Con caída de las ventas y altos costos de producción, la industria automotriz no remonta y las principales empresas del país comenzaron con despidos y suspensiones masivas.

Esta semana la alemana Volkswagen ya avanzó con la suspensión de 3900 trabajadores en la planta de Pacheco (Tigre), donde fabrica su modelo Amarok, mientras que Zanella anunció despidos masivos en cuatro plantas de su país y Toyota en Zárate, el mes pasado, inició un programa de suspensiones que afecta a gran parte de su planta, compuesta por 5000 mil empleados.

Las empresas alegan que estos recortes son para reducir costos ante la baja del mercado interno. Según estadísticas de Acara, asociación que núclea a concesionarios, la venta de autos 0KM  se desplomó un 54,5% en marzo, frente al mismo mes del 2018. La explicación a esta fuerte caída la encuentran en la suba de precios en los diferentes modelos, la baja del poder adquisitivo y las altas tasas de interés en el financiamiento de las compras.

Con este marco, la producción nacional registra un descenso del 41,1%, respecto a marzo del año pasado. Sin embargo, los primeros tres meses de este año, con una fuerte devaluación, fue uno de los momentos más duros para la industria con una baja del 30, 7% por ciento.

Justamente durante los primeros meses del 2019, otras dos empresas ubicadas en territorio bonaerense, avanzaron con suspensiones masivas: en febrero Peugeot en Morón suspendió a mil trabajadores, mientras que en marzo Honda, en Campana, hizo lo propio con 700 empleados.