Con una devaluación del 18% del dólar oficial al comienzo de la jornada, el Fondo Monetario Internacional (FMI) vuelve a estrangular por vigésima tercera vez a la Argentina con un nuevo desembarco. Los 20 mil millones de dólares que aprobó el board como parte del nuevo plan de facilidades extendidas tienen una preocupante letra chica, que se suma a lo que le pedirá la administración Trump al Gobierno para darle ayuda extra.  

Este lunes se acabó la "tablita" cambiaria de devaluaciones que el Gobierno había fijado al 1% mensual, y ya el Banco Nación vende la divisa para personas físicas a $1250. Este cierre parcial e incompleto del "cepo", que no permite el acceso a las empresas, y que solo permite la remisión de utilidades a las casas matrices a partir del 2026, fue recibido con beneplácito por distintos actores económicos de peso, particularmente desde los grandes fondos de inversión y entidades bancarias.

Para ellos, esto significa que es negocio quedarse en la Argentina unos meses más. La ecuación es lógica: una vez llegado al tope de la banda cambiaria que el Banco Central fijó en $1400, y una vez vuelto el esquema de devaluaciones mensuales del 1%, comenzará a sentirse con fuerza otra vez el deporte nacional por excelencia de los sectores más acaudalados: la "bicicleta financiera".

El Poder Ejecutivo ganó aire en materia económico-financiera, pero resigna capital político, dejando de lado sus dos promesas principales. Una: la baja de la inflación, que sube con fuerza tras el salto del 3,7 % en marzo. Un panorama aún peor se avizora para el mes de abril, con remarcaciones que tienen más en cuenta un dólar en su valor tope de $1400, donde despunta el aumento de los alimentos, y por el que los salarios, las jubilaciones, y los ingresos de los pequeños comerciantes e industriales, sufrirán fuertes caídas nominales.  

La otra: el control del dólar oficial, que hoy quedó de lado con lo que el ministro de Economía Luis Caputo denominó la "fase tres" de la hoja de ruta oficial. Esto a pesar de que hace pocos días se desterraba esta posibilidad y todos los funcionarios de Javier Milei despotricaban contra "los mandriles" que presagiaban este desenlace.  

Aun con la entrada de estos primeros 12 mil millones de dólares por parte del FMI en las próximas horas, a los que se sumarán otros 2 mil en junio previa revisión técnica, la inconsistencia macroeconómica persiste.

Faltan dólares. A la administración nacional no le alcanzó que en el primer año de la gestión Milei- Caputo hayan entrado 19 mil millones de dólares del saldo comercial por exportaciones, los dólares financieros que entraron por el "carry trade", los 5.700 millones de dólares del superávit energético que dejó Vaca Muerta ni los 23 mil millones de dólares del blanqueo y la deuda de 16.000 millones de dólares con el sector privado por la deuda corporativa en obligaciones negociables en los últimos seis meses, tanto en el mercado local como en el internacional.

Tampoco le alcanzó el viento a favor de la caída del riesgo país que a comienzos de este año llegó a perforar los 500 puntos básicos, y la suba de acciones, sumado a las medidas preventivas como la del Banco Central que puso al país nuevamente en los mercados internacionales de capital con un “Repo” por 1.000 millones de dólares, y duró menos que un suspiro. El modelo Milei se mostró severamente inconsistente.

Las exigencias del FMI y el Tesoro norteamericano que anuncian una nueva fase de control sobre el Gobierno de Milei

EL COSTOSO SALVAVIDAS: NUEVA ETAPA DE CONTROL Y SAQUEO DEL ESTADO  

Por el fracaso del plan Milei-Caputo, el Gobierno debió soportar jornadas de penuria que se mezclaron con desesperación. Así lo indican los 5000 mil millones de dólares con los que el Banco Central debió salir a intervenir hasta el último viernes para desterrar los fantasmas devaluatorios que no pudieron espantar. Se incluyen ahí los polémicos casi 400 millones de dólares que se quemaron aun sabiendo que Caputo primero, y luego Milei en cadena nacional anunciarian el "final" del control de capitales. Por eso era imprescindible la plata fresca del FMI.

Las 138 páginas dadas a conocer por el directorio del organismo de crédito el fin de semana quedan bien sintetizadas en esta introducción: "La decidida implementación por parte de las autoridades argentinas de su plan de estabilización, centrado en un sólido ancla fiscal y amplias reformas estructurales, ha dado como resultado una rápida desinflación, una sólida recuperación económica y mejoras incipientes en los indicadores sociales".

Acá comienzan a verse los nubarrones: "A pesar de estos avances iniciales, la Argentina sigue enfrentando vulnerabilidades y desafíos estructurales, incluyendo la limitación de los mecanismos externos de protección para afrontar los elevados y crecientes riesgos globales, así como obstáculos para un crecimiento sólido y sostenible.”, marca el FMI en el inicio del documento".

