La brutal e irracional represión desatada por el Gobierno nacional contra los manifestantes que se acercaron al Congreso a bancar a los jubilados no hizo más que desatar un caos muchísimo peor que el que se hubiera dado con una protesta tranquila frente al palacio legislativo. Las fuerzas comandadas por Patricia Bullrich comenzaron desde bien temprano a provocar y agredir a la gente que pacíficamente se congregaba en la Plaza de los dos Congresos y sus alrededores, y el resultado fue que, tres horas después, los disturbios continúan y se extienden por todo el centro porteño.

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Lo que en principio podría haber sido una manifestación más, controlada y circunscripta a las inmediaciones del Congreso de la Nación, ya se convirtió en un desbande que llegó hasta la Plaza de Mayo y otras zonas del centro porteño, como el cruce de las avenidas Corrientes y Callao.

La represión que inició alrededor de las 16 horas no logró controlar la manifestación, sino más bien todo lo contrario. Las miles de detonaciones de balas de goma y gases lacrimógenos fueron empujando a la gente por las calles laterales y la Avenida de Mayo, y la protesta terminó trasladándose a las puertas de la Casa Rosada.

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Los manifestantes llegaron a Plaza de Mayo cantan "ohh, que se vayan todos, que no quede, ni uno solo", y colgaron una bandera con la leyenda "a muerte con los jubilados" frente a la casa de gobierno. La foto del día es un caos total generado por la irracional y desmedida represión ordenada por Patricia Bullrich