Mi amor por el tango arranca desde muy chiquita cuando disfrutaba mucho ver a mis padres bailarlo, porque era el único momento que los veía juntos abrazados, ya más de grande el tango me enseñó mucho a cómo relacionarme con los demás, bailar en pareja es igual como en la vida, hay q encontrar el punto medio para podernos mirar y bailar.

Me enseñó a no colgarme del otro y me enseñó también a respetar, a saber escuchar y a entender que para bailar en el tango y en la vida con los demás hay que saber estar en su propio eje y desde ese lugar bailar, difícil tarea si las hay. 

Gracias al tango aprendí a bailar sola y con los demás y que es tan lindo improvisar sin saber a dónde vas, y que no importa el tiempo ni el lugar el tango se puede bailar en cualquier lugar.

Las letras del tango no se cantan, se dicen y esas historias tan reales aunque sean de otra época son tal actuales hoy en día.

Hace mucho que busco comprar un Bandoneón y como no se fabrican más es difícil conseguirlo y ayer recibí una noticia maravillosa, me regalaron un Bandoneón del año 1935, al que voy a aprender a tocar para poder contar lo que no puedo cantar, y de verdad es el mejor regalo de mi vida, después de mi hija que fue la primera en tocar ese Bandoneón con 10 años, la miraba y sentía una enorme alegría en mi corazón que desbordaba de felicidad.

*Bailarina, Actriz, y Modelo. Nacida en Uruguay y radicada en Argentina. Realiza show de tangos y fue telonera con su espectáculo en la presentación de los Rolling Stones en Montevideo. Twitter @AndreaGhidone