El monstruo de dos cabezas de no jerarquizar la salud pública
Por Hernán Herrera. Las subejecuciones en materia de Salud por parte del gobierno de Mauricio Macri y de María Eugenia Vidal
Un informe elaborado por la Fundación Soberanía Sanitaria, denominado "los efectos de la subejecución en el derecho a la salud", muestra que existió una importante subejecución en los ministerios de Salud nacional y provincial. Además, el estudio de caso en Centros de Atención Primaria de la Salud, en varios municipios de la Provincia de Buenos Aires, confirmó la falta de entrega de remedios, insuficiente provisión de preservativos y escasa cantidad de leche para los niños. Esta falta está vinculada con ajustes nacionales y provinciales.
El Estado actual se ha mostrado más activo en emitir ingentes montos de deuda externa, antes que en sostener los beneficios sociales que existían paradójicamente, antes de tomar esa deuda. O sea, la deuda no es para cerrar el déficit, sino que forma parte de una estrategia de valorización financiera con disciplinamiento sindical y social, para poder vulnerar derechos, por ejemplo, el derecho a la salud.
¿Por qué decimos que es un monstruo de dos cabezas? Porque se multiplican los problemas y las necesidades, producto de la actual política económica. Al problema de un salario que ve perder su capacidad de compra, siempre y cuando la situación no sea más grave y falte el empleo, hay que sumarle que los servicios sociales que brinda el Estado, están siendo perjudicados de manera creciente por los distintos gobiernos nacionales y subnacionales. De manera tal que cada vez se precisan más los servicios públicos pero en espejo éstos se ven reducidos por ajustes fiscales. Vamos por partes.
La discusión de fondo, la disyuntiva que está presenciando la sociedad, es el de un Estado que aporta al bienestar social o se ajusta ideológicamente para atender un progresivo aumento en los servicios de la deuda, que crece sin ningún criterio macroeconómico y va ahogando la capacidad de acción del Estado, que ajusta, y por tanto recauda menos y se agranda su déficit, lo que, equivocadamente, en base a teorías nunca verificadas, lo lleva a un mayor ajuste y emitir más deuda para resolver ese déficit. Y así. ¿El primero responsable? El gobierno, nacional y provincial.
Existen distintos servicios que históricamente brinda el Estado argentino, entre ellos cabe destacar la salud y la educación públicas, y la seguridad, entre otras muchas actividades regulatorias. Estos son servicios esenciales, y como tales la sociedad argentina tiene un derecho adquirido sobre ellos, por tanto poner en duda esta clase de acciones del Estado, pone en duda a todos los argentinos como sujetos de derecho. La discusión no es menor y toca varias aristas, incluso llega a dañar nuestra ya de por sí muy adjetivada democracia.
Cuando hablamos de presupuesto, existen algunos conceptos fundamentales para tener en cuenta el monto original aprobado por el congreso, el monto vigente (tras obtener mejoras producto de modificaciones, quizá por una mayor recaudación, por ejemplo) y los valores de ejecución. Cuando el Estado asume pagos en total por debajo de lo originalmente presupuestado se habla de subejecución. Esto, no funciona como ahorro, en realidad no es otra cosa que un beneficio para el conjunto social, o para la parte afectada. La subejecución es un disvalor en el análisis presupuestario, sobre todo cuando se trata de servicios de salud, como en este caso.
Nación. Como se puede ver en la tabla a continuación, existen distintos programas del Ministerio de Salud de la Nación que han subejecutado sus partidas de crédito presupuestario. Esto no sólo es grave, además arriesga la salud de la población. Es así motivo de una verdadera crítica que debe recibir un gobierno democrático cuando no actúa de acuerdo a las instituciones. El presupuesto es una ley, una institución, aprobada por el Congreso. Incumplirla funciona como una falta a la democracia, al bienestar social, y a una planificación dada.
El informe de la Fundación Soberanía Sanitaria, señala que "el Programa Nacional de Salud Escolar, que tiene como propósito promover el derecho a la salud de los niños, niñas y adolescentes con el objetivo de propiciar la accesibilidad al sistema de salud, ejecutó apenas el 37,54% del presupuesto asignado en el 2016". O sea, en este caso, sólo poco más de la tercera parte.
Tabla 1 Programas del Ministerio de Salud de la Nación con ejecución presupuestaria menor al 80% durante el año 2016
*Se incluye este programa porque hasta el mes en curso, la información disponible evidenciaba una ejecución menor al 80%.
FUENTE Elaboración Fundación Soberanía Sanitaria en base a datos del Ministerio de Hacienda de la Nación.
Provincia. El drama no se circunscribe sólo a Nación, la provincia de Buenos Aires también muestra gravísimos niveles de subejecución (ver tabla 2). En la tabla que sigue, la ejecución (el monto devengado sobre el presupuestado) debería estar en torno de un valor teórico de 75%, equivalente a tres cuartas partes del año 2016.
Tabla 2. Ejecución presupuestaria de algunos programas del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires. Enero a septiembre de 2016.
FUENTE Elaboración Fundación Soberanía Sanitaria en base a datos de la Contaduría Gral. de la Prov. de Buenos Aires
Sin embargo, señala el Informe que "los programas de Salud Mental y Adicciones, de Prevención y Atención de la Violencia Familiar y de Género, de ETS / VIH-SIDA y Hepatitis Virales, de Salud Bucal y las Unidades de Pronta Atención de la Cuenca Matanza-Riachuelo, ejecutaron, en el período analizado, menos del 10% del presupuesto asignado". Mucho menos del 75% esperado.
Falta Estado justo donde se lo precisa, cerca de la gente, para que la gente no vea vulnerados sus derechos. Esto es sin dudas un problema que deberá atender el gobierno provincial pero sobre todo el nacional, reconfigurando una macro inclusiva y productiva, sosteniendo derechos, y no ejerciendo una desregulación y un ajuste favorable a sectores dominantes del capital transnacional.