Alarmante: una de cada dos consultas en los Operativos Detectar da Covid+ en los barrios platenses
Desde principios de abril la positividad creció cerca del 30%, y en algunos territorios alcanza el 60% de las consultas. El dato surge de más de 40 operativos y 3300 personas atendidas. El trabajo articulado entre Provincia, Región Sanitaria XI y la UNLP, la evolución de los operativos desde el año pasado y la necesidad de mayor colaboración del Municipio. La palabra de protagonistas
La segunda ola de la pandemia sigue en pleno ascenso y pega cada vez más fuerte. En la semana en que todos los indicadores que acaparan la atención cada día tocaron su pico, número de casos diarios, fallecimientos diarios y ocupación de camas UTI, emergió un dato que no suele estar tan presente en la agenda y que preocupa. Se trata del índice de positividad, la relación entre cantidad de consultas/testeos y casos positivos, que en los últimos días superó el 50% en ocho provincias del país: Río Negro, Entre Ríos, La Pampa, Neuquén, San Juan, Santa Fe, Santiago del Estero y La Rioja. Esto significa un positivo por cada dos personas testeadas.
La Plata no escapa a esa realidad, y un dato reciente elaborado a partir del trabajo territorial de las Brigadas Ramona Medina de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP y la Región Sanitaria XI muestra con contundencia la gravedad de la situación. Se trata de un aumento significativo de ese índice de positividad desde inicios de abril a la fecha en los barrios periféricos platenses, período en el cual el indicador pasó de poco más de un 38% a casi un 50%, registrando un incremento cercano al 30%. Ese porcentaje se obtiene un promedio semanal de los resultados de todos los operativos en todos los barrios, e incluso en algunos de ellos se superó esa marca, alcanzando un 60%.
En el contexto de una alta circulación comunitaria del virus, y con el agravante de la fuerte presencia de la variante de Manaos en territorio platense, este indicador enciende las alarmas sobre todo mirando a las próximas semanas. Porque, como explicó a Diagonales Guido Mastrantonio, Secretario de Extensión la Facultad de Exactas de UNLP y responsable de las Brigadas Ramona Medina, el índice de positividad es un indicador precoz de la evolución de la pandemia que anticipa lo que luego reflejarán otros indicadores más tardíos, como la ocupación de camas de terapia o los fallecimientos. Dicho de otra manera, el aumento en la positividad en las consultas se traduce, inevitablemente y en el tiempo propio de la enfermedad, en un crecimiento del número de contagios, de los cuales un porcentaje presentará cuadros graves de internación con el incremento ineludible de las muertes por una determinación estadística.
Éstos resultados se obtuvieron de más de 40 operativos desde principios de abril a la fecha, en los que más de 3300 personas resultaron atendidas. Es importante aclarar en este punto que no todas esas personas fueron hisopadas, ya que en algunos casos la persona no presenta condiciones sospechosas que hagan pertinente el hisopado, o al contrario, porque ya presenta un cuadro de Covid+ determinable a partir de un criterio clínico epidemiológico y el hisopado se vuelve innecesario para el diagnóstico. Los operativos fueron realizados en más de 25 barrios de la periferia platense en las zonas de Tolosa, Villa Elvira, Arana, Los Hornos, Melchor Romero, El Peligro, Abasto, Altos de San Lorenzo, Arturo Seguí, entre otros. Además, ya se instaló una posta fija en Diagonal 80 entre 116 y 117 donde se atienden consultas a diario.
El trabajo del Ministerio de Salud provincial, a través de la Región Sanitaria XI, de las Brigadas Ramona Medina y otras dependencias de la UNLP, y las organizaciones sociales que articulan a las instituciones con el territorio, es permanente y digno de ser conocido y valorado. El impacto en la mitigación de los efectos de la pandemia de tamaño despliegue sanitario, social y militante en términos preventivos es difícil de cuantificar, pero puede afirmarse con certeza que sin este complejo y profundo abordaje territorial y multidimensional, La Plata estaría lamentando condiciones aún más críticas que en las que se encuentra hoy.
