¿Qué sería del baile sin ShowMatch?
Por Lorena Liggi
"Bailar es soñar con los pies". El cuerpo comienza a crear, volando cielo abierto, corriendo campos florecidos... hablando el lenguaje secreto del alma. Estamos frente al arte "elegido", la única expresión que tiene como instrumento a nosotros mismos, los bailarines.
Profesión tan fascinante como sacrificada. Una vida entera de preparación, entrenamiento y disciplina donde el éxito alcanza solo a unos pocos. O al menos eso sucedía hace unos años.
Todo cambió con la llegada de Marcelo Tinelli y su "Bailando por un Sueño". Bailar comenzó a ser un arte más popular con la llegada masiva a los hogares en todas sus formas y variantes. Estilos, vestuarios, músicas y hasta un poco de historia, todo tuvo su momento en la llamada caja boba. Por ese lado fue y será magnífico.
Mediante el entretenimiento y con el Zar de la tv argentina a la cabeza; un poco de cultura, condimentada con algún que otro chimento estaba al alcance de todos. Se generaron puestos de trabajo, por lo que el propio programa proponía y por la repercusión que el ciclo tenía. Será la magia del arte, o el encanto del Sr T que esto sigue sucediendo.
A lo largo de estos más de 10 años, todo boliche, evento o programa de tv armó su staff de baile, florecieron escuelas a lo largo del país, y en los teatros revivieron las revistas y las comedias musicales. Así fue que el éxito de unos pocos pasó a estar en las posibilidades de todos. Pasamos a ser una gran comunidad, con más puestos de trabajo, pero también con más candidatos.
Se preguntaran ¿cuál es el problema? Activa el mercado, aumenta la competitividad, la autoexigencia, el progreso personal y mucho más. Es verdad, parece color de rosa. Pero no, bajo el concepto del yin/yang, siempre hay un punto de discusión y hemos llegado al primero.
De repente, el mecánico del barrio te dice "viste que linda coreografía de adagio hizo Liberman" QUE?! Habla de coreografía, dice adagio cuando es lo que menos hicieron, y que salió lindo porque le cae simpático el colorado. "Sr! Lo que Ud. dice es como si yo dijera que no me arranca el auto porque pinché una cubierta!" Son todos expertos.
Una se rompió los pies estudiando, dejó de lado reuniones familiares, fines de semana enteros entrenando, para que venga el mecánico, abogado o doctor, a evaluar sólo porque tiene un control remoto en la mano! Como si yo opinara de autos, leyes o medicina. Quizá suene muy personal, pero atentos acá. Empleada administrativa, toma 2 clases por semana de salsa y ES BAILARINA! Si, sucede. Empezaron a salir bailarines de bajo tierra. Y lo peor, con su "sueño por cumplir" se presentan como tales para trabajar, ofreciéndose casi gratis.
¡Ahora si! ¿Qué genera esto? Devaluación del trabajo e inversamente a lo anterior, menos puestos para artistas competentes. Ya que además el ojo crítico pasa hoy por los parámetros de un jurado televisivo, que responde a un show, al rating, y tiene como eje principal las peleas mediáticas.
En fin, después de todo y poniendo énfasis en lo positivo, no sería justo quitar mérito. ShowMatch hizo y hace un gran aporte cultural y específicamente al arte de danzar. Porque más allá de desvirtuar a veces el objetivo con discusiones frívolas, insultos de tránsito o personajes mediocres, dio el puntapié y una valiosa posibilidad, quizá única para muchos, de aprender un poco de arte, disfrutar algo de cultura, irnos a la cama con una sonrisa y de alguna manera, unir a los argentinos. Así que ¡GRACIAS MARCELO!