Este relato comienza cuando fui gentilmente convocado para escribir sobre el cantante de origen americano, Michael Bolton, de quién en realidad no soy un gran fan, pero si guardo una graciosa anécdota la que me va acompañando a través de los años.

El Señor Bolton, nació un 26 de febrero de 1953 en New Haven, Connecticut, tierra del Yankee Doodle bajo el nombre de Michael Bolotín, destacándose  desde pequeño por sus dotes de cantante y compositor, grabando su primer disco a la temprana edad de 16 años allá por 1975 (aún usaba su nombre real)

En fin, quién iba a decir que ese adolescente de voz poderosa, iba luego a transformarse en un cantante que vendería 53 millones de discos en todo el mundo, 8 álbumes en el Top Ten, Premios Grammy y records en Billboard?

Volviendo en el tiempo, al principio no tuvo gran éxito como cantante, pero sí por sus composiciones,  llegando las mismas a oídos de Laura Branigan (ex conejita Playboy devenida en cantante) quién grabó su tema How am I supossed to live without you allá por 1983 y obteniendo gran éxito y repercusión; lo que le permitió grabar el álbum que lo lanzara definitivamente a la fama como cantante y compositor cuyo nombre es Fools Game

El éxito de su álbum comenzó a zumbar en las cabecitas de varios productores y artistas, siendo convocado para componer para Cher, Bob Dylan, Patti Labelle, Kenny G, Kiss, Kenny Rogers, Barbra Streisand, por nombrar los más notables.

A esta altura el caballero ya estaba forrado y seguía su carrera como compositor, esperando su gran momento que vendría en 1985, 1989 y 1993 con discos que lo dejarían asentado en los 90 y poniéndolo en el lugar de una especie de Joe Cocker americano un poco más endulzado.

Su carrera siguió de manera ascendente en los años 90 y debido a que su voz sonaba hasta el hartazgo en casi todas las radios de música suave comerciales y demás, acompañado al cambio que surgió por aquellos años con los sonidos House y Grunge, fue de a poco teniendo menos éxito y alejándose un poco de las épocas en las que sacudía los charts.

Hace unos años tuve la fortuna de verlo aquí en estas tierras en un show al que fui gentilmente invitado y sin muchas expectativas más que las de irme una vez terminado el show con mi ocasional compañera.

Sorpresa me llevé al encontrarme con un cantante en plena forma y rindiendo tributo a aquellas luminarias del soul suave de los finales de los 60 y principios de los 70´s, por lo que debo decir que ante mis críticas, me hizo callar la boca delicadamente.

Hace unas pocas horas Michael, se registró en el Hotel Four Seasons y anduvo cenando en Piegari disfrutando de una previa a lo que será su show hoy en el Teatro Gran Rex, donde seguramente repasará con su repertorio por casi toda su carrera y sorprenderá con algún que otro cover y nuevo material.

Me parece que será muy probable que suenen When a man loves a Woman , Sitting in the Dock of the Bay , Georgia on my mind y tantos clásicos que siempre esta bueno revisionar y dejarnos acompañar por la mano de este caballero que ya comienza a querer a este país, que trata siempre bien a quiénes intentan simplemente, venir a dejar su arte por el tiempo que dure su show.

Súbanse a este viaje musical por los 23 álbumes que Michael ha grabado (más alguna que otra gema que nos regalará) el Good Ol´Bolton . 

Desde aquí esto quiso ser una especie de relato musical y sentimental, el cuál he condimentado anoche, a piacere, mientras bebía mi Martini de fin del día. Hasta pronto.