Sucesiones
El salto de Intendentes a las listas o al Ejecutivo nacional dinamizó un tema siempre latente: el recambio en las estructuras de gestión municipales. Negociaciones con La Cámpora, listas a Concejales cargadas de soldados propios y negativas a dejar su cargo, opciones del menú de los jefes comunales peronistas
El reciente cierre de listas tuvo como rasgo central las discusiones por recambio de liderazgos y las consecuentes disputas de poder, a ambos lados de la grieta. Pero si en la oposición la discusión tuvo un carácter mucho más ligado a los personalismos, y así asistimos a la puja de Larreta por desplazar a Macri y posicionarse como el presidenciable para 2023, en los municipios peronistas las tensiones tienen que ver con la existencia de distintos actores políticos con armados territoriales que ya están viendo la elección ejecutiva del 2023 a la vuelta de la esquina. El fortalecimiento de Intendentes con presencia en las listas y un horizonte político más allá de su distrito, tiene como contracara el desafío de sostener su base de sustentación de poder en los territorios que los vieron crecer.
Los casos tienen sus particularidades, pero todos están regidos por un mismo contexto. En 2017 la administración Vidal sancionó la Ley 14.836 en la cual se establece que los cargos a Intendentes, Diputados y Senadores provinciales, Concejales y Consejeros Escolares sólo pueden renovarse una vez, lo cual dejaría sin posibilidades de reelección a 95 jefes comunales para 2023 si la norma no se modifica. A pesar de ser cuestionada por la mayoría de los mandatarios municipales y por muchas de las principales figuras del oficialismo, la Ley surgió de un acuerdo político de ese momento entre Vidal y Sergio Massa, quien también quería abrir espacios en la provincia para que los suyos escalasen, y todo parecería indicar que el FdT no expondrá a uno de sus socios fundadores a tragarse el sapo que significaría un cambio de la Ley, al menos en el corto plazo.
Con esas reglas trazadas muchos jefes comunales buscaron lugares en las listas para asegurarse otros espacios políticos desde donde seguir incidiendo, lo cual abrió el juego de los reacomodos locales que habrá que ir mirando de aquí en adelante para interpretar las relaciones al interior del FdT bonaerense. El caso más resonante, sin embargo, no tuvo que ver con un Intendente candidato sino con un salto al Ejecutivo nacional.
Se trata del paso de Juan Zabaleta, actual jefe comunal de Hurlingham, al Ministerio de Desarrollo Social en reemplazo de Daniel Arroyo, quien va como candidato a Diputado nacional por la provincia. Si bien el entorno de Zabaleta aún no confirma el cambio, no hay fechas concretas y el Presidente tampoco se expresó al respecto, su paso a la estructura directa de Alberto Fernández ya fue noticia en todos los medios y de no concretarse se transformaría en un escándalo.
Pero lo más interesante está en el trasfondo de este movimiento, que funciona como botón de muestra de las disputas internas del FdT. Algunas versionas afirman que el traspaso de Zabaleta a Desarrollo Social ya estaba cocinado desde antes que saltara la disputa con La Cámpora en su municipio por el cierre de listas, pero lo cierto es que fue esa tensión la que lo terminó haciendo salir a la luz.
Las fricciones vienen de hace tiempo. La decisión de Zabaleta de acompañar a Florencio Randazzo en 2017 alejándose del kirchnerismo abrió la puerta a una disputa directa por el municipio por parte de La Cámpora. Con la reunificación bajo el FdT de 2019 esa disputa quedó en stand by, pero se siguió cocinando por lo bajo, resurgió para este cierre de listas y de esperarse que siga emergiendo más allá de los acuerdos circunstanciales a los que lleguen ambas partes.
Quien empuja por La Cámpora en el distrito es subdirector ejecutivo del PAMI, Martín Rodríguez, quien aspira a la intendencia y hasta desplegó una campaña de instalación propia con volantes y folletería del PAMI con su rostro. Con Zabaleta sin reelección posible en 2023, La Cámpora presionó con una lista propia, lo que obligó al Intendente a tener que armar la suya y presentarse él mismo como candidato a Concejal. Finalmente y tras la intermediación de Gabriel Katopodis por un lado y Andrés “el Cuervo” Larroque por el otro, se llegó a una lista de unidad y días después trascendió el pase de Zabaleta al gabinete nacional.
