El Gobierno bonaerense buscará que más jóvenes se inscriban al plan Buenos Aires Vacunate
Con la llegada de más vacunas y el Hito 2 de la campaña de vacunación cerca de cumplirse, una (pre)ocupación de la gestión Kicillof pasa por lograr una mayor inscripción de los dos millones de sub 30 que aún faltan registrarse. El impacto negativo de la desinformación mediática, la campaña que piensa el Ministerio de Comunicación, y el antecedente de la Sputnik V
“Le pedimos a todos los bonaerenses que se registren, porque está llegando una enorme cantidad de vacunas y la idea es terminar con esta pesadilla lo antes posible, y eso se hace con la vacunación” así cerró su intervención en la conferencia de prensa del viernes pasado el Ministro de Salud Daniel Gollán, dejando bien en claro el nuevo desvelo del Gobierno bonaerense. Para “vacunar, vacunar y vacunar”, el mayor anhelo hoy por hoy en Casa de Gobierno en La Plata, es preciso que la totalidad de la población se registre en el plan Buenos Aires Vacunate. “Inscribir, inscribir e inscribir” pareciera ser hoy, entonces, el objetivo al que apuntan los esfuerzos oficiales, con una coordinación e intensidad propia de los primeros momentos de la histórica campaña que se está llevando a cabo.
Pero, si bien la convocatoria apunta al grueso de la población, hay un sector específico que hasta ahora se ha mostrado menos permeable y en los próximos días comenzará a recibir el foco de la atención. Se trata de los adultos sub 30 que, hasta ahora, registran un porcentaje menor de inscripciones que las de otros rangos etarios, y que las que el Gobierno quisiera tener.
El universo total de mayores de 18 años a los que el Estado pretende llegar con la vacuna, ronda en la Provincia de Buenos Aires los 12 millones de personas. Ayer, voceros mediáticos y zócalos televisivos se apuraban a anunciar el logro de los 8 millones de inscriptos. Golpe de efecto mediante, lo cierto es que el Gobierno anunció la cifra exacta de 7.888.620 registrados en el sistema, por lo que habría poco más de 4 millones de bonaerenses en condiciones de inscribirse que aún no lo hicieron. Unos 2 millones, la mitad de los que faltan anotarse, serían personas de entre 18 y 30 según informó la periodista Rosario Ayerdi el viernes pasado, en una entrevista que le realizaron a la Ministra de Gobierno Teresa García en el programa de Luis Novaresio “Dicho esto”.
En esto no puede dejar de verse el impacto del permanente ataque mediático y de la oposición a cualquier vacuna que no fuera la de Pfizer y al plan de vacunación en general, tanto en relación a la adquisición de vacunas por parte del Gobierno nacional, como su posterior distribución y aplicación por parte del Gobierno bonaerense. La propia Teresa García respondía en la entrevista citada “hubo campañas muy negativas respecto a la vacunación en general, de descreimiento a que pudieran llegar las vacunas”, lo cual sumado a que “en enero nadie imaginaba que en el mes de junio íbamos a tener una llegada masiva de vacunas” pudo ser la razón para que quizás muchos jóvenes no se anotaran. “El gobernador ha determinado comenzar nuevamente a insistir con la campaña de inscripción, distrito por distrito, para que todo el mundo se inscriba” complementó la Ministra de Gobierno bonaerense.
Ayer las redes oficiales y de los principales funcionarios se hicieron eco de esa consigna y se poblaron de nuevas convocatorias a la inscripción. Por otro lado, desde el Ministerio de Comunicación Pública que comanda Jesica Rey le confirmaron a Diagonales que efectivamente se apuntará a la juventud con campañas específicas para reforzar la llegada a ese sector. La comunicación irá principalmente por redes sociales con Instagram y Tik Tok, los canales más habituales en la población sub 30, y tendrá un tono positivo y esperanzador.
