Identificaron al efectivo que le disparó a Pablo Grillo
El Mapa de la Policía avanzó en la reconstrucción de los hechos de la represión del miércoles pasado. El cabo primero de la Gendarmería de apellido Guerrero fue el autor del disparo irregular que aún hoy tiene al fotógrafo peleando por su vida.
La organización Mapa de la Policía, especializada en el análisis y seguimiento de casos de represión y abuso de autoridad por parte de las fuerzas de seguridad, publicó este lunes un nuevo peritaje en el que se llega a una conclusión clave: la identificación del efectivo de Gendarmería que disparó en forma irregular el cartucho de gas lacrimógeno que impactó en la cabeza de Pablo Grillo, provocándole una fractura de cráneo y pérdida de masa encefálica.
El nuevo análisis incluyó imágenes de distintos medios, algunas de ellas tomadas por drones y que se conocieron días después de la represión. A partir de ellas se pudo identificar a un Cabo Primero de la Gendarmería, de apellido Guerrero y cuyo su número de legajo es 103208, que dispara en el momento preciso y en la dirección concordante con el punto del que salió el proyectil que impactó al fotógrafo.
“Gracias a un dron del canal A24, contamos con otra toma del cordón represivo formado por efectivos de Gendarmería y la Policía Federal, alineados en torno a dos carros hidrantes. Sincronizando los videos coinciden el disparo, el movimiento del chorro del hidrante y un disparo posterior que rebota en el piso, las personas que lo auxilian y el humo que llega detrás”, explica el video del peritaje del Mapa de la Policía, mientras expone imágenes del momento exacto en que a las 17:18 del miércoles pasado, el gendarme disparaba a quemarropa contra los manifestantes.
“Un segundo dron del canal de noticias TN capturó a la distancia la escena del disparo. Esta es la imagen clave, porque muestra al tirador en que lanza el proyectil. La posición coincide con la señalada por nuestros peritos”, continúa el análisis. Justamente a partir del rol clave de los drones en la exposición de los detalles de la represión, el Gobierno nacional prohibió su utilización en las inmediaciones del Congreso y Plaza de Mayo, en un nuevo gesto de autoritarismo sin fundamentos.
La identificación del Cabo Primero Guerrero se realizó a partir del color de su uniforme: era el único de color caqui entre los gendarmes y los efectivos de la Federal que lanzaban los proyectiles de gas. “Su aspecto es inconfundible”, señala el video luego de mostrar una multiplicidad de elementos como un morral cruzado, un bolso con municiones, la máscara y el casco que portaba el efectivo.
El seguimiento de sus movimientos luego de efectuar el disparo permitieron ubicarlo en un punto donde, gracias a una cámara de alta definición, los peritos pudieron exponer el apellido, el rango y el número de legajo que figuraban en el galón identificatorio del efectivo: Guerrero, Cabo Primero, Legajo N° 103228.
A su vez, la reconstrucción encontró que el tirador pertenece a la unidad móvil número 6 de la sección de empleo inmediato (SEI). “Es evidente que el tiro de Guerrero que impactó en la cabeza de Pablo no fue un hecho aislado. Los disparos realizados de modo horizontal, transgrediendo todos los manuales y protocolos, son reiterados y sistemáticos”, expresaron desde Mapa de la Policía. Y agregaron que “en ese sentido, la responsabilidad política recae sobre el jefe del Destacamento Móvil seis, el Comandante Mayor Héctor Ferreira, quien a su vez reporta al jefe del Comando Región I, de la provincia de Buenos Aires, el Comandante General Marcelo Fabián Porra Melconian”.
En el video se emociona también que todo el despliegue del operativo contó con la supervisión del director nacional de la Gendarmería, Comandante General Claudio Miguel Brilloni, quien estuvo presente el miércoles en el terreno de operaciones”.
Por supuesto, estas responsabilidades directas de las fuerzas de seguridad son inseparables del mandato político de Patricia Bullrich y, en última instancia, del presidente Javier Milei, quienes no sólo no tuvieron una sola palabra de condolencias para con Pablo Grill y su familia, sino que respaldaron el accionar represivo, mintiendo sobre hechos que quedaron claramente registrados por los medios, y afirmaron que no habrá ninguna investigación interna para determinar responsabilidades entre los efectivos. Las pruebas que acumulan día a día complican tanto a los miembros de las fuerzas implicados como a las cabezas políticas de la represión.