En la Argentina de la libertad las prioridades son ciertamente confusas. Mientras el Gobierno Nacional exprime despidos en la administración pública, el presidente Javier Milei viaja por Norteamérica y Europa para reuniones formales y no tanto y el oficialismo busca aprobar en el Congreso una ley proscriptiva pero no el Presupuesto 2025, la sociedad sufre el impacto de la crisis cada vez que va a hacer compras al almacén, mercado o comercio de barrio más cercano. Pero a no preocuparse: ahora se podrá pagar el arroz en dólares.

Así lo estipula la imprevista medida dictaminada este jueves por el ministro de Economía Luis “Toto” Caputo, una política que desató polémica y, curiosamente, tiene puntos de contacto con nada menos que Venezuela, que recientemente implementó un programa similar. La normativa implica un paso hacia la prometida dolarización de la economía, aunque en principio no logra que los salarios se cobren en moneda extranjera sino que simplemente los productos, que ya cuestan como en Europa, figuren también en euros o en cualquier otra divisa.

A partir de mañana, los precios de bienes y servicios podrán mostrarse en dólares estadounidenses o en otra moneda extranjera, además de figurar en pesos, indicando el importe total y final que debe abonar el consumidor. La norma también prevé que los establecimientos comerciales deben indicar el precio por unidad de medida, y que el precio de góndola conocida con el que se cobra en línea de cajas”, detalló en redes sociales el “mejor ministro de Economía de la historia”, que todavía no anunció si la longitud pasará a medirse en “pies” o si el peso aparecerá en “onzas”.

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X de totocaputo

Lo extraño de la cuestión es que el régimen dispuesto por el Palacio de Hacienda se parece al modelo llevado a cabo en las tiendas y comercios en Venezuela. Allí no se observan los precios en bolívares, sino que los valores son fijados en dólares estadounidenses y de allí convertidos según la tasa de cambio del día a la moneda local. Producto del enredo, en las góndolas y carteles se lee la leyenda “REF” acompañada de la unidad (“1,5”, por ejemplo”) por la que debe multiplicarse la cifra del momento. ¿Allá vamos?