Estados Unidos y Argentina en tiempos de Trump y Macri
"Queremos volver a ser parte del mundo y cortar con el aislacionismo", expresaba Macri en Septiembre de 2016, en relación con el giro de la política exterior argentina que pretendió llevar a cabo el macrismo desde el inicio de su gestión
Desde la asunción de Mauricio Macri como Presidente en Diciembre de 2015 se planteó como objetivo la conocida “vuelta al mundo”, donde la apertura comercial y la llegada de inversiones extranjeras directas eran el instrumento y Estados Unidos aparecía como uno de los ejes claves donde buscar alianzas y afianzamiento de las relaciones político-comerciales.
En este sentido se dieron los primeros acercamientos entre ambos Estados, los cuales se visibilizaron en hechos como la visita de Barack Obama a la Argentina en Marzo de 2016, la cual se llevó a cabo luego de 19 años sin una visita presidencial estadounidense y se presentó como el “relanzamiento de las relaciones bilaterales” entre ambos países.
En consonancia, en Abril del mismo año se canceló -a través de nuevo endeudamiento- la polémica deuda con los denominados fondos buitres, la cual mantenía a Argentina restringida al acceso de capitales extranjeros. Es inmediatamente después de este arreglo que el gobierno argentino comenzó con un profundo proceso de endeudamiento, el cual ha sido justificado en distintas ocasiones por el macrismo.
¿Dónde surge entonces el principal problema para la estrategia de política exterior del oficialismo? Surge con la asunción como Presidente de Estados Unidos de Donald Trump en Enero de 2017, quien –si bien ha mostrado interés en la mantención de un buen vínculo con el gobierno argentino- mantiene hasta la fecha una postura proteccionista en algunos aspectos específicos de sus relaciones comerciales, englobados en su conocido lema de “America first”.
A pesar del acercamiento en términos de defensa -a través de la compra de Argentina de equipamientos de Fuerzas Armadas y armado de operaciones conjuntas en territorio argentino, como la que se pretende realizar en Bahía Blanca- y de las visitas oficiales realizadas entre ambos países, el gobierno estadounidense ha tenido reacciones consideradas perjudiciales para las relaciones comerciales entre ambos países.
Tal fue el caso del conflicto con la importación de limones a principio de año y lo es ahora con la aplicación de un arancel del 57% a la importación del biodiesel argentino por parte de la gestión Trump. Para entender la magnitud de la medida cabe señalar lo expresado por el documento de la Fundación Ideal, que detalla que el biodiesel y sus mezclas fueron el producto más exportado a EEUU en 2016 (representó el 26% de las ventas).
En lo que refiere al futuro, se espera desde el gobierno argentino la llegada de más de USD 13.700 millones en tres años, distribuidos en 16 sectores distintos, donde el más beneficiado sería el petroquímico. De todas formas, cabe mencionar que esto responde a una tendencia que es anterior al actual gobierno, ya que desde 2004 hasta 2015, "la inversión bruta directa de Estados Unidos en la Argentina se duplicó, además de crecer a lo largo de todo este período de forma casi ininterrumpida”.
Por último, será importante de observar cómo el macrismo pretende “volver al mundo” en un contexto internacional donde los restos de la crisis financiero-económica de 2008 aún siguen presentes y donde hechos como el Brexit y la tensión militar entre Estados Unidos y Corea del Norte demuestran la dificultad que la actual coyuntura presenta no sólo a Argentina sino al conjunto de la comunidad internacional.