“Se vienen períodos de pagos netos de deuda, los cuales habrá que afrontar, sin lugar a dudas. Pero el desafío fundamental es crear un esquema de generación genuina de esos recursos”, explicó el economista Matías Kulfas, una de las patas financieras del Grupo Callao que acompañará el precandidato presidencial Alberto Fernández. Kulfas, como subsecretario PYME y director del Banco Nación, tuvo un rol clave entre 2006 y 2012 en el financiamiento productivo. Y la apuesta vuelve a ser apuntalar a las empresas del sector manufacturero, para que generen divisas y así sortear la restricción externa y generar puestos de trabajo. Respecto a la inflación, insiste en una explicación multicausal que requiere de fuertes consensos para controlarla. Macri heredó una inflación de entre 25 y 26  por ciento y hoy estamos arriba del 50, con lo que va a dejar un país con el doble de inflación que con el que asumió”, apuntó Kulfas en diálogo con Diagonales.

¿Qué medidas se analizan desde la usina de ideas del Grupo Callao para revertir la actual situación económica?

-Antes de pensar medidas puntuales, es necesario conocer el país que dejará este gobierno. Falta mucho. La economía argentina hoy está en una situación bastante delicada. Estamos viviendo un proceso inestabilidad financiera y constantes movimientos en el tipo de cambios; tal vez un poco más controlado estos días, por suerte. Pero hoy es difícil aventurar cuál va a ser el escenario en diciembre. A grandes rasgos coincidimos en que primero hay que generar una situación de tranquilidad. Al gobierno le faltan todavía seis meses y medio de gestión y se requiere que se transiten con una estabilización que evite nuevas situaciones críticas, como las que vivimos recientemente con el salto del dólar, con la corrida cambiaria que se disparó en abril del año pasado. En tres años y medio de macrismo se perdieron 130.000 puestos de trabajo, cayeron todos los sectores productivos, tuvimos aumento de la pobreza y del desempleo. Lo primero ante este escenario es lograr un mayor nivel de certidumbre.

¿Cómo se logra eso?

-Lo primero es recuperar el crecimiento económico, es la prioridad fundamental. Eso es lo que va a devolver cierto funcionamiento normal de la Argentina. Las deudas se van a pagar con mucha más facilidad si el crecimiento vuelve a la economía argentina. Tenemos que volver a poner el eje en nuestro mercado interno, en recuperar la situación de la industria y la pyme, que están muy castigadas por la crisis actual y, especialmente, si vamos a vivir una situación de restricción externa y escasa disponibilidad de dólares.

¿Cómo se sortea la restricción externa?

-En general, Argentina tiene como gran límite a su crecimiento la restricción externa. A veces se logra que su impacto no sea tan fuerte, ya sea cuando hay mejores precios de los commodities, mayor disponibilidad de las reservas o cuando se puede tomar deuda para resolver problemas coyunturales. Pero estas tres condiciones no van a existir en los próximos años. Difícilmente haya un ciclo de alza en el precio de los commodities, como se vio hasta 2014. Como vamos a tener que pagar la deuda, seguramente tampoco va a haber disponibilidad de reservas. Por el contrario, se vienen períodos en que vamos a hacer pagos netos de deuda y hay que afrontarlos sin lugar a dudas. Y el nivel actual de reservas no es muy alta y mucho del stock ya está comprometido en los futuros pagos de deuda. Por eso es fundamental crear un esquema de generación genuina de recursos por parte de los sectores exportadores. Esto se logra poniendo financiamiento a disposición de aquellos empresarios que tengan proyectos para aumentar sus exportaciones o sustituir seriamente importaciones de manera genuina y que no sean simples armadurías. Esas empresas tienen que recibir todo el apoyo financiero a tasas muy convenientes y plazos muy largos, porque esa es la inversión que va a redituarle al país y generar dólares y empleos.

"El Gobierno apuntó en una supuesta salida a favor de la inversión internacional, pero no generó las condiciones para que eso ocurra".

¿Hasta que esas inversiones tengan impacto, qué medidas se aplicarán para estimular la liquidación de divisas?

