Desde el gobierno provincial no logran cerrar el conflicto con los docentes. El contexto de fuerte inflación obliga a los gremios a no aceptar una propuesta que consideran "insatisfactoria", teniendo en cuenta la realidad que atraviesa el país. Por eso, tras la última reunión que tuvieron con los funcionarios de Vidal se definió convocar a un paro de 72 horas luego del receso invernal. La respuesta del Ejecutivo bonaerense fue salir a calificar la medida de fuerza como "política" y la mandataria provincial dictó la conciliación obligatoria. 

Se acerca agosto y María Eugenia Vidal no logra llevarle la tranquilidad a los padres de que el conflicto se solucionará. El anuncio del paro de 72 horas a partir del lunes habría sido la gota que revalsó el vaso, y por eso la Gobernadora optó por solicitar la conciliación obligatoria al Ministerio de Trabajo bonaerense. 

El pedido de la mandataria provincial fue girado este jueves a la cartera laboral donde el ministro de Trabajo, Marcelo Villegas, firmará la medida y notificará vía telegrama a cada uno de los gremios docentes. 

Con esta decisión política, Vidal busca que se garantice el inicio de clases el próximo lunes tras la finalización del receso invernal. 

A Vidal y sus funcionarios no los agarró por sorpresa el anuncio de esta medida de fuerza, ya que la última propuesta realizada -15% de aumento más 1,7% en materiales didácticos- para el primer semestre no cumplía con los estandares exigidos por los gremios. Una vez más el discurso oficial fue apuntar contra Baradel y asegurar que el paro responde a cuestiones "políticas". 

Nada se comunicó respecto a futuras reuniones con los gremios docentes, o mejoras en las propuestas salariales. Incluso el ministro de Educación provincial, Gabriel Sánchez Zinny, descartó que vayan a realizar una propuesta salarial para todo el 2018.