El Ministro de Hacienda, Hernán Lacunza presentó la partida presupuestaria para el año próximo en Congreso de la Nación, donde brindó detalles de la “ley de leyes” y reconoció errores de la gestión de Mauricio Macri.  “Los resultados de estos cuatro años han sido inferiores a los esperados”, sostuvo.

En líneas generales, el plan contempla un crecimiento del PBI del 1%, una inflación en torno a 34% y un dólar promedio de 67 pesos. Cabe señalar que las estimaciones de los mercados respecto del dólar rondará los $74 a diciembre del 2020 y los $67 promedio. El proyecto además espera un superávit de US$ 17.500 millones en la Balanza Comercial para el año próximo.

“Si medimos por las variables convencionales que se utilizan para medir el bienestar, como el empleo y la inflación, los resultados de estos cuatro años han sido inferiores a los esperados”, admitió al inicio de su intervención. “Ha habido una combinación de herencia; inconsistencias o descoordinaciones del programa económico; algunos factores externos como la severa sequía del año pasado; o el corte abrupto al financiamiento de los mercados emergentes”, analizó Lacunza.

En la misma línea, el titular de Hacienda volvió a cargar contra la "herencia". “Como punto de partida, veníamos de un ciclo corto de los cuatro años previos donde no hubo generación de empleo privado, hubo inflación, distorsión de precios relativos y un agudo desequilibrio fiscal”, sostuvo y destacó que durante la transición “el gradualismo no fue una elección sino una imposición de la realidad” y que “tuvo que ser financiado con emisión de deuda”.

Lacunza explicó que el préstamo del Fondo Monetario Internacional “no es otra cosa que sustituir deuda privada que estaba contraída a una tasa promedio del 6,5% por un préstamo a una tasa del 4%, con la idea de no tener un corte abrupto del financiamiento y no obligar a un ajuste fiscal muy severo y repentino”.

Lacunza reconoció que "los resultados han sido inferiores a lo que pensábamos"

En otra linea, el ministro se refirió al resultado de las PASO y señaló que “tras las elecciones primarias hubo una reacción de mercado donde se duplicó el riesgo país, hubo una depreciación nominal (del peso) del 25% y se redujeron drásticamente las posibilidades de renovación de la deuda de corto plazo en Argentina”.

En este marco, consideró “importante consensuar entre todas las fuerzas partidarias para dar certidumbre sobre el perfil de la deuda y la trayectoria fiscal esperada para mostrar que la deuda argentina está en una trayectoria sustentable, y encarar una negociación voluntaria con los acreedores”. En ese sentido, evaluó que “despejada la incertidumbre electoral sobre el pago de la deuda, Argentina podrá recuperar el sendero alcista que había antes de las PASO”.

Para el año próximo,  el ministro pronosticó "maduración de inversiones" y de exportaciones, así como también una "buena cosecha porque hay buenas perspectivas de siembra". 

Hacia el final, Lacunza volvió a insistir en la necesidad de construir consensos.  “Ningún gobierno puede hacer reformas solo; ni este, ni el anterior, ni el próximo. Es un mal que tengamos que resetear la economía cada vez que empezamos un período presidencial”, aseguró.

En la misma línea, destacó que “a las diferencias ideológicas algunos la ilustran con la palabra grieta, pero nos debemos un 36% de pobreza y un 66% de inflación desde el regreso a la democracia”. 

“Tenemos que empezar a construir consensos en materia económica. Ahora todos los candidatos hablamos de equilibrio fiscal, algo que parecía obvio pero no era tan obvio. Coincidimos en que la inflación no era una forma genuina de financiar el déficit; en que la deuda tiene un límite; y en que las estadísticas públicas tienen que decir la verdad”, concluyó.