OPERATIVOS DETECTAR VERSIÓN 2021
“En salud siempre es más caro el tratamiento que la prevención, y la mercantilización tiene a favorecer lo primero por una simple disputa económica entre el lucro y el bien común” dice Guido Mastrantonio, y resulta imposible no linkear sus palabras con un conocidísimo refrán que desde el sentido común recuerda una fórmula tan lógica como poco implementada: “más vale prevenir que curar”. Hoy la pandemia obliga a “curar” como se pueda situaciones estructurales que podrían haber sido prevenidas, como la pobreza, las pésimas condiciones de vida de gran parte de la población, o un sistema de salud muy devaluado, y en ese contexto la prevención sanitaria cobra doble relevancia.
Los Operativos Detectar son una política pública implementada por el Estado Nacional en los albores de la pandemia, que comenzó con el objetivo de rastrear casa por casa los casos sospechosos de Covid y testearlos, una forma de salir a buscar y contener el virus y frenar su expansión. En La Plata, los primeros operativos se realizaron hace un año, en las últimas semanas de mayo del 2020, y a partir de ese momento se constituyeron en una herramienta clave que creció y se consolidó en el distrito mucho más que otros lugares de la Provincia. Impulsados inicialmente por el Ministerio de Salud provincial, a través de la Región Sanitaria XI, fueron poco a poco incorporando otros actores de la sociedad platense que se involucraron en el proceso de la búsqueda activa de casos, la difusión de las medidas de cuidado y un seguimiento de la evolución de la pandemia en La Plata que permitiera una mejor asistencia y planificación hacia adelante.
La conformación de las Brigadas Ramona Medina, que nacieron de la Facultad de Exactas pero agrupan a participantes de toda la UNLP, la participación de otras dependencias de la casa de estudios platense, y la presencia de las múltiples organizaciones sociales y políticas con anclaje territorial, terminaron de construir un círculo virtuoso que dio importantes respuestas el 2020 y se perfeccionó en este segundo año de pandemia. Lo que al principio era únicamente “buscar el virus casa por casa”, hoy se convirtió en un dispositivo mucho más completo y complejo que abarca desde ese rastreo de casos, el trabajo en laboratorios de campaña, la comunicación con la comunidad, hasta el abordaje de múltiples problemáticas sociales con instrumentos del Estado.
“Hoy en día tenemos los aprendizajes del año pasado y otras herramientas que antes no teníamos, por ejemplo los test rápidos. El año pasado los resultados de los testeos demoraban un mínimo de dos días, y podían llegar hasta diez días. Hoy el dispositivo es más eficaz, en minutos tenemos los resultados, pero eso implica haber aprendido a realizar otras tareas, como el procesamiento en laboratorios de campaña, una comunicación con la gente en la que tenemos más información para dar, etc.” relata Mastrantonio. “Hoy, además, tenemos demandas multidimensionales. El año pasado debíamos buscar casa por casa a la gente, hoy hay otra confianza construida y la población tiene claras cosas como lo que significa ser contacto estrecho o los síntomas. Ahora se forman colas de personas esperando un servicio de salud que a veces excede un testeo, y se generan tensiones porque el Detectar no es un hospital que va al barrio. Entonces hay que abordar todas esas variantes con comunicación y respuestas, y el dispositivo le está dando mucha importancia a estas cuestiones también” complementa.
Hoy se están empezando a instalar postas fijas de testeo en algunos territorios, a partir de la iniciativa de Región XI, IOMA y la UNLP. Previendo el frío del invierno, clubes de barrio y otros espacios cerrados albergarán los dispositivos. Y en este punto hay un pedido no correspondido al Municipio para que acompañe la iniciativa, instalando sus propios puntos fijos de testeo o mínimamente facilitando recursos. No es la única situación de estas características, ya que los operativos montados por Exactas no tienen ningún tipo de reconocimiento o asistencia por parte del Municipio, los delegados municipales no los difunden ni los acompañan. Esto, a pesar de que el año pasado el Concejo Deliberante platense declaró de interés general a las Brigadas Sanitarias Ramona Medina, lo cual pareciera marcar que el desprecio hacia ellas es propiedad exclusiva del Ejecutivo municipal.
