Rossi: “Lo que hace Vidal con los intendentes, es lo que hace Macri con las provincias”
El jefe de la bancada del FPV-PJ en Diputados, se animó al íntimo de Diagonales. Habló de su infancia y sus inicios en la militancia. No faltó su opinión sobre el Gobierno de Macri y Vidal y sobre la tragedia del Ara San Juan
Uno de los dirigentes políticos más leales al proyecto que comenzó Néstor Kirchner y que continuó Cristina Fernandez de Kirchner se sumó al Ìntimo de Diagonales. Agustín Rossi habló de su infancia en Santa Fe y sobre cómo le afectó la muerte de su padre cuando tenía tan solo 12 años. Su vida en el pueblo y las travesuras de adolescente.
Además no dejó pasar el tiempo para realizar un análisis del Gobierno de Mauricio Macri en la Nación y de María Eugenia Vidal en la Provincia. Qué le cuentan los intendentes peronistas bonaerenses y cómo ve el futuro del peronismo de cara al 2019, fueron algunos de los otros interrogantes que respondió el ex ministro de Defensa.
Y por supuesto dio su punto de vista sobre el triunfo político obtenido hace unos días en la Cámara de Diputados, donde el peronismo se unió para arrebatarle un representante a Cambiemos en el Consejo de la Magistratura, lo que provocó la furia radical con el Gobierno.
En este momento de tu vida, ¿cómo te encontrás?
-Muy bien. Conforme con lo que estoy haciendo, disfruto de la tarea parlamentaria y legislativa. Durante mucho tiempo fui Presidente de bloque, estuve cuatro años y medio sin serlo, ya que dos años y medio fui Ministro de Defensa. Estoy muy contento con todo lo que construimos en la provincia de Santa Fe, nosotros hicimos una experiencia con Unidad Ciudadana en las últimas elecciones que nos permitió ganar las primarias en el Partido Justicialista, hemos logrado construir un espacio político muy importante y estoy muy feliz con todas las repercusiones positivas que tengo a esta aspiración de ser candidato a Presidente.
“Estoy muy feliz con todas las repercusiones positivas que tengo a esta aspiración de ser candidato a Presidente”.
En este momento laboral, sé de las limitaciones que tengo, porque ser Presidente de un bloque opositor, cuenta con el esfuerzo de ganar votaciones y es difícil. Lo viví cuando ganaba las votaciones siendo oficialista y genera una frustración porque sentís que no podes imponer nunca una idea y no podes bloquear iniciativas. Pero conforme porque este año tuvimos dos o tres debates importantes que yo destaco: uno fue trasversal porque nuestro bloque jugó un rol importantísimo con mayor cantidad de diputados y diputadas apoyando a la interrupción voluntaria del embarazo. Otro fue el año pasado, el debate que yo marco que fue un antes y un después en la relación de Macri con la sociedad, porque fue la primera vez que lo interpelamos fuertemente en el debate sobre la reforma previsional y después ganamos una votación en lo que fue la Ley de los frenos al tarifazo, que finalmente después Macri la vetó y recientemente con la mayoría que constituimos por el Consejo de la magistratura. Entonces se mezclan una cantidad de cosas que desde lo personal me hacen sentir bien, cómodo, tranquilo y sereno con lo que estoy haciendo.
Fuiste jefe de Bloque de la fuerza de Gobierno en Diputados y ahora te toca siendo oposición, ¿cómo se vive eso en el día a día y qué dificultades se tiene para lograr consenso con las demás fuerzas?
-Son desafíos distintos. El peso de la responsabilidad está cuando sos el Presidente del bloque oficialista porque del resultado que obtengas no solamente te implica algo a vos como bloque, sino que te influye al Gobierno que tenés que defender, representar y ayudar con las coaliciones que vayas conquistando. En el caso de la oposición partís de la base que no tenés mayoría, de que si logras construir un determinado consenso va hacer muy bien merituado y si no lo conseguís es lógico. Las responsabilidades son como las de los que patean el penal y el arquero, el presidente del bloque oficialista es el que patea el penal, tiene la obligación de ganar las todas las votaciones, a priori, a mí no me pasó entre el 2009 y el 2011 porque teníamos el Grupo A que había ganado la intermedia y había constituido la mayoría. El presidente del bloque opositor, por su parte, es el arquero, si atajás el penal bien, ahora si te hacen el gol estaba adentro de los parámetros y la normalidad. Pero si te hacen todos los penales termina generando una situación de impotencia, los cuerpos colectivos tienen que tener autoestima y eso hay que trabajarlo mucho, tenés que construir balances que no solamente tengan que ver con lo numérico.
