El impacto negativo en la recaudación autoinfligido por las propias políticas oficiales no se circunscribe a las arcas nacionales, sino, por el contrario, su alcance se profundiza cuando se analizan las cuentas públicas provinciales. La recaudación tributaria en la provincia de Buenos Aires en el primer trimestre aumentó en promedio para sus principales partidas un 18,4 por ciento en términos interanuales, según las últimas cifras publicadas por el Ministerio de Economía bonaerense. Los ingresos se ubicaron así más de 36 puntos por debajo de la inflación acumulada a doce meses que informó el Indec, de 54,7 por ciento para los precios minoristas, la más alta desde 1991.

La ecuación fiscal se sigue sosteniendo por el ingreso extraordinario de las partidas de Nación, las cuales se irán licuando con el tiempo hasta dejar en la Provincia en una situación de extrem va vulnerabilidad, a lo que se suma el aumento del endeudamiento, creando una pesada herencia para la próxima administración.

Un informe realizado por el senador Manuel Pignocco (Unidad Ciudadana) junto a los especialistas Fernando Álvarez, Martín Di Bella (ex director de ARBA) y Erica Pinto, señala que la mejora temporal que permitió las compensaciones que realiza el Tesoro Nacional por la desafectación del Impuesto al Cheque y el ex Fondo del Conurbano requirió de concesiones de autonomía fiscal que deterioran actualmente la recaudación bonaerense (disminución de Ingresos Brutos y Sellos). “O la latente transferencia de los catastros provinciales a un organismo ad hoc determine el impuesto inmobiliario urbano y baldío”, agrega. El resultado de marzo da un pantallazo de la fuerte caída en términos reales de la recaudación en el actual contexto de crisis. Incluso, peor que en el caso de la Nación, donde la recaudación aumentó un 37,3 por ciento interanual en términos nominales (sin descontar inflación).

La adhesión al Consenso Fiscal implicó como uno de los puntos centrales que hacen a la política tributaria provincial la reducción del impuesto sobre los Ingresos Brutos, en particular, en las primeras etapas productivas. También prevé congelar las alícuotas del impuesto a los Sellos correspondientes a la transferencia de inmuebles y automotores y a actividades hidrocarburíferas y sus servicios complementarios.

El derrame de la mala política

En territorio de María Eugenia Vidal, lo recaudado por Ingresos Brutos fue en marzo pasado 17.247.554 pesos, apenas 25 por ciento más que un año atrás. Esto se explica por un incremento en las bajas a este impuesto, derivado de una menor actividad económica. El siguiente en la lista fue el inmobiliario, a través del cual la Provincia recaudó 3.511.523  pesos, con un 22,5 por ciento de alza interanual. Este mal desempeño tiene lugar pese que la provincia que más aumentó en términos reales la recaudación del Impuesto Inmobiliario fue Buenos Aires, con un incremento del 18,1 por ciento interanual, según el relevamiento mensual del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF). En 2018 el Impuesto Inmobiliario mostró un incremento interanual del 55 por ciento como consecuencia del impacto gradual del revalúo de la planta urbana realizado en 2016, detalla el informe de resultado fiscal del año pasado.

En ese caso, como también con el impuesto automotor, que aumentó en marzo 21 por ciento interanual, la caída se debe a que contribuyentes que se ven obligados a dejar de pagar para enfrentar compromisos más urgentes, como comer, vestirse y pagar servicios esenciales. Es por eso que en el actual contexto de caída de la recaudación, lo que más cayó en términos reales en marzo respecto de igual mes del año pasado fue precisamente planes de regularización de deudas, con un aumento nominal (sin contar la inflación) de 11,7 por ciento. El segundo de peor desempeño fue impuesto a los Sellos (11,8 por ciento).

Esta pérdida volverá a generar una mayor dependencia provincial del Estado nacional, el cual ya está en serios problemas. La recesión económica, la caída en el consumo derivado de la pérdida de poder adquisitivo de los salarios y jubilaciones, y el cierre de empresas vinculadas con el mercado interno explican el menor nivel de recaudación a nivel país, provincial y municipal. A esto se suma que este año la Provincia deberá gastar unos 56 mil millones de pesos en intereses de la deuda, el doble de lo que tuvo que afrontar durante el año pasado.

Durante el primer trimestre de este año la provincia de Buenos Aires percibió remesas nacionales acumuladas en concepto de regímenes de coparticipación por 75.080 millones de pesos, lo que implica una mejora interanual del 62,4 por ciento. Esta mejora representa un crecimiento real de los ingresos de la Provincia de casi 10 puntos porcentuales, lo cual ayuda sobremanera a sostener la estructura de financiamiento del presupuesto provincial, dado que la recaudación propia de la provincia se ubica por debajo de la evolución de la inflación desde inicios del ejercicio 2018, según el informe escrito por Pignocco, Di Bella, Álvarez y Pinto.

Los cambios en la composición de las transferencias nacionales que beneficiaron a Buenos Aires en términos de remesas absolutas y de una mayor participación en el reparto de la renta federal, implicaron también modificaciones en la estructura impositiva provincial. En especial, eso se refleja hoy en Ingresos Brutos, deteriorando de esta manera su principal fuente de financiamiento propio.