REGIÓN SANITARIA XI: LA PROVINCIA PRESENTE
El Gobierno bonaerense y su Ministerio de Salud han volcado sustanciosos recursos y esfuerzos al abordaje de la emergencia sanitaria, y en el territorio platense eso se pone muy de manifiesto. La Región Sanitaria XI es quien encabeza y coordina todo el proceso de los Detectar, que puede entenderse en parte como un punto de llegada de un programa provincial de promoción de la salud comunitaria que se lleva adelante desde 2005, con el objetivo de capacitar a los habitantes de barrios populares en salud básica. “Lograr brazos que nos acerquen las problemáticas de la gente, y las piernas para atravesar esas barreras. Volver accesible la salud a partir de un dispositivo territorial” así lo define Daniel Chertudi, referente del Programa de Promotores de Salud de Región Sanitaria XI y responsable de la logística de intervención territorial de los promotores de salud, organizaciones sociales y UNLP en los Detectar. Cuenta también qué siente a los Operativos como “una mano tendida y atenta a necesidades de los más necesitados, a los habitantes de los barrios populares, que rompa barreras de accesibilidad entre ellos y Estado, como una luz de esperanza que les devuelva la Fe de un país más justo”, y que antes de comenzar cada jornada en los territorios canto para sí “no todo está perdido, yo vengo a ofrecer mi corazón, del poeta rosarino Fito Páez, como un himno de todo lo que esa instancias representa para nosotros”.
La ubicación de los dispositivos depende de Región XI, pero se decide en plena articulación con las organizaciones, la UNLP y el Municipio. El año pasado, jugaban un papel central en este aspecto los comités de crisis, donde todos los actores de un mismo territorio podían intercambiar sus demandas y perspectivas y tomar decisiones en función de eso. Cabe recordar aquí el lamentable e innecesario vaciamiento que la gestión municipal hizo a fines del 2020 de esos dispositivos territoriales tan necesarios. Hoy hay una decisión más directa, el Municipio puede solicitar un operativo a la Región XI, puede proponerlo la universidad o demandarlo directamente alguna organización territorial, y se intenta que las postas que se instalan sean complementarias entre sí. A la mañana funcionan operativos de Región Sanitaria y el Municipio, que se dividen un territorio y cada uno lo aborda con sus propios promotores y promotoras de salud. A la tarde, la Universidad y las organizaciones despliegan sus operativos en otros territorios.
“Desde la Región Sanitaria planteamos un abordaje integral del territorio. Siempre planteamos que la primera pregunta que hay que hacerle a una persona en estos dispositivos es: ¿cómo la estás pasando?” cuenta Chertudi. El objetivo es trascender lo sanitario, lograr un abordaje que también tenga en cuenta lo psicológico, las problemáticas de violencia de género, que acerque distintos programas a la población como el REMEDIAR, programa de Salud Mental o de Acceso a la Justicia, facilitar la inscripción a la campaña de vacunación. “Buscamos que la gente conozca sus derechos, y cuando logramos solucionarle un problema a una persona, eso ya paga todo el esfuerzo. Los problemas son de toda índole, y por eso vamos con un abordaje integral, pero algo que perseguimos es que la solución a cada problema sea inmediata, porque el problema es inmediato para la gente. Eso es lo que le pedimos al Estado” agrega el Chertudi.
LOS JUGADORES CLAVE DEL EQUIPO: PROMOTORES Y PROMOTORAS DE SALUD COMUNITARIA
Todos estos esfuerzos y sus resultados tienen rostro, nombre y apellido. “Los protagonistas del abordaje territorial son los promotores y promotoras de salud, que incluso se exponen permanentemente a un riego en la tarea que desempeñan” indica Chertudi. El año pasado, desde el Ministerio de Salud se brindaron cursos virtuales para formar promotores y promotoras de salud comunitaria en toda la provincia, a los que asistieron alrededor de 800 personas.