-Con certidumbre. El actual escenario de incertidumbre hace que, por ejemplo, los exportadores retaceen la liquidación de divisas y haya distorsiones en el mercado de cambios. En ese sentido hay que tener una política mucho más activa en el sentido de generar una oferta de dólares genuina y constante, con un pie en la coyuntura y otro en la estructura. El gobierno apuntó en una supuesta salida a favor de la inversión internacional pero no generó las condiciones para que eso ocurra. Están hablando de un mundo que no existe más. Macri, cuando asumió, llegó pensando que dado su perfil empresario y amigable con el mercado iba a generar por sí un fuerte crecimiento de las inversiones. Pero la verdad es que no había condiciones. Estaba pensando en un mundo más parecido a 1991, tras la caída del muro de Berlín, o un 2006, con el auge de los commodities. Y este es un mundo que no se parece en nada a esos escenarios. Esto no significa trabajar en contra del mercado. Pero requiere de otro papel del Estado, diferente, más activo y trabajar en proyectos de largo plazo.

¿Cómo piensan estimular el consumo interno?

-Con un esquema de relacionamiento con todos los sectores sociales. Un acuerdo económico y social no sólo es una buena idea sino que es indispensable para lo que se viene. Macri heredó una inflación de entre 25 y 26 por ciento y hoy estamos arriba del 50; es decir, va a dejar un país con el doble de inflación que recibió. Y pese a que dijo que era un tema fácil de manejar y estrictamente monetario. Con las recetas que tomaron no sólo no lo solucionó sino que lo complicó. Es por eso que se necesita un compromiso mucho más complejo, de salarios y precios, de diálogo con los sectores económicos y sociales, que es condición necesaria pero no suficiente.

"Macri va a dejar un país con el doble de inflación que el que recibió". 

¿Cómo encarar la inflación?

-La inflación en la Argentina tiene varios componentes. Uno inercial, otro vinculado con el tipo de cambio, otro con la puja distributiva y otro vinculado a la política monetaria. Hay que ponerlos todos en un conjunto y la manera de encararlos es con un acuerdo y con un programa consistente con este acuerdo. Debe incorporar pautas en que las subas salariales están relacionadas con subas en la producción. Con este sector manufacturero, tan alicaído, si se produce una suba muy fuerte de salarios, es probable que esa demanda no encuentre producción nacional. Entonces es probable que eso se vaya a importaciones y genere más problemas en el sector externo. Hay que trabajar con una política económica más calibrada que en el pasado. Es una prioridad bajar la tasa de interés, pero siempre en el marco de una mesa de acuerdo para bajar la inflación.

Hizo referencia a que se vienen años de ser pagador neto. ¿Van a ser tiempo de “vivir con lo nuestro”?

-No lo sabemos. Primero tenemos que ver cómo termina el gobierno su gestión y qué sucede en las elecciones. Siempre en términos hipotéticos y en cómo se desenvuelven los mercados. Hay un montón de variables que van a incidir. En principio lo que uno ve es un escenario en que este gobierno tomó mucha deuda. En tres años y medios triplicó el peso de la deuda externa, con privados y organismos internacionales. El escenario post abril de 2018 es que los mercados le dejaron de prestar a la Argentina y el Gobierno acudió el FMI para suplantar esa falta de financiamiento voluntario. No sabemos si el año que viene se va a modificar ese escenario. El punto central es poner todos los cañones en la economía real porque es la base de cualquier programa exitoso. Y los acreedores van a estar mucho más tranquilos con una economía en crecimiento que con una como la actual.

"Hay que discutir con el fondo, se va a discutir".

Parece no haber dudas en la oposición que se necesita renegociar las condiciones del acurdo con el FMI. ¿Es posible sin aceptar mayores esfuerzos?

-Se puede negociar muchísimo. Rescato mucho lo que dice Alberto de que no tiene ningún temor de discutir con el FMI. Lo has hecho, sabe lo que significa. En esto hay muchos mitos. Entre la idea de que no discutir nada y ser un servil obediente de lo que dictan de afuera, hay una amplia gama de grises. Lo que se viene es una economía plagada de grises, no de blancos o negros. Por eso creo que Alberto es una persona ideal para este momento político argentino, porque es un gran negociador. Aunque nuestra opinión es negativa respecto de lo actuado por Cambiemos, esos compromisos existen y se van a pagar. Y si hay que discutir con el Fondo, se va a discutir. Sinceramente creo es hay un amplio abanico de opciones para moverse en un escenario en el que Alberto Fernández pueda ser el próximo presidente.