La economía del gobierno de Javier Milei se encuentra en un momento de extrema fragilidad. Desesperado por un acuerdo con el FMI, el oficialismo no tiene los dólares suficientes para sostener el tipo de cambio pisado que viene manteniendo hace meses y que ya ni siquiera le pudo garantizar una inflación a la baja: el IPC subió en febrero a 2,4% y el IPC núcleo fue aún más alto, de 2,9%.

Sumado a una baja sostenida del consumo masivo, ya no comparado con los meses del FdT sino con el caótico inicio del gobierno libertario, el cuadro resulta muy complejo para un oficialismo que ya no encuentra resultados para ofrecer a la sociedad. En paralelo, la situación se recalienta ante una constante salida de dólares del BCRA, que de no detenerse llevarán inexorablemente a un salto cambiario.

En concreto, las reservas del Banco Central perdieron unos 755 millones de dólares este lunes. El viernes pasado había vendido 474 millones de dólares para evitar una suba de los paralelos. El resultado fue totalmente inverso: las reservas quedaron en su nivel más bajo desde septiembre, y los tipos de cambio paralelos tocaron sus picos en los últimos cinco meses.

Con la situación financiera recalentada al límite, el riesgo país sigue en torno a los 750 puntos, muy lejos del nivel que le permitiría a la Argentina acceder a crédito privado internacional. En ese contexto, la única solución en la caja de herramientas oficialista es recurrir al FMI, prestamista de última instancia con quien el país ya tiene una deuda descomunal, la más cuantiosa en toda la historia del organismo.

En todo este cuadro, la política y la calle también complican al Gobierno. El oficialismo necesita aprobar en el Congreso el DNU que le permitiría suscribir un nuevo acuerdo con el Fondo, pero en Diputados se viene de una escandalosa sesión la semana pasada en la que Martín Menem levantó irregularmente una sesión que tenía quórum mientras dos legisladores libertarios se agarraban a las piñas. El marco no será el mejor este miércoles, cuando la Cámara Baja discuta el DNU.

Fuera del palacio, la calle le picó el boleto a Milei el miércoles pasado cuando miles de personas se acercaron a apoyar a los jubilados y recibieron una brutal represión por parte de las tropas de Patricia  Bullrich, con el saldo de un fotógrafo herido por un tiro criminal de la Gendarmería y que aún lucha por su vida.  En esas turbulencias se mueve un Gobierno sin plan económico, sin dólares para sostener su única variable positiva, y acorralado por cuadro social cada vez más complejo producto del mayor ajuste de la historia de la humanidad que, hasta el momento, no le brindó a la población casi ninguno de los beneficios que le prometió.