La búsqueda pareciera ser romper con la sensación instalada por los medios opositores de que la vacunación avanza lento y sólo para los adultos mayores, que no hay vacunas en el país, y que a los jóvenes no les llegará nunca. Arturo Jauretche escribió que el arte de los enemigos del pueblo es desmoralizarlo, entristecerlo, pues nada grande puede hacerse desde la tristeza. Desde el Gobierno bonaerense saldrán a ofrecerle un horizonte posible a la juventud que la comunicación hegemónica, medios opositores y oposición política, le nublan permanente e intencionalmente. Las piezas comunicacionales estarían listas para salir a conseguir inscripciones esta semana.
La comunicación oficial tuvo, desde un inicio, el objetivo de acompañar el proceso de vacunación. En un primer momento se buscó instalar la marca Buenos Aires Vacunate, frente a la necesidad de mostrar un plan y una proyección que generara confianza en la población. A medida que el proceso fue avanzando, se fue apuntando a sectores específicos según lo permitía la provisión de vacunas. Hoy en día, con la llegada de millones de vacunas en los últimos días y la previsión de más arribos durante todo el mes de junio, la apuesta del Gobierno que todo mayor de 18 años se registre, lo cual también significaría un gran insumo para la planificación general del proceso vacunatorio para los meses que se vienen.
Las proyecciones son completar rápidamente los dos primeros hitos de la vacunación, posiblemente en las próximas semanas. El primer hito abarca a la totalidad del personal de salud, los mayores de 70 años, y las personas entre 60 y 69 años con comorbilidades. Según informó Daniel Gollán el viernes pasado, esos sectores ya fueron completados en un 95,55%, 90,24% y 97,72% respectivamente, siempre recordando que se plantean porcentajes sobre el total de inscriptos, no el total de la población, de ahí la importancia de que todos los bonaerenses se registren. El segundo hito comprende a los adultos de entre 60 y 69 años sin comorbilidades, y los de entre 40 y 59 años con comorbilidades. Aquí, sobre el total de inscriptos ya se vacunó al 80,04% del grupo 60-69 años, un 68,49% de quienes tienen entre 50 y 59 años y presentan comorbilidades, y un 28,50% de los adultos de entre 40 y 49 años con enfermedades pre existentes.
El tercer hito, anunciado el fin de semana pasado, será vacunar a todos los inscriptos (18 años en adelante) con comorbilidades, y a los mayores de 40 años sin comorbilidades. Luego vendría la última etapa, en la que entrarían todos los mayores de 18 años, y a la que se espera llegar en los próximos meses. Para ello es que se intensifica la comunicación y los pedidos a la población para que se registre, ya contar con esa información es vital para el Gobierno en cuanto a la planificación de la campaña de vacunación, y recordando siempre que la misma no es obligatoria y requiere de la voluntad de la población para vacunarse.
El esfuerzo comunicacional del Gobierno tiene que remontar meses de campañas mediáticas que lograron construir un escenario de descreimiento y escepticismo en sectores de la población con respecto a la vacuna como camino de salida de la pandemia. Vale a esta altura recordar un antecedente reciente para graficar esta cuestión. Cuando se anunció el acuerdo con el Instituto Gamaleya para la provisión de la Sputnik V, los ataques contra ese logro del Gobierno llegaron incluso a las denuncias por envenenamiento. El impacto que generó eso en la población decantó en una inscripción que fue avanzando mucho más lento de lo que se hubiera esperado. Cuando a fines de enero la revista científica The Lancet anunció los excelentes resultados de la Fase III de “la vacuna rusa”, como la llamaban despectivamente los medios opositores, las inscripciones diarias al Buenos Aires Vacunate se duplicaron.
La irresponsabilidad de comunicadores y políticos que instrumentaron y siguen ejecutando esas jugadas para confundir y desmoralizar a la población queda a la vista y tiene, por supuesto, una intencionalidad política y electoral. Personajes como Elisa Carrió o Fernando Iglesias siguen hoy despotricando en sus redes y sus medios de comunicación amigos contra una de las vacunas que logró mejores resultados de todas las existentes, por citar sólo un ejemplo. Contra toda esa maquinaria nefasta lucha el Gobierno bonaerense para convencer a toda la población de la Provincia de que la salida del túnel está cada vez más cerca. Seguramente este no sea el último capítulo de la novela.