Mientras fuera del Congreso la Policía reprimía con severidad a los jubilados y manifestantes presentes en la masiva marcha opositora al Gobierno, dentro del Congreso se vivía una situación insólita y escandalosa: en plena sesión para discutir la investigación sobre la estafa cripto protagonizada por el presidente Javier Milei, dos diputados libertarios se enfrentaron a piñas en el recinto y tuvieron que ser separados por sus compañeros de Cámara. La sesión fue suspendida.

El debate continuaba en pie cuando dos importantes dirigentes aliados al Gobierno Nacional interrumpieron la jornada para irse a las trompadas. Fueron Oscar Zago y Lisandro Almirón, ambos diputados que ingresaron al Congreso por La Libertad Avanza (LLA) pero luego separaron sus caminos en el marco de la interna del oficialismo. Los legisladores mantuvieron un fuerte altercado verbal y a continuación se tranzaron en un violento enfrentamiento a puños que no se detuvo hasta que intervinieron otros miembros de la Cámara.

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En el trasfondo de la vergonzosa pelea aparecen las diferencias en el cuadro libertario. Zago fue el primer jefe de bloque de LLA, pero fue removido del puesto por presunta orden de la hermana presidencial Karina Milei y terminó creando su propio bloque por fuera pero todavía aliado al oficialismo. Almirón sigue la línea de la cúpula del Gobierno y habría amenazado a su excompañero de bancada con el afán de que levante el quórum, que había quedado favorable a Unión por la Patria (UP) tras la reciente retirada del PRO y el Radicalismo.

De hecho, casi en el mismo instante se produjo otro cruce, también, entre miembros de LLA. Dentro del recinto, las diputadas libertarias Celeste Ponce y Lilia Lemoine increparon a sus pares Marcela Pagano y Rocío Bonacci para que dejen sus bancas para así zafar de la oposición, que buscaba debatir la quita de facultades delegadas al Presidente. La experiodista respondió arrojándole un vaso de agua a la maquilladora y cosplayer. Finalmente, el titular de la Cámara Martín Menem vio la salida y suspendió, no sin polémica, la sesión.

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