En abril de 2015, la división de cibercrimen de la entonces Policía Metropolitana allanó el domicilio de Joaquín Sorianello, un joven programador y activista que había logrado burlar la seguridad de la empresa Magic Software Argentina SA (MSA), que había sido contratada por el Ejecutivo porteño para implementar la Boleta Única Electrónica (BUE) en las elecciones para jefe de Gobierno de aquél año. Sorianello había demostrado que los servidores de la compañía eran vulnerables y que cualquier agente externo con malas intenciones podría, con una simple computadora con conexión a internet, producir daños irreparables en el proceso electoral. 

Después de haber sido tratado como un ciberterrorista, Sorianello fue absuelto por la justicia porteña, que consideró que su única motivación fue alertar a las autoridades y generar conciencia civil sobre lo fácil que podría haber sido modificar el resultado de aquella elección. Pese a las falencias que demostró, Horacio Rodríguez Larreta volvió a apostar por el sistema para “desdoblamiento concurrente” que anunció esta semana, con el objetivo de cumplir con el acuerdo político que lo une a Martín Lousteau. 

Paradójicamente, en aquella elección con BUE, Larreta venció en segunda vuelta al propio Lousteau, por un margen de apenas un punto. “Se demostró que podían modificar el chip y hasta duplicar los votos. Pero independientemente de quien gane, hay elecciones en las que hay cosas más importantes en juego”, había reconocido el propio dirigente radical en una entrevista poco después de aquellos comicios, dejando abierta la posibilidad de un fraude informático. 

La pericia judicial posterior a aquella elección de julio de 2015, de hecho, detectó que el sábado anterior “en principio, a partir de las 15.00 horas, el servidor de la firma bajo el dominio caba.operaciones.com.ar, con la IP Pública 181.30.49.42, fue objeto de al menos cuatro accesos indebidos a su sistema informático, que ocasionaron daños diversos”.

Pese a todo, en el spot con que anunció la implementación del spot este lunes, Rodríguez Larreta aseguró que la BUE “es un sistema más ágil, más sencillo, más transparente”. El secretario general del Pro y ministro de Ambiente porteño, Eduardo Machiavelli, agregó que la BUE “no es voto electrónico”, algo que fue cuestionado por organizaciones civiles dedicadas a la protección de datos personales y a los derechos fundamentales en el marco de la era digital. 

“¿Por qué siguen negando que se trate de voto electrónico? Porque el voto electrónico ha sido cuestionado y abandonado en la mayoría de los países. Es opaco, inseguro y no garantiza el secreto del voto”, sostuvieron desde la Fundación Vía Libre. 

El sistema de votación debe “ser auditable de parte de la ciudadanía y garantizar el secreto del voto, pero cuando se integra una computadora al proceso de emisión del voto, se debe decidir cual de esas características se debe abolir. Es un problema global, razón por la cual estos sistemas están en retroceso en el mundo. Si se garantiza secreto se pierde la capacidad de auditabilidad y de monitorear la integridad, y viceversa, y el sistema se vuelve mucho más frágil ante quienes quieren dañarlo”, precisó la investigadora de esa organización, Beatriz Busaniche. 

“La historia de la aplicación del voto electrónico en la Ciudad de Buenos Aires es la negación de todos los estándares internacionales en la materia y deja a  la vista una gestión electoral apresurada y desprolija. Hay un sinnúmero de aspectos que merecen un análisis detenido y un debate profundo tanto en lo que hace a las características de la tecnología a utilizar como en lo que se refiere a la normativa aplicable y la organización del proceso. Nos centraremos en estas líneas en lo que podría denominarse "el relato" de la boleta electrónica”, dice en un estudio, por su parte Delia Ferreira Rubio, de la organización Transparency International. 

En paralelo, hay quienes sostienen que la interpretación del Jefe de Gobierno del código electoral, que formó parte de sus argumentos a la hora de implementar la BUE, está flojo de papeles. Si bien el artículo 60 de la norma lo habilita a “celebrar los comicios en la fecha prevista para las elecciones nacionales utilizando un sistema de emisión del sufragio distinto al vigente a nivel nacional”, otro de los artículos, el 136 establece que la facultad de implementar la BUE es del Instituto de Gestión Electoral, un organismo del Ejecutivo porteño que está vacante. 

Uno de los dirigentes que salió a cruzar con fuerza la decisión de Larreta fue Leandro Santoro. “En las últimas 3 elecciones a jefe de gobierno, el PRO usó 3 sistemas electorales diferentes. Sus últimos dos vicejefe de gobierno fueron candidatos en la Provincia de BsAs y ahora traen al primo de Vicente Lopez para hacerlo candidato en CABA. Doble discurso. Doble domicilio. Doble moral”, twitteó.