Gastón Fernández: “Lo único que no le perdono a la vida es que me haya sacado a mi viejo a mis 10 años”

El nombre de Gastón Fernández es sinónimo de Estudiantes de La Plata y buen fútbol. Con sus gambetas en las divisiones inferiores de River, que aún siguen resonando en la memoria de aquellos que trabajaban en las juveniles de la cantera Millonaria, hasta los goles importantes con la remera del León, pasando en el medio en nuestro fútbol por Racing, San Lorenzo, -donde gritó campeón con Ramón Díaz como técnico- la Gata (el Topo para sus amigos de la infancia), se ganó un respeto de todo el ambiente futbolero. Sin embargo, Diagonales le sacó la pelota por unos minutos e hizo que el 10 contará su vida desde otro foco.

El número 10 del Pincha habló de su infancia sin tener cerca a su papá Raúl -a quien perdió de muy chico y aún sigue teniendo presente día a día con los valores que le marcó-, comentó su inicio jugando en la institución de Núñez, lugar que denominó su casa en la adolescencia, describió el amor mutuo que se tejió con la gente de Estudiantes y las dudas que tiene para su futuro una vez que se retire. También, ilustró su imagen como padre, título que consiguió al tener con su esposa Paula a Lautaro, Lola y Lupita.

Además, opinó sobre el fútbol argentino y sus falencias, la situación social del país, tema que lo preocupa para el futuro de sus hijos; y apoyó la lucha de las mujeres: “Debemos acompañarlas más”, sostuvo.

¿Cómo estás hoy?

-La verdad que muy bien. En lo futbolístico, cuando uno termina de hacer la pretemporada tiene algunas dudas de las respuestas que puede tener su físico en los partidos, pero pude trabajar a la par de mis compañeros, la exigencia fue buena, no me perdí ningún entrenamiento. En lo personal, mi familia está muy bien y yo me siento contento conmigo mismo porque terminé el semestre pasado jugando, era la exigencia que yo me había pedido en algún momento, el hecho de tener un poco más de minutos para poder mostrar que estaba en condiciones de demostrar mis cualidades, que podía hacer bien las cosas y que estoy para ayudar al equipo.

Me quiero meter en tu infancia, ¿Qué recordas de aquellos momentos? ¿Y cómo ves hoy la infancia de tus tres hijos en comparación con la tuya?

-Yo tuve una infancia totalmente diferente a la de ellos, no sé cuál es mejor o peor (risas). Yo tuve la posibilidad de jugar en el potrero o en la calle, me tomaba un colectivo e iba a la casa de algún amigo, salía a bailar sin ningún tipo de problema. Hoy las cosas cambiaron, yo tengo la suerte de vivir en un barrio cerrado y darles a mis hijos esa posibilidad de tener la libertad de que puedan andar en bicicleta, estar con sus amigos. Pero soy consciente que esa realidad que ellos viven hoy, es completamente diferente a la que vivía yo, la mía era mucho más segura y quizás en esa época de mi infancia nos arreglábamos con mucho menos de lo que hoy tienen los chicos.

“Mi infancia era mucho más segura  que la que tienen mis hijos hoy”.

Siempre te preguntan por River, lo que pasaste y los títulos. Pero pocos se acuerdan que llegaste al club de muy chico. ¿Qué te dejó el club para tu vida?

-River fue mi casa durante todo el proceso de mi adolescencia y guardo los mejores recuerdos. Me forjó una personalidad y aprendí desde chico a convivir con una presión de lo que significaba jugar en un equipo grande, eso me sirvió para poder rendir en todos los clubes que fui pasando a lo largo de mi carrera. Me permitió iniciar mi carrera como futbolista profesional. Además durante todo el proceso de inferiores, me mejoró mis condiciones físicas y futbolísticas. Sin dudas que el comienzo de mi etapa ahí fue muy importante en todo lo que terminé viviendo durante mi carrera.

Sos padre de tres hijos que van creciendo de a poco, ¿te preocupa cómo está el país a nivel social?

-Sí, es un tema de charla con mi mujer Paula y con muchos de mis familiares. Sobre todo, porque mis hijos son chicos y dentro de poco van a empezar a tener su vida social solos y son los padres tan encima. El momento que está viviendo el país socialmente no es fácil, pero como argentino soy positivo y deseo que las cosas de una vez por todas cambien en nuestro país. Además, no me gustaría tener que buscar una solución en el exterior para cuidar más a mi familia.

“El momento que está viviendo el país no es fácil, pero como argentino soy positivo”.

Tuviste varios pasos en Estudiantes. ¿Qué es el club para vos?

