La rebelión de Jaldo en Tucumán que complica a Manzur
Al flamante jefe de gabinete se le atrincheró su vice en la gobernación, pese a que lo derrotó en la interna hace una semana, lo que agrega otro condimento mas a la delicado equilibrio político que intenta conseguir el Gobierno
Cuatro años atrás, Juan Manzur decidió hacer una jugada arriesgada: se puso al frente de la campaña legislativa, casi como candidato testimonial, y colocó al vicegobernador Osvaldo Jaldo como cabeza de la lista de diputados del Frente Justicialista por Tucumán. Llevaba dos años en la gobernación, pero en aquella elección de 2017 se jugaba nada menos que el poder real de la provincia, que en ese entonces disputaba con su antecesor, José Alperovich. Se puso al hombro cada detalle y fue protagonista de los afiches y los spots, en los que pedía él mismo el voto para su vice. Jaldo logró una victoria aplastante, con cerca de 50 puntos. Alperovich peleó como pudo para sostener su imperio, apoyado nada menos que por Cristina Kirchner, pero perdió sin remedio.
Empoderado y cauto, Manzur dejó transcurrir el resto de su primer mandato lo más lejos posible de la ex presidenta, que padecía en el llano las inclemencias de la persecución judicial del macrismo. Fue, incluso, uno de los gobernadores peronistas que prestó gestos de buena gobernabilidad a Cambiemos, como cuando puso a sus senadores a votar la reforma jubilatoria, aquella tarde de las pedradas en el Congreso. Cuando en aquellos años le preguntaban por Cristina y por las elecciones que se venían en 2019, siempre dejaba entender más o menos lo mismo: que seguramente tendría algún rol en el armado, pero no como como presidente.
Quizás por eso fue uno de los gobernadores que apoyó con más entusiasmo la decisión de CFK de entronar a Alberto como cabeza de fórmula del Frente de Todos. Bajo ese sello, el tándem Manzur-Jaldo volvió a imponerse en 2019. Pero a poco de andar, la fricción entre ambos se radicalizó al punto que el segundo se animó a desafiar al primero, casi a espejo de lo que antes hacía sucedido con Alperovich. El debate se cerró el domingo pasado, con un resultado diferente: el retador perdió 6 a 4 en la interna. Todo parecía controlado para el gobernador, hasta que el miércoles llegó llamado del Presidente.
Este sábado, durante el cónclave de gobernadores en La Rioja, Manzur finalmente debutó como jefe de gabinete y comenzó el camino empedrado de acompañar a Alberto en su peor momento, luego de que los cimientos del Gobierno tambalearan. Llegará a Buenos Aires con la tarea urgente de mostrar fortaleza y algo de paz después de la tormenta, de cara a una sociedad estupefacta por la magnitud del desastre que vio venir de frente mientras las máximas autoridades del país se hacían la guerra desde el poder, con la Rosada como juguete. Y a mediano plazo, una un poco más difícil: lograr un resultado decoroso en noviembre que evite que otra vez vuele todo por los aires.
Lo esperan, también, algunos reclamos –y otros repudios– del movimiento feminista. Periodistas Argentinas y Actrices Argentinas coincidieron en “repudiar” su llegada al gabinete, por “sus nefastos antecedentes en el respeto a nuestros derechos en su provincia”. “El movimiento de mujeres y diversidades lucha contra el horror e incumplimiento de leyes que arrasan con la vida de niñas, mujeres y diversidades”, posteó Actrices Argentina, junto a una seire de casos “todos en Tucumán, territorio de Manzur y que además es un declarado enemigo de las mujeres, diversidades y niñxs. Debería abochornar a quienes nos gobiernan y se autodenominan “feministas”. Entre ellos el caso de Lucia, una nena de 11 años que fue obligada a parir luego de un abuso. El Gobierno recordaba, para contrarrestar esa posición, que Manzur puso sus 4 diputados nacionales para aprobar la ley de aborto legal en 2020, que además ya se aplica en su provincia.
Pero el peor escenario para el flamante jefe de gabinete es el que deja atrás en su propia provincia. Manzur aceptó acudir en rescate del Presidente, entre otras condiciones, si Jaldo también dejaba la provincia. Se le ofreció un cargo en el Banco Nación, que en un principio habría aceptado, pero, al menos por ahora, se quedará en el cargo que anhelada: gobernador de la provincia.
Al parecer, Jaldo estaba “atrincherado” en la provincia de Manzur, dando un menaje político poco decoroso al sistema político, y desnudando la “emergencia” con la que la Rosada sacó al gobernador para llevárselo a Buenos Aires. Incluso lo habría llamado Sergio Massa, para hacerlo entrar en razón, sin demasiado éxito.
En un principio, Jaldo había dado señales de que aceptaría la propuesta. Se le habría ofrecido presidir directorio del Banco Nación. Todo cambió cuando se oficializó la designación de Manzur como flamante jefe de ministros.
“Felicitamos y valoramos la actitud del gobernador Manzur en estos momentos difíciles de asumir como jefe de Gabinete en el gobierno de nuestro presidente Alberto Fernández y nuestra vicepresidenta, poniéndonos a disposición en lo que haga falta”, twitteó Jaldo ayer, bordeando la ironía.