“El presidente del Bloque opositor es el arquero. Si atajás el penal bien, ahora si te hacen el gol estaba dentro de la normalidad”.
Yo creo que, en la última votación del presupuesto, Cambiemos obtuvo un triunfo que lo vendió bien en la prensa, pero en realidad yo les decía a mis compañeros de bloque que el 2017 para el presupuesto del 2018 habían tenido 165 votos positivos, ahora tuvieron 138, el 2017 solo habíamos tenido 64 votos en contra, ahora fuimos 110 votos en contra. Hay que ver la película entera, hay que valorizar lo que está sucediendo en el conjunto de las sociedades, aunque el gobierno obtuvo una mayoría, pero en el debate público quedó claro que era un presupuesto que atentaba a la sociedad y era una herramienta/fotografía de la política económica que daña los argentinos y eso logramos instalarlos.
¿Cómo fue tu infancia en Santa Fe, en la localidad de Vera?
-Fue una infancia muy feliz hasta que murió mi viejo, él falleció cuando yo tenía 12 años y eso te marca. No es que pasó a ser infeliz, pero fue distinta, de mis amigos era el único que tenía el papá muerto, no era un aspecto que se notó a niveles de generar mucha tensión, pero nosotros éramos una familia de clase media con posibilidad de irnos de vacaciones todos los años y eso dejó de serlo, teníamos un auto que tuvimos que venderlo y una cantidad de circunstancias que empezamos a sentir en mi casa, porque el ingreso más importante pasó a ser el de mi mamá que era docente. Por eso había que restringirse en un montón de cosas que eran económicas que mientras vivía mi viejo no se sentían.
“Mi infancia fue muy feliz hasta que murió mi viejo cuando yo tenía 12 años”.
Pero aparte de ese hecho, la infancia en los pueblos genera mucha libertad, donde el patio de tu casa era el pueblo. Yo salía a la hora de la siesta, andaba en bicicleta, jugaba al fútbol, básquet, volvía a la noche y nadie se preocupaba. Pero con accesos a pocas cosas, en Vera recién cuando yo cumplí 13 o 14 años se inauguró una primera pileta de natación, antes en ningún club había. Después cosas normales en el pueblo. Había dos cines, donde íbamos sin saber qué película se daba, ibas porque era una costumbre o íbamos a los bailes en los clubes. También me acuerdo de tener las antenas de televisión en mi casa, que eran torres altas que tenías arriba de la terraza y acomodarlas para ver si enganchabas señal y ver algo bueno, era algo borroso (risas). Cuando éramos preadolescentes empezábamos a tener contactos con pueblos vecinos, entonces a la noche iba a bailar a otra localidad, hacíamos dedo para ir o yendo en una camioneta en la parte de atrás. La vida de los pueblos tiene muchas libertades, pero pocas posibilidades de desarrollar una cantidad de otras cuestiones.
¿Cuándo se despertó la idea de militar en el peronismo?
-Yo tenía un tío que tenía una pequeña editorial en Santa Fe y me regaló dos libros: uno que relataba la historia del Che y el otro de Félix Luna llamado “La Argentina. De Perón a Lanusse” editado a comienzo de los ‘70. Me acuerdo que me dijo: “No es para que te tomes todo lo que dice Luna, pero si para que te ubiques cronológicamente. Desde ahí supe qué fue lo que pasó desde la caída de Perón hasta su regreso, esos 18 años de exilio, ahí conocí a Frondizi, Illia, Onganía, los Colorados y los Azules. Ese fue mi primer contacto con la política, cuando tenía 12 años. También en mi casa había una biblioteca importante, de mi papá que era un gran lector y ahí podía acceder a una cantidad de textos, pero porque estaban en mi casa no era porque los había salido a buscar. De su biblioteca leí: “Historia Argentina” realizada por José María Rosa e “Historia crítica de los partidos políticos argentinos” de Rodolfo Puiggros. Pero a esa edad hice poco, participé en el Centro de Estudiantes de mi colegio, que tenía dos delegados por cursos. Me acuerdo que hicimos en un operativo sorpresa, le cambiamos el nombre la calle de acceso al colegio que se llamaba John F. Kennedy y se la modificamos por Chacho Peñaloza (risas). Pero cuando me voy a Rosario a estudiar en el año 1977,cuando empieza la Dictadura Militar, soy de la primera generación de estudiantes que tuvieron que rendir el examen de ingreso, empiezo a tomar contacto concreto con lo nacional y popular, comienzo a leer Jauretche y Hernández Arregui. En esa época, había que tener muchas ganas de ser Peronista, porque tenías que incorporarte al peronismo a partir de la historia y con una referencia de una gestión del ‘45 al ‘55, porque la gestión del ‘76 estaba toda ensuciada por la violencia, López Rega y demás.
