La realidad comienza a estallarle en la cara a un Gobierno que no tiene más respuestas para dar que mentiras y bicicleta a los reclamos que se multiplican en la sociedad. Este lunes, la protagonista del papelón fue la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien debió enfrentar un inesperado planteo cara a cara y respondió con la primera mentira que le vino a la cabeza.

En pleno reclamo de la Gendarmería por el mísero 5% de aumento que el Gobierno prometió a la fuerza, un oficial se cruzó con la ministra durante una de sus recorridas y no dudó en expresarle su realidad. “Tengo dos hijos en mi casa que no tienen para comer, le sale 450.000 pesos el alquiler, no le alcanza señora con un 5%, gana 25 mil pesos por día, no es nada”, expresó compungido el gendarme. 

Ampliar contenido
Diagonales on Twitter / X

Acorralada por el baño de realidad, Bullrich intentó salir del paso: “”Estamos trabajando para que nos den los planes PROCREAR, que son viviendas, le juro por Dios que estamos haciendo un esfuerzo enorme. El Gobierno hizo un esfuerzo del 5, más el 1,5, más el 1, nadie está recibiendo ese aumento, hicimos un esfuerzo para todos ustedes y además estamos trabajando para que nos den viviendas. Téngame confianza, yo estoy con ustedes”, se escucha decir sin despeinarse a la ministra.

Más aún, cuando el gendarme insistió con el alto valor de los alquileres en relación a los sueldos, Bullrich volvió sobre la mentira: los alquileres los vamos a ir cambiando por casas, porque vamos a agarrar todos los planes PROCREAR. Téngame confianza”.

Lo cierto es que el PROCREAR, una de las medidas más exitosas de los gobiernos del kirchnerismo y a partir de la cual miles de argentinos pudieron acceder a una vivienda propia, fue disuelto por el Gobierno de Bullrich y Milei en noviembre del año pasado. El Decreto 1018/24, que lleva la firma de Milei, Guillermo Francos y Luis Caputo, sentenció el programa afirmando que “la financiación de la construcción de viviendas es una actividad propia y principal de los bancos comerciales, privados y públicos, por lo que no se justifica la intervención del Estado en esa materia”.

Bullrich y el Gobierno se quedan sin respuestas ante los reclamos de la sociedad, y como salida eligen mentirle en la cara a aquellos que sufren los resultados de su desmantelamiento irracional del Estado.