Una medición de pobreza y el debate
Por Javier Pérez Ibáñez. Un rebate a que el 30,3% de pobres con el que cerró el 2016 sea una "situación heredada"
Con la última publicación de las mediciones de Pobreza por parte del INDEC vuelve a ponerse el foco sobre los déficits metodológicos y la utilización política de las estadísticas publicas por parte de la gestion de Cambiemos. El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) analizó los datos provistos por el Instituto de Estadísticas y elaboró un informe detallado en donde se rebate que el 30,3% de pobres con el que cerró el 2016 sea una "situación heredada" y argumenta que fue consecuencia de la gestión de Mauricio Macri.
El debate político en torno a la pobreza
El informe del CEPA comienza remarcando lo que toda la comunidad científica le critica a la nueva gestión del INDEC. Si bien resulta positivo "actualizar" los indicadores para medir la pobreza, hacerlo sin empalmarlos con la antigua medición esconde una clara intencionalidad política. Esta estratagema busca ocultar el efecto de las primeras medidas de la gestión de cambiemos sobre la pobreza.
Mauricio Macri puso en evidencia esta intencionalidad cuando declaró a fines de septiembre del año pasado "Este es el punto de partida sobre el que acepto ser evaluado". Es decir, no pretende tomar responsabilidad por el periodo transcurrido desde diciembre 2015 hasta septiembre 2016, etapa en la cual se realizaron las medidas más significativas que afectaron la pobreza (devaluación y su consiguiente inflación, tarifazo, quita de retenciones, etc), sino que toma el 33% de pobreza como comienzo de su gestión.
De esta manera, el 30.3% de pobres en diciembre es presentado por Carolina Stanley como la primera victoria del Ministerio de Desarrollo Social (sin importarle que la comparación entre trimestres sea metodológicamente errónea dado que no toma en cuenta factores estacionales que afectan la pobreza, como por ejemplo el aguinaldo).
A su vez, la negativa de empalmar las mediciones hacia atrás imposibilita la comparación entre las políticas públicas entre un gobierno y otro, y legitima el discurso oficial de austeridad fiscal dirigido a recortar el gasto público. Emilio Monzó expresó que en treinta y tres años de democracia fueron gobernados en un 90% por el peronismo y el resultado fue 30% de pobreza; es decir que todo lo que se ha hecho hasta este punto fue en vano y por tanto resulta viable, y esperable, cancelar todo tipo de gastos en programas que estaban dirigidos a reducir la pobreza. Aquí de nuevo se evidencia que el apagón estadísticos de principio de la gestión de Todesca frente al INDEC estuvo dirigido a crear un virtual comienzo estadístico de la gestión de Cambiemos en el cual todo la pobreza fuese "heredada" del gobierno anterior.
El debate metodológico
Pero a su vez el informe presenta una seria de críticas a la nueva metodología utilizada por el INDEC. En él se sostiene que no solo el guarismo de 30,3% de pobres que se presentó tiene serias deficiencias estadísticas sino que encubre la voluntad de legitimar el discurso de la UCA sobre los niveles de pobreza durante la gestión del gobierno anterior. De esta manera CEPA sostiene que se realizó una construcción estadística de poca validez metodológica.
El índice de pobreza tiene como base la comparación entre una determinada canasta de consumo con el ingreso de una población, de esta manera aquellos que con sus ingresos no pudiesen alcanzar esta canasta quedarían por debajo de la línea de pobreza. En la construcción de este índice intervienen al menos 4 elementos. Primero, la Canasta Básica Alimentaria que establece una dieta calórica mínima a partir de la cual una persona promedio podría sobrevivir. Luego el coeficiente de engeles, que estipula el costo, en base a la CBA, de un conjunto de bienes no alimenticios obteniendo como resultado un tercer elemento, la Canasta Básica Total (CBT). Las personas con ingresos por debajo de la CBT quedan por debajo de la línea de pobreza, mientras que los ingresos por debajo de la CBA quedan por debajo de la línea de indigencia. Cuarto, las mediciones de pobreza se hacen sobre una población de referencia, es decir se mide los comportamientos de consumo del sector de la población que se encuentra en el umbral de la pobreza.