¿Qué momento consideras frontera para dedicarte a la vida política?
-Hubo muchos momentos. Cuando yo empiezo a militar más decididamente fue a principios de los ‘80, donde iba a la facultad y seguía cursando, hasta que finalicé la cursada de Ingeniera justo en el año que aparece la Guerra de Malvinas. Cuando finaliza la guerra y empieza la recuperación de la Democracia, me dediqué de llenó a la militancia, fue una época donde había que re afiliar a los partidos políticos, salíamos casa por casa para afiliar gente al peronismo en términos generales y ya ahí tenía casi decido que el eje principal de mi vida iba hacer la militancia política.
“Empecé a militar decididamente a principio de los ‘80”.
Pero es entre el ‘85 y el ‘86 me di tiempo para rendir una cantidad de materias que me quedaban, di ecisiete de las nueve que me quedaban. En el ‘87 soy Concejal en Rosario hasta el ‘91, hasta en el ‘92 porque en la provincia de Santa Fe a la aparición de Carlos Menem se le suman Carlos Reutemann y en esos años me alejé de la militancia activa, me terminé de recibir de Ingeniero y me dediqué a la profesión. Tuve una etapa de mi vida donde la política no fue mi principal actividad y trabajaba como Ingeniero. A la política regresé en el 2001, volví cuando decían que se vayan todos, pero yo regresaba (risas).
“Tuve una etapa de mi vida donde me alejé de la política. A la política regresé en el 2001. Cuando decían ‘que se vayan todos’, yo regresaba”.
¿Los años de Menemismo fueron similares al contexto que estamos viviendo ahora?
-Similares en cuanto al modelo económico, pero en cuanto a los niveles de resistencia no. En los ‘90 hubo muchos menos resistencia que en la actualidad, ahora hay un grado de consciencia política en la sociedad que hace una crítica fuerte a este modelo, en aquellos años parecía que no había casi resistencia. Hay que recordar que la elección del ‘89 fueron Menem, Alsogaray y Angeloz, casi que los tres después terminaron planteando el mismo, un pensamiento único con la idea de que todo lo estatal era ineficiente y corrupto, entonces había que terminar con todo lo estatal.
“Los niveles de resistencia son mucho mayores ahora a los que hubo en los ’90”.
Ellos terminaron sustentando un sistema de privatizaciones, vinieron los indultos, la negación de todo lo que se había conseguido con la primavera democrática de Alfonsín. La resistencia hoy es mucho mayor en todos los sentidos. Cavallo mandó a lavar los platos a los científicos y no pasó nada, se fueron. Hoy agreden a los científicos y hay movilizaciones, asambleas, peleas y es otra la historia, los niveles de resistencia son muchos mayores ahora a los que hubo en los ‘90.
¿El Gobierno avasalla con una velocidad que no se esperaba?
-Sí, quizás fue una subestimación de parte nuestra porque todos creímos que en realidad el gobierno no iba avanzar con tantas modificaciones, porque el Macri que gana las elecciones, era un Macri conciliador con el modelo que se había construido, era un Macri que te decía vamos a cambiar algunas cosas que están mal, pero que todos los derechos que estaban conquistados se iban a mantener. El gobierno avanzó y ha generado un nivel de endeudamiento que nos va a condicionar al conjunto de los argentinos en las próximas generaciones y que será muy condicionante para el gobierno que surja a partir del 10 de diciembre del 2019. Más si es de característica nacional y popular. Esto es claramente así.
“El Gobierno generó un nivel de endeudamiento que nos va a condicionar al conjunto de los argentinos y al próximo Gobierno”.
¿Es el tema que más te preocupa de lo que va a dejar este Gobierno?
