo que la vida me vaya llevando o sorprendiendo".