-El club que me dio la posibilidad de identificarme, el club que el día de mañana cuando me retire voy a tener la sensación de poder ir a verlo y el club que me va a interesar que siempre le vaya bien.

“Estudiantes es el club que me dio la posibilidad de identificarme”.

Estudiantes es el club de los valores. ¿Se fue gastando la definición de esa palabra en la sociedad?

-Las cosas van cambiando, es difícil mantenerse sobre una línea en todos los contextos y hacer valer la palabra o los valores de las personas. Yo considero que esto pasa porque muchos, miran para el costado, se olvidan del que tiene al lado para tener un beneficio personal y eso la verdad que a mí no me gusta. Mi forma de ser a veces me complicó en situaciones por pensar que dentro de mi personalidad defiendo 100 por 100 los valores, el respeto, la forma. Es complicado, pero también depende de cada uno como lo quiera transitar. Además, hoy en día se vive de una manera tan apresurada y donde solo vale el éxito. Por ejemplo, en el futbol, vivimos pendiente de un resultado para saber si estamos bien o mal.

Siempre te preguntan por tu hijo Lautaro, pero tenes dos nenas Lupita y Lola. ¿Cómo es Gastón Fernández con las nenas?

-Soy igual con los tres. Soy un papá atento y por demás insoportable explicándole determinadas formas que a ellos le sirvan para crecer mejor como persona, remarcando los valores que a mí me inculcaron de chico, mi mamá Adriana y mi papá Raúl. Pero más allá de todo, soy un papá cariñoso, porque el amor es lo que puede curar y sobreponer ante cualquier situación. En mi casa, el amor hacia nuestros hijos es una prioridad y siempre buscamos tener esa muestra entre los cinco, nosotros con nuestros hijos y ellos con nosotros.

“En mi casa, el amor hacia nuestros hijos es una prioridad”.

No faltan los días en los que dormimos los cinco juntos en la cama (risas). Trato de mantener eso, porque a mi viejo lo perdí cuando tenía 10 años y hay un montón de cosas que me hubiese gustado vivir con él que no pude, entonces trato de tener presente esas cuestiones.

Háblame de tu papá Raúl

-Evidentemente ha sido muy importante en mi vida, yo lo pude disfrutar poco y tengo recuerdos en mi conciencia aproximadamente desde los cinco años de mi vida hasta los diez. A él le gustaba mucho el campo, trabajaba todo el día para que nosotros estemos bien en mi casa y era un apasionado del fútbol, era entrenador de Estrella de Echenagucia, el club de baby donde yo arranqué jugando en Avellaneda. Pero más allá de todo, aún recuerdo los valores que me marcó y por eso no fue una persona desapercibida en mi vida. Lo único que no le perdono a la vida, es que me haya sacado a mi viejo a mis 10 años. Sin dudas, es lo más triste que me pasó.

“Lo único que no le perdono a la vida es que me haya sacado a mi viejo a mis 10 años”.

Siempre te mostraste a favor de todos los avances feministas en la sociedad. ¿Qué opinas?

-Está perfecta y admiro su lucha. Yo estoy a favor de todas las cuestiones que se han avanzado en nuestra sociedad con respecto a la mujer y ojalá sigan teniendo ese resultado. Sin dudas, debemos acompañarlas más, brindarle aún más seguridad y la igualdad que necesitan para que puedan vivir libres y tranquilas.

“Estoy a favor de todas las cuestiones que se han avanzado en nuestra sociedad con respecto a la mujer”.

Hablamos de diferentes temas de la sociedad y a veces en los estadios de fútbol se viven diferentes momentos de violencia. ¿Cómo lo analizan ustedes?

-Yo viví toda la vida al lado del fútbol y me da mucha tristeza el hecho de ver una persona adulta o mayor de edad insultando un pibe de 20 años que recién está empezando la carrera de futbolista. Pero muchas veces esto se puede gracias a la persona que tenemos al lado, un hijo, un hermano o un amigo, porque te puede hacer ver que estás haciendo algo mal, diciéndole: “No insultes, no te descargues acá”, vení disfrutar el partido”, “Vení a acompañar a tu equipo”. Enojate, porque obviamente que nosotros como deportistas muchas veces no tenemos buenos rendimientos o no nos salen las cosas.

“Yo viví toda la vida al lado del fútbol y me da mucha tristeza el hecho de ver una persona adulta o mayor de edad insultando un pibe de 20 años que recién está empezando la carrera de futbolista”.