-En términos macro si, en términos micro lo que me preocupa es que nos va a dejar una sociedad con un 13,14 o 15% de desocupación, con un grado de desigualdad social importante, con una enorme recesión económica y con el 100 por 100 de endeudamiento del PBI. Ellos mismos en el presupuesto que aprobaron, que está desactualizado porque fue un presupuesto antes del segundo acuerdo con el FMI reconocen que van a tener una caída del 10 de diciembre del 2015 al 10 de diciembre del 2019 del 2% del PBI, que el PBI per cápita va a caer un 6%. O sea que vamos a tener una Argentina más desigual, porque si el per cápita cae más que por el promedio vamos a tener, marca un país desigual, empobrecido y un nivel de condicionamiento enorme por la deuda.
Sin ninguna duda, éste va a hacer el panorama, si alguien quiere decir que los cuatro años de Macri son cuatro años de perdida desde el punto de vista económico lo puede decir claramente. Esto también hay que pensarlo con respecto a los ‘90, hasta el año ‘95 la economía creció y tuvo una caída fundamentalmente por el efecto Tequila, pero hubo años después del ‘90 con la convertibilidad donde la economía crecía hasta 6 puntos. Entonces también marca una diferencia, los sectores populares en esos años de crecimiento económico, de baja inflación, tuvieron la posibilidad de acceso a créditos, cuotas, que le permitió acceder a una cantidad de bienes que ahora no pasa. Muchos argentinos pudieron comprarse su primer televisor a color, su primera heladera, el auto o planes inmobiliarios con la convertibilidad. Claramente esto generó que el gobierno de Menem llegue a la reelección con el 14 % de desocupaciones en el año ‘95, pero con una inflación 2 o 3 puntos anual, había cuestiones distintas, acá no hay nada. Tenés alta inflación, estancamiento de la actividad económica y pérdida en puestos de trabajo, cualquier cosa resulta negativa.
¿Te sorprendió cómo se está dando el Gobierno de Macri?
-A mí no me sorprendió en materia económica. Yo estaba convenido que iban a plantear un plan económico de estas características y que es plan económico iba a estar en contra de los intereses de los argentinos. Nunca me creí esa idea del Mauricio Macri Neodesarrollista. Creí que claramente iba a llevar adelante una política neoliberal y que no iba a fortalecer el consumo, ni el mercado interno. Lo que más me sorprendió es la perdida de garantías individuales. Sobre todo cuando uno veía un componente de la alianza como iba a ser la Unión Cívica Radical que vos decías ‘los radicales van a tratar de respetar los derechos humanos, las garantías individuales’. No han hecho absolutamente nada de eso. Es el Gobierno que más se ha entrometido en el Poder Judicial, te lo dicen los personajes importantes de la Justicia que nunca han sentido un Gobierno que haya ejercido tantos niveles de presión en la Justicia.
“Nunca me creí esa idea del Mauricio Macri Neodesarrollista”.
¿Cómo ves lo que ocurrió en Diputados con la unidad del peronismo en la elección de los representantes Consejo de la Magistratura?
-Es un freno que le hemos puesto (al Gobierno) con la elección de los consejeros en el Consejo de la Magistratura que sin ninguna duda fue celebrado en todos lados, inclusive dentro del mismo Poder Judicial para evitar los niveles de presión que existen. Han perseguido periodistas opositores, persiguen a dirigentes políticos opositores, han violado reglamentos en la Cámara de Diputados como nunca antes, han reformado la reglamentación de la ley de defensa, abrieron una ventana para que las Fuerzas Armadas se involucren en cuestiones de seguridad interior, han impuesto un nivel de violencia institucional que anteriormente no se existía, la ministra de Seguridad quiere criminalizar la protesta social. La verdad que yo creía que esas cosas no iban a suceder, que iba a haber un juego democrático más limpio que es lo que no está existiendo hoy en la Argentina.
“El freno que le pusimos al Gobierno en el Consejo de la Magistratura fue celebrado en todos lados”.
Con el enojo radical con el Gobierno por lo ocurrido en el Consejo de la Magistratura, ¿crees que corre riesgo la alianza gobernante?