Quien quedaría como interino en el distrito sería el actual Presidente del Concejo Deliberante Damián Selci, hombre cercano a Rodríguez, en lo que pareciera una conquista por parte del kirchnerismo. Sin embargo, el acuerdo habría sido sostener la dinámica de gestión de Zabaleta y respetar la conformación del gabinete municipal, en una especia de convivencia pactada que habrá que ver si se sostiene y cómo se acomoda una vez pasadas las elecciones y con el 2023 acercándose.
Zabaleta es uno de los Intendentes que por su cercanía con Fernández y ciertos roces con La Cámpora son llamados “albertistas”. Allí también puede ubicarse al jefe comunal de Almirante Brown, Mariano Cascallares, quien irá como primer candidato a Diputado bonaerense por la Tercera Sección electoral, bastión peronista por excelencia. Sin reelección en 2023 al igual que Zabaleta, Cascallares pasará a la Legislatura provincial y también tuvo que ordenar los tantos en su distrito.
En este caso el acuerdo con La Cámpora fue más favorable al Intendente, que armó una lista plagada de funcionarios municipales para resguardar su hegemonía en el Concejo Deliberante. Sin embargo, quien quedará al frente del municipio es un hombre de origen camporista, pero que tiene también la confianza de Cascallares. Se trata del actual Secretario de Gobierno del municipio, Juan Fabiani. Y quien encabeza la lista para el Concejo, José Lepere, también responde a la organización de Máximo Kirchner, y es de hecho actualmente el número dos de Eduardo “Wado” De Pedro en el Ministerio de Interior. El acuerdo entre Cascallares y Kirchner no generó fricciones, y si el hijo de CFK puso a uno de los suyos en la cabeza de la lista, de ahí para abajo fue todo para el Intendente.
Segunda detrás de Lepere va Paula Eichel, actual Secretaria de Seguridad. El tercer lugar fue para el jefe de Gabinete municipal, Leandro Battafarano. Cuarta va la actual presidenta de bloque del Concejo, Cecilia Cecchini. Quinto, el Secretario de Gestión Descentralizada, Atilio Gari. Sexta va la actual Concejala Antonela Napoli, y séptimo el Subsecretario de Seguridad, Martín Borsetti. Restará ver si los funcionarios asumen las bancas o sus candidaturas son testimoniales y luego de las elecciones se piden licencias para seguir en sus funciones de gobierno actuales, pero lo concreto es que Cascallares terminará copando el Concejo Deliberante, como el Consejo Escolar donde también mandó funcionarios a encabezar la lista.
Otro Intendente que dará un salto al Poder Legislativo provincial es Walter Torchio, jefe comunal de Carlos Casares. En un territorio de fuerte componente agropecuario, donde el despliegue del kirchnerismo no tiene el mismo peso que en otros lugares de la provincia, la sucesión se dará por transición natural y sin fricciones. Daniel Stadnik, actual Secretario de Obras Públicas municipal quedará al frente del distrito hasta 2023.
Hay otro aspecto a observar en cuanto a los movimientos en los distritos, y tiene que ver con la no renuncia de los Intendentes que forman parte de las listas como candidatos. La bajada de línea de Alberto Fernández en la que sentenció que funcionario candidato tiene que renunciar de cara a la campaña no parece haber prendido en territorio bonaerense. Los jefes comunales aducen tener mucha gestión por delante y no piensan dejar sus puestos hasta el 10 de diciembre.
De los mencionados anteriormente, ni Torchio ni Cascallares se expresaron en este sentido a pesar de tener resueltas sus sucesiones. A ellos hay que sumarles a Carlos Puglelli, de San Andrés de Giles, que va como candidato a Diputado provincial por la Segunda Sección; Alejandro Dichiara, Intendente de Monte Hermoso y cabeza de la lista de Diputados por la Sexta Sección; y Cecilio Salazar, de San Pedro, también candidato a Diputado por la Segunda. Los tres jefes comunales se manifestaron en relación a sus candidaturas dejando en claro que no está en sus planes abandonar los sillones municipales antes de tiempo, y habrá que esperar a los resultados electorales para terminar de configurar los mapas de cada distrito.
Desde el Gobierno de Kicillof, por su parte, tampoco se hicieron oír directivas específicas al respecto, y pareciera establecido un acuerdo tácito sobre que los dichos del Presidente corrían para otras latitudes. Algo lógico si se piensa en la importancia de los mandamases municipales para traccionar votos y la necesidad del oficialismo de tener a todos sus jugadores lo más conformes posibles para enfrentar una elección decisiva.