En criollo, se reconoce la "motosierra" que puso en marcha el Gobierno, que en concepto de recortes en obra pública, jubilaciones, programas sociales y salarios suman 35.800 billones de pesos. Se sostiene que eso no es suficiente.

Durante todo el texto del FMI se puede ver a las claras las intenciones de dirigir la política del Gobierno hacia las recetas clásicas del organismo: reformas impositiva, laboral y previsional, por un lado. Todas pensadas para después de los comicios de medio término, es decir a partir de noviembre.

El Gobierno cede deseoso antes estos pedidos y va por más, como buen alumno que La Libertad Avanza quiere mostrar que es. También exige mantener la baja de subsidios a la energía, dejándolos solo para las clases bajas, lo que podría avivar mayor fuego a la espiral inflacionaria en aumento; y, apuntalar el gasto social que devendrá de la nueva crisis.

Por otra parte, se buscará quitar el cepo definitivamente; acumular reservas para el pago de la deuda; acelerar las privatizaciones; consolidar la desregulación de la economía; sancionar una ley de Ética Pública y mantener el nivel de ajuste de gasto del Estado.

Las exigencias del FMI y el Tesoro norteamericano que anuncian una nueva fase de control sobre el Gobierno de Milei

EL NUEVO DUEÑO DEL PAÍS

A esta exigencias del Fondo se le suman las del principal aliado en el tablero geopolítico de la Argentina: el Estados Unidos de Donald Trump, que tiene participación mayoritaria en el FMI.

En medio del vendaval comercial que la mismísima administración republicana generó con sus políticas de suba de aranceles a mansalva, la visita del Secretario del Tesoro Scott Bessent, un "águila" de la "timba" financiera mundial, es tan inusual para un país periférico como sospechoso.

Se presume, de acuerdo a los pronósticos de fuentes especializadas en materia internacional, que Bessent irá a fondo con lo que el Enviado Especial de los Estados Unidos para América Latina Maurice Claver Carone ya había anticipado: que la Argentina deponga todo tipo de relación China, prestamista clave para las reservas del Banco Central por el SWAP que mantiene con nuestro país, pero que además interviene en inversiones estratégicas como las del sector hidroeléctrico hoy en día paralizadas.

Otra hipótesis refiere directamente a la confrontación geopolítica del gobierno de Trump con otros países potencia. En este sentido, podría prosperar la autorización para instalar varias bases militares de Estados Unidos en la Patagonia y en Tierra del Fuego, con el objetivo de controlar el acceso a la Antártida y el paso bioceánico.

Esto se da en el marco del conflicto en la zona del Canal de Panamá, por el que Estados Unidos podría prescindir de sus socios de la OTAN que se agazapan en las Islas Malvinas bajo la bandera inglesa.

Washington le ofrecería de esta forma al gobierno de Milei no solo respaldo en el FMI, sino también en el Banco Mundial, en el BID y, eventualmente, en la propia Tesorería estadounidense.

Mientras tanto, la administración norteamericana no pierde el tiempo. "El funcionario del Departamento Comercio para Mercados Globales Ashok Pinto conversó hoy con el secretario de Minería Luis Lucero sobre posibles áreas de colaboración entre EEUU y Argentina. Las empresas estadounidenses pueden contribuir con su gran experiencia, conocimientos técnicos y tecnología de punta al desarrollo de la minería en Argentina", publicaron en la cuenta oficial de Twitter X de la Embajada. Se proclama un especial interés en los recursos naturales de la Argentina (cobre, oro, litio), en línea con lo que ya señaló la jefa del comando sur de Estados Unidos, generala Laura Richardson el año pasado.

X de Embajada de EEUU en Argentina

La agenda estdounidense también posó sus ojos en el sector energético con la reunión que Ashok Pinto tuvo con la secretaría de la cartera de Energía, María Tettamanti. Y la Encargada de Negocios Abigail Dressel hizo lo propio con el titular del CONICET Daniel Salamone. El interés giró sobre temas relacionados con la "biotecnología, los estudios antárticos, disciplinas espaciales y oceánicas, y el intercambio educacional".

El trabajo sucio, en favor de los intereses norteamericanos, en el caso de algunas empresas de interés para los Estados Unidos, contempladas en el acuerdo con el FMI, ya había sido hecho por la Inspección General de Justicia (IGJ).

Dentro de las entidades convertidas en Sociedades Anónimas, por las que ya se pueden vender la totalidad de las acciones, se encuentran: Corporación Buenos Aires Sur, Fabricaciones Militares, la Empresa Argentina de Navegación Aérea, la Administración General de Puertos, y la disuelta Télam.

Esta es solo la punta del ovillo de lo que puede desprenderse de la visita de Bessent. En medio de la desesperación, Milei puede llevar la entrega a cualquier costo.