-No lo sé, no lo creo. La verdad que no creo que corra ese riesgo de que la alianza se rompa. En general, la alianza se va a romper si al gobierno le va mal en términos sociales. Nadie va a querer hacerse cargo del muerto, pero no creo que suceda en esta etapa. Me parece que lo que hicieron, a nosotros cuando asumió Cambiemos puso una nueva regla que era que no había que contabilizar quién era el bloque mayoritario y quién era el bloque minoritario sino que había que tener acuerdos parlamentarios y el que tenía más firmas era el que se llevaba la mayoría en el Consejo de la Magistratura. Probaron de su propia medicina. Esta vez nosotros conseguimos mayor cantidad de firmas por suerte porque creo que nos aleja de la mayoría automática que podría llegar a tener Cambiemos.
“La Alianza (Cambiemos) se va a romper si al gobierno le va mal en términos sociales”.
El Consejo de la Magistratura es un consejo que exige mayorías agravadas para los casos más graves que son la destitución de los jueces y la designación de los nuevos jueces. Ellos iban a tener mayoría automática para destituir a cualquier juez. Claramente me parece que esto que ocurrió es beneficioso para recuperar el equilibrio institucional en el Consejo de la Magistratura.
¿Cómo ves la provincia de Buenos Aires y que te cuentan intendentes y dirigentes cuando recorres el territorio bonaerense?
-La provincia no escapa a las condiciones económicas generales del país. Yo empecé a recorrer la provincia en febrero de este año y he visto cómo paulatinamente ha aumentado el deterioro y el nivel de quejas y de críticas sobre la situación económica y social, cada vez más clara y cada vez más evidente. Fui a Chivilcoy a mediado de año, si hoy iría a Chivilcoy me encontraría con mayor nivel de críticas producto que una de las mayores empleadoras de la ciudad terminó cerrando sus puertas (Paquetá) y dejó a 600 familias en la calle. Entonces en general lo que yo me he encontrado es una fuerte crítica a la situación de la política económica. Una caída en todo lo que es la actividad económica y comercial.
“En la Provincia he visto cómo paulatinamente ha aumentado el deterioro y el nivel de quejas sobre la situación económica y social”.
En general lo que pasa es que al que perdió un puesto de trabajo le cuesta muchísimo recuperarlo y al que no lo perdió le cuesta mucho llegar a fin de mes, le cuesta mucho vivir tranquilamente porque tiene fundamentalmente un funcionamiento de endeudamiento. No llega a fin de mes y utiliza la tarjeta de crédito, después tiene que pagar el mínimo de la tarjeta y cuando ya no le alcanza para pagar el mínimo recurre a un crédito a una mutual. Se queda con la tarjeta, el sueldo, todo una situación compleja que a veces se resuelve con los medios aguinaldos. No he encontrado en ningún lugar de la provincia donde me he llevado cosas positivas. En algunos lugares más dramáticos. Vas a Azul y el cierre de Fanazul es dramático, charlás con los trabajadores que cuando yo fui todavía mantenían la carpa en la puerta de la Municipalidad. O vas a Luján al parque industrial de Flandria y te encontrás con que las principales empresas textiles utilizan solamente el 50% de su capacidad instalada y los telares que están frenados cubiertos con un nylon y eso indica la pérdida de puestos de trabajo. O los comerciantes que la ecuación de aumentos de tarifas y caídas de ventas le hace inviable el desarrollo en cada uno de los lugares.
“No he encontrado ningún lugar de la Provincia donde me he llevado cosas positivas”.
Durante un gran tiempo yo me reía porque a todos los lugares me aparecía colegio de Farmacéuticos por el intento de Farmacity, los trabajadores del Banco Provincia por el intento de reformar el sistema previsional, que se lo reformaron pero que estaban más preocupados con una cantidad de cuestiones que podían llegar a suceder, o con los centros comerciales que todos los lugares las quejas eran por el aumento de las tarifas y las bajas en las ventas. Este era el panorama general, a pesar que en algún sector podía existir alguna bonanza por la política agropecuaria a principios del año pasado. Pero en general se sabe que el campo no derrama mucho hacia la totalidad del sector agropecuario y al contrario aparecían sectores perjudicados, la industria avícola, la cadena del porcino que estaba claramente perjudicado. Y también impacto en sectores universitarios. Cuando estuve en Tandil, en la Universidad Nacional del Centro me reuní con los docentes, con alumnos y sentían claramente cómo habían disminuido la transferencia de recursos y lo que tenían era solamente las partidas como para pagar sueldos de acá a fin de año. Practicamente no tenían partidas para hacer ninguna tarea de extensión ni ningún programa de investigación. Este es el escenario que encontré con geografías que me son muy similares porque el interior en la provincia de Buenos Aires tiene mucho que ver con lo que es el interior de la provincia de Santa Fé y muchos lugares del Conurbano con lo que es Rosario o a lugares cerca del Conurbano rosarino.
