Separación de comicios: realismo político a flor de piel
Argumentos opositores y estrategias oficialistas de cara a las elecciones que se avecinan. Esperadas uniones, cuentas antes de tiempo y grandes incógnitas
Río Negro se convirtió en la novena provincia en anunciar elecciones separadas de las nacionales. Y el número parece que se ampliaría con el correr de las semanas. Hay incertidumbre por lo que ocurrirá en Buenos Aires. Pero… ¿por qué se vuelve tentadora la idea de separar comicios?
Las nueve provincias referenciadas son opositoras y salvo Santa Fe, todas responden a algún sector del peronismo (K o federal). Mientras que, en la provincia de Buenos Aires, el principal sector opositor al posible desdoblamiento es justamente el PJ – mediante comunicado oficial por Twitter –. Primer paradoja.
Desde el punto de vista argumentativo, mientras que los desertores hablan del “excesivo” costo de su realización, quienes la impulsan hablan de priorizar las cuestiones locales. ¿Alguna es verdadera o mejor? No, ambas son ciertas, pero quien termina dilucidando la cuestión es netamente la variable política.
Dos elementos curiosos por su contrariedad. Quienes apelan al gasto económico apostaron por las PASO y, viceversa, quienes criticaban dichas internas hoy promueven la separación. Es que es muy simple, instituciones débiles hacen habitué posiciones contradictorias intrapartidarias, pero dicha debilidad permite que pase desapercibido.
Si hacemos un poco de historia, podremos ver que salvo en 1983 – en un contexto de bipartidismo con estructuras nacionales más sólidas – siempre se registraron casos de separación de comicios provinciales. La diferencia es que ahora llama la atención porque la debilidad institucional es mayor y porque el electorado se encuentra claramente polarizado.
Siguiendo a Juan Carlos Torre, el polo no peronista, huérfano de representación partidaria desde la crisis del 2001, encontró en Cambiemos su lugar. Por el otro lado, el polo peronista atraviesa una grieta interna en relación a la candidatura de Cristina – que dicho sea de paso, le está haciendo el camino más fácil a Cambiemos –. Curiosamente, se invierte la situación a lo que la historia argentina nos tenía acostumbrado: un peronismo encolumnado detrás de un líder (guste o no) con un electorado adherente con la fidelidad como principal distinción.
Y dentro de dicha polarización, los gobernadores en mayor medida son peronistas no k, con dificultades serias de instalarse como alternativa a Cambiemos de esa polarización. Con lo cual, se hace imprescindible mostrar resultados positivos antes de la elección nacional y así poder contrabalancear a la figura de Cristina como referente de la oposición.
¿La preocupación del PJ bonaerense es el costo? No, justamente es un argumento para ahondar sobre la mayor debilidad de la gestión de Cambiemos: la economía. El PJ bonaerense está realmente preocupado porque al momento, los números no le dan para vencer a Vidal. Y sabe que si se lo separa de Macri, la victoria puede ser holgada.
Pero cuenta con un haz en la manga: de separarse el comicio, Macri no tendría en la lista “sábana” el efecto arrastre de la gobernadora, con lo cual las chances opositoras de ganar la presidencia serían mayores, pero con la condición de que el peronismo vaya unido, algo que a estar altura es prácticamente inimaginable.
No hay magia. Hay realismo político puro.
*Por Nicolás Cereijo. Licenciando en Ciencia Política (UBA); Docente en UBA, Universidad Torcuato Di Tella y en el INCaP (Instituto Nacional de Capacitación Política). Director del sitio especializado Argentina Elections