Evitó Snapchat (ya es algo) y se fue a You Tube. El presidente eligió comunicar a través de un video (híper armado, elaborado, preparado y coacheado que haga las veces de) casero, las medidas parche y meramente electoralistas de “congelamiento” de algunos precios y tarifas. Pese a que ya pasaron tres años y medio sigue sorprendiendo que Mauricio Macri le tenga tanto pánico a los sitios de poder institucional. Él es dueño, dueño directo, del poder económico. No hace cadenas para no ser Cristina. Pero tampoco puede ser él y dar conferencias de prensa. Les teme. Porque no sabe hablar en público y ya pareciera que sabe que no sabe. Así que fue directo a las redes, donde siente que más o menos en ese agua nada. Al menos no optó por TikTok.

Hay y habrá cientos de consideraciones a hacer desde el punto de vista económico. El ex secretario de Comercio, Augusto Costa, y creador de los precios cuidados, se pronunció enseguida del anuncio oficial y dijo en el diario La Nación que “es muy difícil que tenga resultados exitosos, porque no se incluyen los productos más representativos, no se controla el abastecimiento y los precios varían sin ningún tipo de criterio razonable. Es un llamado al desabastecimiento".

Martín Kalos, economista y director de la consultora Economía, Política y Comunicación Argentina (EPyCA) indicó a través de un interesante hilo de Twitter que “se anunciaron medidas puntuales que no cambian el plan de fondo ni sus problemas y riesgos. Pero son importantes: para muchas familias y PyMEs y pueden ser algo que les permita llegar a fin de mes... aunque todavía no se vea la luz al final del túnel de esta #crisis. Congelan tarifas pero esto tiene 2 problemas: a) aumenta subsidios, y para no alejarse de meta de reducir déficit fiscal, el Gobierno compensa reduciendo otros gastos (¿cuáles? aún no se sabe). b) cuando termine este plan (¡a fin de año!), se retoman tarifazos a pleno”.

Apenas dos ejemplos de todo lo dicho y por decir sobre los anuncios del gobierno pero que no son objeto de esta nota. Básicamente por desconocimiento de la autora en la temática específica.

Están desguarecidos

Hay un elemento que sí pretende subrayar este texto y es que en los anuncios del oficialismo reconoció tácitamente dos hechos: 1) no pueden ya ocultar la crisis económica y 2) no manejan más a gusto y piacere la agenda.

Todos los oficialismos pretenden ser dueños del qué se dice en la conversación pública. Pero éste en especial nació y vive pendiente de modo adictivo al murmullo social. Eran los propietarios, titiriteros y creadores de los ejes narrativos del día. Manejaban e instalaban desde profundos debates legislativos hasta memes. Todos los días, a cada hora, desde 2014 o 2015.

La investigación del juez Alejo Ramos Padilla y la puesta a la vista de todos de la falsedad de las declaraciones de Leonardo Fariña desbarató el “se robaron un PBI”. La crisis económica palpable desde la cocina de cualquier familia a la torre de marfil del empresario más rico obligó a que se hable de la economía cotidiana tanto en la cola del colectivo como en la City. Esta vez no le pudieron hacer ole a la realidad.

El despreciable “pobrismo”

Macri volvió a hacer hoy lo que más le gusta y lo que parece haberle dado hasta aquí buenos resultados: el despreciable “pobrismo”. ¿De qué se trata? Pues bien, de “aparecerse” en escenas supuestamente cotidianas con/codo a codo/hermanado con ese sector social al que su plan económico más perjudica. La parte perversa y despreciable de este ejercicio es que no se trata de un Presidente en un mano a mano con un igual pero de clase baja. No, Macri se coloca en el escalón superior del que va a dar y usa como escenografía la casa de esa persona económicamente desfavorecida.

La diferencia con eso mismo que venía haciendo desde la campaña de 2015 y el video de hoy fue el tema de agenda: no fue la pesada herencia ni el eje preferido del Pro, como son los vericuetos del Comodoro Py, donde pueden colar el imaginario que no se dice pero está del “se robaron todo”. Esta vez no pudo.

La agenda del bolsillo

Se vio obligado a tomar la agenda con que la oposición viene (correctamente) machacando desde fines de 2017: la cuestión económica y la catástrofe social que es la inflación en alimentos y los precios exorbitantes de las tarifas. “La vida desorganizada”, al decir de la ex Presidenta. Macri debió salir públicamente a dar explicaciones del juego que peor juega y que menos le gusta: el bolsillo cotidiano de las mujeres y hombres de la Argentina.

No es un detalle menor que los reyes de la instalación de temas hayan quedado tan desguarecidos en la pata temática judicial a partir de la investigación del juez Ramos Padilla y tan débiles en la agenda económica gracias a sus propias medidas de gobierno.

Debieron salir a reconocer que lo que están haciendo se percibe mal. Recibieron el mensaje y tomaron nota. La oposición ahí, evidentemente, pudo meter la bala.

¿Les alcanzará? ¿Lograrán que este debilísimo alivio les sirva para las elecciones de octubre? ¿Podrán borrar el sonido del tic tac de la bomba de tiempo?

La economía es un matrimonio entre datos y expectativas. Hoy, el gobierno mostró que no tuvo más opción que moverse en el territorio narrativo que la oposición le instaló. Dependerá ahora del margen que tenga para instalar la idea (falsa) de calma y "alivio" y de cuánto margen encuentre en irse a otros terrenos semánticos durante la campaña.