¿Y la realidad de los intendentes que incluso de Cambiemos se han expresado en contra de la “municipalización” de los subsidios?
-Ahora están todos muy enojados porque le tiran por la cabeza todos los subsidios. Te imaginás que un boleto de 13 mangos en una ciudad como Santa Fé, en Rosario está un poco más alto, o en Corrientes sin subsidios va a pasar a 40 mangos. Es prácticamente imposible de sostener y si se lo quieren tirar a la totalidad de los municipios para sostener la tarifa, el municipio para lo único que va a tener recurso es para pagar esos subsidios y eliminar cualquier otro tipo de inversión en obra pública o de planes de inclusión social.
“Los intendentes están todos muy enojados porque le tiran por la cabeza todos los subsidios”.
Los intendentes en la provincia, bueno los del interior lo empiezan a notar, y cuando fui a Esteban Echeverría en agosto de este año ya Gray (intendente) me decía que había suprimido un plan de bacheo para volcar ese dinero al fortalecimiento de los comedores que tenían los distintos barrios porque le había aumentado la demanda. Entonces esto es claramente lo que sucede. Está claro que el gobierno atentó contra los municipios. Por eso los que más defendieron la existencia del Fondo Federal Solidario fueron los municipios, no tanto los gobernadores. Y si ahora le suman que los subsidios van a estar a cargo de los municipios, la situación va a ser muy compleja para todos los intendentes.
¿Cómo se explica que Vidal diga que los municipios son “superavitarios” en comparación con la Provincia que es “deficitaria”?
-La situación de la Provincia es una situación que tiene historia de déficit. Ahora lo que sí está claro es que me parece que ese discurso de la Gobernadora tiene más que ver con justificar que te traslado servicios o responsabilidad sin ningún compromiso económico que con otra cuestión. Hay muchos gobiernos municipales que han hecho un buen desarrollo de su estructura impositiva, han buscado de qué manera recaudaban más, han buscado de qué manera daban mejor calidad de prestación de servicio y de esa manera lograban mayores niveles de recaudación. Han mejorada claramente su padrón tributario, en general ninguno aumentó demasiado las alícuotas sino lo que han aumentado es la cantidad de aportantes y contribuyentes.
“Lo que está haciendo la Gobernadora es lo mismo que el Presidente hace con las provincias y terminan pagando los patos el último eslabón institucional en la Argentina que son los intendentes”.
Ahora eso no significa que la Gobernadora se pueda deslindar de las responsabilidades que tiene que ser concomitantes con los municipios. Ya la Nación se saca la responsabilidad de los subsidios, si bien por la presión de muchos intendentes del interior de la Argentina, muchos de ellos radicales obligaron a que haya una partida por este año destinada a ver de qué manera se sigue aportando con el tema de los subsidios. Pero la verdad es que deslindar cualquier tipo de responsabilidad, lo que está haciendo la Gobernadora es lo mismo que el Presidente hace con las provincias y terminan pagando los platos rotos el último eslabón institucional en la Argentina que son los intendentes.
De acá al 2019, ¿cuál es el camino a recorrer?
-Tratar de construir una coalición opositora lo más amplia posible, lo más plural posible, que agrupe a la mayor cantidad de actores políticos y sociales de la oposición. Y tratar de construir un programa que contenga una serie de propuestas e ideas que puedan enamorar al conjunto de los argentinos. Yo creo que para ganar las elecciones hay que reenamorar al pueblo argentino, hay que recuperar la confianza del conjunto de los argentinos. No creo que haya que pensar que las elecciones se ganan por defecto, como esperando que los desaguisados de Cambiemos como si fuesen vasos comunicantes nos permitan a nosotros llegar a las elecciones bien posicionados el año que viene sino que hay que tratar de ganar por afecto y para mí ganar por afecto significa tratar de construir una propuesta que enamore al pueblo argentino.
“Hay que volver a enamorar al pueblo argentino y no hay que subestimar al oficialismo”.
