El que es sin dudas uno de los escándalos del año en la escena política nacional parece que apenas le mueve la aguja al Gobierno Nacional. Hasta ayer, el senador Edgardo Kueider era un aliado clave de La Libertad Avanza (LLA) en el Congreso y votante esencial de la “Ley Bases” libertaria; hoy, el presidente Javier Milei ya se olvidó del legislador semioficialista y, fingiendo demencia, le achacó la polémica a la oposición en un giro retórico sorprendente: “Lo de Kueider, digamos… Es un tema del kirchnerismo”.

“Lo de Kueider, digamos… Es un tema del kirchnerismo, se tiene que arreglar el kirchnerismo. Y nosotros estamos haciendo el mejor gobierno de la historia”, remató el jefe de Estado en brevísimas declaraciones a C5N antes de su ingreso a la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) que se celebra en Buenos Aires esta semana. No se molestó por lamentar lo sucedido ni exigir que la Justicia haga su trabajo: solo se encargó exclusivamente de soltarle la mano a uno de sus más importantes aliados.

En la misma línea se expresó la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien retomó las críticas realizadas por su predecesora Cristina Fernández de Kirchner (CFK) -que insinuó que “así consiguen los votos” en el Gobierno Nacional-: “Señora jefa de la banda, para intentar ensuciar hay que estar mínimamente limpia, y usted está más sucia que una cloaca. El senador Kueider entró en su boleta, con su cara al lado, y sigue siendo un afiliado del partido que usted preside”.

“Desde el Senado somos respetuosos de las leyes y del orden institucional. La Justicia dirimirá responsabilidades y le aseguro que tomaremos todas las medidas que tengamos que tomar para que se paguen los actos delictivos que se hayan cometido”, continuó la titular de la Cámara Alta; y cerró: “Su tiempo pasó. Deje de hacerle daño a la Argentina con su banda y tenga la mínima dignidad de dejar de atormentar a nuestro pueblo”.

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X de Victoria Villarruel