A estos 4 elementos habría que sumarle que ambas canastas se deben medir según los precios vigentes al momento que se pretenda hacer la medición, de ahí la importancia del índice de precios al consumidor. Por último, la construcción de los hábitos de consumo tanto en cantidades como en calidad, que permite la construcción de la CBA, se hacen en base a la Encuesta de Gasto de Hogares (ENGHo). La ENGHo es una encuesta muy costosa que lleva en promedio dos años de trabajo, la misma se realiza cada 8 años (86/96/04/12).
De esta manera, CEPA establece una serie de críticas a las nuevas mediciones del INDEC. Primero, si bien fue correcto revisar la composición de la CBA, la población de referencia, y re-estimar la coeficiente de engels y por tanto la CBT, lo correcto hubiese sido hacerlo en base la ENGHo mas reciente. La gestión de Todesca omitió deliberadamente la encuesta de 2012 y tomó parcialmente datos de la de 1996 y otros datos de la de 2004. Llegando incluso a construir la CBA en base a la de 1996 (es decir con hábitos de consumo de hace más de 20 años) y el coeficiente de engels con la encuesta de 2006. Esto resulta llamativo dado que se estarían construyendo hábitos alimenticios con una encuesta y hábitos no-alimenticios con otra encuesta, arrastrando necesariamente errores metodológicos.
Segundo, se actualizo la base calórica de la CBA subiéndola de 2700 calorías, para un hombre adulto de entre 30 y 59 años, a 2750 calorías. Detrás de este pequeño cambio se esconde la mayor dificultad en la comparación con mediciones anteriores dado que vuelve a las dos canastas muy disimiles y rompe las series históricas sin que se haya hecho nada para poder empalmarlas.
Tercero, el INDEC modifico la medición de los precios de los productos que contiene la CBA de como se realizaba históricamente. Reemplazo la medición de cada uno de ellos por separado, lo cual hubiese sido más costoso pero más riguroso, por la evolución de los precios del rubro Alimentos y bebidas del Índice de Precios al Consumidor. De esta manera, se actualiza toda la CBA indistintamente sin importar el desempeño de cada uno de los productos que la componen. Dado que el IPC contiene más productos que los que la CBA incluye es probable que este cambio este generando distorsiones en las mediciones.
Cuarto, se modificó la población de referencia tomando mayor cantidad de segmentos con ingresos medios y bajos y por tanto se estaría subestimando el impacto de pobreza.
El informe concluye que el deliberado cambio metodológico realizado por el organismo busca impedir el empalme hacia atrás en las series de pobreza e indigencia y soslayar el salto de pobreza desde que asumió la gestión Cambiemos. Asimismo, esta decisión intenta deslegitimar la reducción de la pobreza durante el gobierno anterior.
Como siguiente paso, se ha instalado que el empalme natural a los datos de pobreza publicados por el INDEC es la serie provista por la UCA para el periodo 2010 2016. Esta estimación de pobreza carece de consistencia metodológica y los elementos que la componen (ingresos, valor de canastas y coeficiente de Engel fijo, entre los principales) demuestran que el empalme tiene una explicación política antes que técnica.
La decisión de pretender juzgar el gobierno de Cambiemos luego del apagón estadístico implica ocultar el impacto de las propias medidas económicas impulsadas por el macrismo desde su asunción. En efecto, la medición de pobreza por ingresos resulta muy sensible a las variaciones tanto del ingreso como de los precios de la canasta alimentaria. En este sentido, la decisión de devaluar la moneda a mediados de diciembre conjuntamente con la quita de retenciones y sumado a ello, el tarifazo posterior han golpeado severamente el ingreso de bolsillo de las mayorías argentinas. De la misma manera que el gobierno realizó con la tasa de desocupación, la publicación del INDEC omite deliberadamente la evolución de la pobreza desde el inicio del gobierno de Cambiemos.
En efecto, la evolución de los precios de los alimentos en los meses de diciembre y enero (por las medidas económicas del gobierno nacional) se tradujeron en un consecuente y previsible aumento de la indigencia y la pobreza medidas por ingresos que el INDEC está decidido a no reflejar. Así, detrás de un aparente cambio metodológico en la medición se esconde una estratagema de ocultamiento de los efectos sobre la pobreza del nuevo modelo económico implantado desde que asumió Mauricio Macri.