Y enamorar al pueblo es devolverle la esperanza, devolverle expectativas y sueños que es lo que nosotros precisamos para el próximo proceso electoral. Hay que hacer una arquitectura electoral que sea lo más amplia posible y si no logra tener el 100% de la unidad de la oposición, que haya un sector de la oposición que represente el 80/90% de la oposición, que haya un sector de la oposición claramente mayoritario. Yo aspiro a que haya una oposición unida. Me parece que no hay que subestimar al oficialismo y tampoco hay que subestimar la primera vuelta. Algunos dicen ‘no importa si vamos divididos en la primera vuelta total nos unificamos en el ballotage’. Mirá lo que pasó en Brasil perdiste la elección no en la segunda vuelta sino que la empezaste a perder en la primera vuelta, haciendo una elección en la primera vuelta donde el voto de la derecha se concentró y el voto de la centroizquierda se dispersó.
Y en esa construcción de la unidad de la oposición, ¿qué lugar ocupará Cristina Kirchner?
-El que ella quiera. Sin dudas que es un liderazgo positivo para el conjunto de la oposición y sin dudas que ese liderazgo lo va a expresar en la construcción de un escenario opositor que le pueda ganar a Macri en las próximas elecciones. No tengo dudas que ese esfuerzo lo está haciendo y lo va a seguir haciendo de manera tal de aportar todo lo que esté al alcance de ella para generar las condiciones para ganar las elecciones el año que viene. Si es candidata o no es candidata es una decisión de ella que yo no la conozco y tampoco sé cuándo la voy a conocer (risas).
Sobre CFK: “Si es candidata o no es candidata es una decisión de ella que yo no la conozco y tampoco sé cuándo la voy a conocer”.
Por último, en los últimos días se habló mucho del Ara San Juan, ¿cómo crees que se trató este tema?
-Es un tema que para mí particularmente es muy difícil porque no es que yo hace muchos años que dejé de ser ministro de Defensa. Cuando sucedió lo del Ara San Juan todavía no había cumplido dos años que había dejado de ser funcionario. Yo he estado en muchas oportunidades en la base de submarino de Mar del Plata, he estado en la Base Naval de Mar del Plata. Estuve adentro del Ara San Juan, cuando fui ministro. No se dio la oportunidad de sumergirme pero tenía toda la intención de hacer esa experiencia. El cuerpo de submarinistas es un cuerpo de mucha mística, de mucho espíritu de cuerpo porque todos los marinos navegan pero no todos se sumergen. Y yo vi la alegría que tenían en ese último año que yo fui ministro en el 2015 cuando tenían tres submarinos funcionando: el Aran San Juan, el Ara Salta y el Ara Santa Cruz. Asi que mi primera expresión es una enorme solidaridad con todos los familiares de las víctimas. Y también una preocupación por la fuerza, porque para la Armada es un hecho trágico, que se te hunda un submarino, perder 44 tripulantes. Recuperar la autoestima de esa Fuerza va a llevar tiempo después de un hecho de esta característica.
“Recuperar el autoestima de la Fuerza va a llevar tiempo después de un hecho como lo del Ara San Juan”.
Lo del Gobierno no me gustó. Me pareció ineficiente todo lo que sucedió durante el momento de la crisis. Las distintas miradas del ministro (Aguad), el jefe de la Fuerza. Todo lo que sucedió en ese momento no me gustó para nada. Nunca hubo una real contención de las familias. La verdad que si yo hubiese sido ministro me hubiese instalado en Mar del Plata en forma inmediata. Esa imagen todavía del Presidente que interrumpió un partido de golf para ir a estar con los familiares parece una imagen que no contempla la dimensión de la crisis. Y me parece que tampoco ni el Ministerio ni el Gobierno estuvo a la altura de las circunstancias cuando se trató de contratar este buque que finalmente encontró al submarino. Sin duda que sin el tesón, sin la fuerza, sin la vocación, sin las ganas de la totalidad de los familiares no se hubiera llegado hasta donde se llegó. Nosotros hicimos un muy buen trabajo con dos diputados nuestros , Guillermo Carmona y Nilda Garré en la Comisión Investigadora que lo vamos a seguir sosteniendo. Y bueno espero que todo la información que nos planteen desde la empresa que consiguió llegar hasta allí nos permita conocer cuáles fueron las consecuencias y qué fue realmente lo que pasó.