Desarrollo Social: el fierro caliente que agarra Juanchi Zabaleta y el enojo de los Movimientos Sociales
El intendente de Hurlingham manejará una caja que supera este año los 250 mil millones de pesos. La salida de Arroyo abre un nuevo “loteo” de cargos y las organizaciones presionan por un “salario universal”
Un presupuesto que supera los 250 mil millones de pesos para este año es lo que heredará el intendente de Hurlingham, "Juanchi" Zabaleta, una vez que se confirme su arribo al Ministerio de Desarrollo Social, en reemplazo de Daniel Arroyo. El presidente Alberto Fernández definirá esta semana el enroque, que fue solicitado por el propio ex ministro, que desembarcará como diputado nacional por la Provincia de Buenos Aires desde la lista del Frente de Todos por su propia voluntad, según lo confirmó él mismo esta semana.
Semejante caja se reparte en distintos programas de contención destinados a los sectores populares, con eje en los conurbanos de los principales conglomerados del país. Abarca desde ayuda para trabajadores y trabajadoras informales, desocupados y desocupadas, estudiantes, mujeres y madres, cooperativistas y pequeños emprendedores, comedores populares y centros barriales de base, iglesias, barrios populares listados para su urbanización y asistencia a las infancias.
Todo un sector social en crisis en un país con casi la mitad de su población bajo la línea de la pobreza y que busca obtener un respiro y reactivarse en la post-pandemia: el botín es mucho más político que económico, porque pega en la línea de flotación de la “Reconstrucción Argentina”, tal como lo dice el propio slogan del Gobierno.
Ya desde marzo del año pasado, y antes también, ese rol social de contención formaba parte de una disputa territorial entre los intendentes y los movimientos sociales. Siempre fue silenciosa, pero tuvo algunos picos de discusión pública. La pandemia profundizó esa pelea y, a partir de ahora, un ganador claro. Quizás por eso, como pudo saber Diagonales, la asunción de “Juanchi” tendrá el acompañamiento de varios de ellos, en un acto con una fuerte carga simbólica.
El caso de La Matanza es quizás un espejo de esa situación: el Movimiento Evita, relegado de la lista local, intentó armar una boleta paralela en una suerte de interna, que el intendente Fernando Espinoza logró voltear. La interna del Evita estaba encabezada por Daniela Duría, esposa de Emilio Pérsico, líder del Evita y uno de los funcionarios más importantes del ministerio en cuestión. Habrá que ver cómo se recompone esa relación, por ahora rota, en el principal distrito electoral de la Provincia.
El Evita y el Movimiento Somos Barrios de Pie vienen de anunciar una fusión entre ambas organizaciones, que tuvo el visto bueno del Presidente, que también les reconoció su rol central en la contención social en pandemia. Pero por ahora, la herramienta sindical del espacio, la UTEP, espera todavía la personería definitiva que le permita ingresar a la CGT.
La UTEP prepara, también, una movilización para el próximo sábado, día de San Cayetano, a Plaza de Mayo. En principio, pese a que consideran que fueron “relegados” en las listas del Frente, se mantiene como una marcha en apoyo al rumbo del Gobierno. “Esperábamos mas”, dejaron trascender sobre cómo cerraron las listas, en las que el mejor lugar que consiguieron fue el de Daniel Menéndez, otro funcionario de peso del ministerio, en el 16 lugar.
Los discursos el próximo sábado, en ese contexto, van a ser interesantes de escuchar. Los Movimientos llegarán a la Rosada con una agenda gremial de reclamos: potenciar los créditos y subsidios “para integrarnos al sistema productivo” y la implementación de un “Salario Universal”.
Es decir, más inversión en el sector. Durante todo 2020, las organizaciones dispusieron de casi 100 mil millones entre el plan Potenciar Trabajo y la asistencia alimentaria a través de bolsones. La apuesta, ahora, es generar nuevos puestos de trabajo desde la Economía Popular. “Para arrancar por los últimos es indispensable brindar créditos a las cooperativas y profundizar el fortalecimiento a los trabajadores y las trabajadoras de la economía popular a través del salario social complementario”, dijeron en un comunicado reciente, previo a la movilización.
A la salida de Arroyo se le suma, como cabeza de lista, la de Victoria Tolosa Paz, (ex) presidenta del Consejo de Políticas Sociales, una suerte de (ex) vice-ministra en los hechos. Y la de Daniel Menéndez, dirigente ahora del Movimiento Evita, como secretario de políticas sociales. Tres cargos que quedaban vacantes y cuyos sucesores, de acuerdo a qué espacio al interior del Frente de Todos representen, derivará en un reacomodo de poder interno muy claro.
Tanto La Cámpora como el massismo tienen intereses y planes de gestión para la nueva etapa del ministerio, que ya tiene lugartenientes muy claros. “Lo importante es mantener el equilibrio” de poder, dejaron trascender las organizaciones.