Como premio a la violencia y a la represión, el Gobierno de Javier Milei le asignó hoy a la sheriff de Seguridad Patricia Bullrich un jugoso bono de $25.000 millones para los “gastos reservados” de la Policía. Así lo autorizó el Poder Ejecutivo a través del Boletín Oficial esta mañana, inmediatamente después del histórico operativo de las fuerzas nacionales contra los jubilados e hinchas que colmaron ayer el centro porteño. La resolución no informó a qué partidas se destinará el dinero pero sí aclaró que 20 mil “palos” irán a la Federal sin rendición de cuentas.

El Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 186/25 dispuso hoy una gigantesca actualización del Presupuesto 2025 -ese prorrogado desde 2023- bajo el argumento de que “dada la emergencia, es necesario que el Gobierno Nacional pueda asegurar una distribución razonable de sus recursos con el fin de poder cumplir con sus obligaciones”. La medida le ofreció una suma estrafalaria a la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE): unos $7.366 millones para ampliar los fondos del mega asesor Santiago Caputo. Y para “Pato” Bullrich, el triple.

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Así, la ministra recibió por decreto un “premio” de $25.000 millones extraordinarios en concepto de “Gastos Reservados”. El generoso bono contempla unos $4.750 millones para ser utilizados en “Actividades Centrales” y, atención, otros $20.250 millones para gastar sin rendición de cuentas en tareas de inteligencia de la Policía Federal Argentina (PFA), según información de El Destape; en un momento en el que las críticas se amontonan contra la fuerza de seguridad por su escandaloso accionar del miércoles.

Cabe destacar que el Presupuesto 2025 le adjudicó al ministerio un total de $35.000 millones para gastos reservados, pero hasta el momento el Gobierno solo dispensó poco más de $6,5 mil millones. De allí que “Pato” cuenta todavía con casi $30.000 millones debajo del colchón, a los que se le suman los $25.000 millones “frescos” que acaba de obtener. Con esto, Bullrich acumula más de $50.000 millones a su completa disposición para ser usados en gran parte a discreción y sin responder demasiadas preguntas – un verdadero premio a la sheriff represora.