En el 2016 el Gobierno de Macri inició su gestión con una profunda transferencia de recursos desde los trabajadores y los humildes hacia los grandes exportadores de granos y mineras con la quita y la reducción de las retenciones, como así también hacia la banca financiera. Además, no podemos olvidar el tremendo endeudamiento con el que pretenden hipotecar nuestro futuro, la profunda devaluación de la moneda, el aumento de casi el 50% del precio de los alimentos y la suba de las tarifas que completan un cuadro donde los salarios perdieron enormemente su valor.

Este año vienen por el ajuste, por aquello que no pudieron completar. La prédica del achicamiento del gasto público y la reducción del déficit fiscal se profundiza con el cambio de Ministro de Economía.

Es importante aclarar que el ajuste no pasó en toda su dimensión porque los Movimientos Populares defendieron en la calle los 7 puntos de PBI destinados para políticas sociales alcanzados en los años anteriores, porque se sostuvieron muchas de las políticas hacia los sectores postergados gracias a las grandes manifestaciones realizadas por los trabajadores y porque se lograron destinar partidas extra-presupuestarias para los sectores de la Economía Popular a través de la Ley de Emergencia Social, fruto de la lucha y la organización en unidad.

Las victorias que ha logrado el pueblo en las calles, organizándose y reclamando por sus derechos, son solo un freno a la voracidad de un gobierno que va por más, utilizando viejas recetas rancias bajadas desde el FMI y desde los grupos del poder económico. Pero estos pequeños triunfos dan cuenta de la enorme voluntad de pelea que ha tenido nuestra sociedad para defender los derechos conquistados, y que ha demostrado que no está dispuesta a permitir la impune desigualdad impulsada desde el Poder Ejecutivo.

Este año, con la salida de Prat Gay, renuevan las expectativas del establishment para ajustar aun más a los laburantes. Sin embargo, no es solo contando la realidad, dando testimonio de pureza o repartiendo encuestas, que vamos a lograr torcer el rumbo de la gestión Macri/Michetti.

Se consiguieron frenar algunos planes del gobierno con la movilización popular, porque se abordó la pelea desde una mayor amplitud sectorial y social, desde la legitimidad que dan los protagonistas reales, desde los reclamos concretos y urgentes del Pueblo Trabajador, y no desde la parcialidad de un sector político partidario.

No alcanza con recordar y remarcar que antes estábamos mejor, hay un nuevo escenario regional y global que nos obliga a nuevas acciones, nuevas prioridades, nuevos emergentes y nuevas estrategias. Es por eso que debemos comprometernos con la construcción de una alternativa política que exprese el momento histórico que vivimos.

Los Movimientos Populares entendemos que para visibilizar nuestros ejes y llevar las problemáticas del sector a la agenda pública, política y parlamentaria es necesario encontrar una alternativa que nos contenga y encuentre vías de resolución a las necesidades de la Economía Popular.  

Los ejes de debate y acción centrales para esta etapa son

-La pelea por dignificar el trabajo y la creación de empleo de interés social.

-La necesidad de renovar las estructuras institucionales para que no estén siempre los mismos, otorgando el lugar correspondiente a los trabajadores, a los jóvenes y las mujeres.

-Definir qué tipo de desarrollo energético necesita el país, porque no podemos seguir entregando nuestra soberanía a las transnacionales.

-Modificar la estrategia del modelo agropecuario, y priorizar la agricultura familiar, como fuente de alimentos sanos y cuidados de la madre tierra.

-Nacionalizar y democratizar la economía, ya que desde la recuperación democrática hasta hoy, sin diferencias partidarias, el proceso de extranjerización y concentración económica nunca se detuvo. 

Los Movimientos Populares rechazamos todo tipo de corrupción, y estamos dispuestos a combatirla dentro y fuera de nuestras organizaciones, porque la corrupción es inherente a un modelo de país desigual y porque muchos corruptos en nombre del pueblo lesionan la credibilidad de nuestras acciones, propuestas y programas.

Hace tiempo que venimos planteando que Tierra, Techo y Trabajo no es solo una consigna. Es mucho más que eso, es un programa de Gobierno, es una hoja de ruta para quienes pretendemos transformar las estructuras desiguales que aún persisten en nuestra sociedad. Es la base programática de un Frente Social y Popular que hoy no está expresado plenamente por ningún sector político.

La fuerza que empuja desde abajo no puede caer en meras especulaciones electorales vacías de contenido. Estamos cansados de optar entre representantes que no surgen más que de las estrategias del marketing o de acuerdos de unidad en fotos sepia. Vamos a elegir por una alternativa con propuestas reales y concretas, porque estamos decididos a construir la unidad en la diversidad para ofrecerle a la sociedad una propuesta política que frene el despojo y avance hacia un Futuro con Dignidad.