En muchos casos, esos promotores y promotoras de salud son referentes territoriales que funcionan como la articulación exacta entre las poblaciones, sus problemáticas y las herramientas del Estado para solucionarlas. Con el objetivo de fomentar ese rol social, y como complemento a la formación planteada por el Ministerio de Salud provincial, la UNLP comenzó a dictar el año pasado una Diplomatura en Promoción y Gestión de Salud Comunitaria, que había sido aprobada en 2019 luego de un proceso democrático de construcción de la propuesta en la que participaron distintas Facultades, y que se encontró con la pandemia y las urgencias que trajo.
“El tejido social comunitario hizo que el impacto la pandemia haya sido hasta ahora mucho menos de lo que podría haber sido” dice Manuel Fonseca, Director de la diplomatura y de Director de Redes en Salud de la Presidencia de la UNLP. “En marzo y abril del año pasado tuvimos que trabajar sobre la urgencia y aprender a hacer muchas cosas. Trabajamos mucho con los comités populares, preparando a las comunidades para situaciones eventuales, y de ahí surgió una propuesta práctica para la diplomatura que se ajustara lo teórico y lo pedagógico que se había delineado” explica.
La propuesta se constituyó así como un dispositivo académico que parte de los saberes que las comunidades ya poseen, y busca sumarles herramientas teóricas y pedagógicas para “acompañar cualquier cosa que pase en los territorios y las familias” profundiza Fonseca. La iniciativa salió del seno del Consejo Social y la Dirección de Redes en Salud de la UNLP, y participan en ella las Facultades de Medicina, Humanidades, Veterinaria, Odontología, Psicología, Naturales, Exactas y Trabajo Social, dándole un amplio abordaje multidisciplinario. Actualmente se cursa en siete aulas abiertas en los territorios de Romero, Gorina, Villa Elvira, Ringuelet, Etcheverry, Berisso y Ensenada, y cuenta con 140 estudiantes que intervienen en los operativos, 30 docentes de las distintas Facultades, referentes territoriales, trabajadores de hospitales y voluntarios. La diplomatura consta de 10 materias, se cursa en un año y en septiembre tendrá su primera cada de egresados y egresadas.
“La pelea es porque el Estado incorpore a Promotoras y Promotores como trabajadores. Ojalá todo este proceso colabore para su reconocimiento, para que se jerarquice su trabajo que tiene un impacto y una importancia invaluable” plantea Fonseca. En la misma línea, Guido Mastrantonio recuerda que “se podrían incluir como efectores dentro del sistema de salud, pero eso implica poner más plata en prevención que normalmente va se destina a la atención en los hospitales”. Un planteo profundo e interesante para repensar el reordenamiento necesario de un sistema de salud que la pandemia puso en cuestión, y que deberá ser reconstruido como todo, cuando esto pase.
La Plata atraviesa un momento crítico y preocupante de la pandemia, y lo paradójico es que el conocimiento de esa situación surge de un elemento auspicioso de cara al futuro. Esa red cada vez más profunda de articulación entre el Estado, la academia y las organizaciones sociales, que ya hizo muchísimo para contener la situación, y que hacia adelante se planta como el germen de una lógica de gestión política y social distinta, que pueda resultar mucho más efectiva que lo existente en materia de abordaje y resolución de problemáticas sociales. Será muy importante para toda la comunidad platense que esas articulaciones comunitarias se sostengan y profundicen cuando la pandemia se vaya superando, y que tal vez puedan alumbrar mejores posibilidades para la vida de los sectores más golpeados de la sociedad. Hoy por hoy, se vuelve preciso volver a poner en valor para toda la sociedad el esfuerzo, la entrega y el compromiso de cada hombre y mujer comprometidos en esa primera línea de combate contra la pandemia, contra la pobreza y la exclusión, merecedores del mayor de los respetos.