A mí muchas veces me han insultado y lamentablemente lo terminamos haciendo una situación normal. Yo siempre digo que tuve la suerte de llegar a este club, que lo tengo que destacar por encima de todos, porque nosotros salimos campeones en el 2009 y el 2010, y ese año no nos tocó más salir campeones, tuvimos momentos malos y el hincha a nosotros nunca nos insultó, siempre nos respetó y eso no pasa en todos los clubes.

El fútbol tocó fondo con la final de Copa Libertadores. ¿Cómo lo viviste?

-Yo creo que las cosas hubiesen sido más simples si el tema lo resolvía la gente del fútbol. Ellos se tendrían que haber puesto de acuerdo.

Con 18 años, participaste de la despedida de Maradona y ese momento quedó inmortalizado con la frase: “La pelota no se mancha”. ¿Hoy el futbol está muy manchado?

-Tenemos una visión negativa de todo lo que se pueda emprender o mirar hacia el futuro para mejorar. Creo que hay que animarse a cambiar la imagen, la estructura, hay que aceptar que hay gente joven con buenas ideas y en ese momento vamos a ir mejorando. También nos debemos involucrar, porque muchos critican de la puerta para fuera, pero nadie asume el riesgo de involucrarse para ir cambiando las cosas. Yo escucho a mucha gente del fútbol opinar y criticar, por ejemplo, a la Selección Argentina, pero nadie se involucra o ayuda. Desde ahí, se puede crecer. Igualmente, el fútbol argentino de las falencias que tiene, es único en el mundo, porque los clubes más importantes de Europa vienen a buscar jugadores a nuestro país.

Tenes más de 22 años en el fútbol y te cruzaste con mucho a lo largo de tu carrera. ¿Cómo ves el rol del representante?

-Hay de todo, al representante yo lo creo necesario para el futbolista, pero siempre y cuando tenga buenas intenciones para el jugador. Yo tengo mi mejor amigo, Juan Pablo, y a mi cuñado, Mauro, que son representantes; y me ayudaron mucho durante los últimos años de mi carrera y siempre les digo: “En la estructura de un representante no solo tiene que darle al jugador el servicio de mejorarle el contrato o buscarle una oferta, va más allá, deben ayudarlo a cuidar su imagen y buscarle más herramientas para que el jugador pueda blanquear un poco su mente y que no sea solamente un futbolista”. Si es así, los representantes pueden colaborar mucho con el futbolista, porque si es así, uno pasa a darle demasiada importancia como si fuese su papá desde lo futbolistico.

¿Sufriste por algún representante?

-Sí, tuve relaciones con muchos representantes y con uno que terminé con un juicio de por medio. Era un tipo que yo apreciaba mucho, pero hay situaciones donde uno defiende lo que cree que es justo y ahí es donde empiezan los problemas.

Seis meses te quedan de contrato en Estudiantes. ¿Hablaste de renovación?

-No.

¿Y de qué depende?

-La verdad que no depende de mí la renovación completamente. Yo tengo que demostrar este semestre adentro de la cancha. Después dependerá del club si quieren que siga, si creen que la pueda dar algo más.

Vos arrancaste a patear de chico la pelota y con éxito. ¿Cómo lo ves a Lautaro futbolista?

-Le cuesta jugar, empieza y deja. Está en la etapa cómoda de la Play Station (risas) y de estar con sus amigos. Igualmente, todavía a mí me choca que empiece a estar en un club y que tenga que vivir una frustración de no estar en una citación para un partido o quedar libre. Como papá estoy con esa sensación de buscar el momento para que él lo pueda disfrutar y que no termine siendo un peso para él porque es muy chico. Condiciones tiene, me muestra que sabe parar la pelota, que patea con las dos piernas, pero dependerá de él si tiene ganas de apostar a una carrera como futbolista.

Tuviste buenos técnicos y vivís de cerca el mundo de los representantes. ¿Cómo te ves a futuro?

-Siempre digo que lo que podría llenar toda mi carrera, es la parte técnica, porque tuve muchos entrenadores importantes, con mucho conocimiento y obviamente estaría buenísimo poder expresarlo. Pero la realidad es que no sé si tengo ganas de seguir teniendo la misma vida como entrenador que siendo jugador de fútbol, con concentración que te llevan a perder fechas importantes, como cumpleaños o con vacaciones cortas.

“Lo que podría llenar toda mi carrera es la parte técnica”.

 No tengo apuro para decidir, pero tampoco queda mucho porque uno tiene que empezar a mirar para adelante, asique lo resolveré cuando deje de jugar. Es la opción que más me llenaría, pero no sé si es la opción más concreta, porque también me gusta la vida que lleva mi amigo y mi cuñado siendo representantes. El tema es como yo pueda capacitarme y donde yo pueda sentir que colaboro en la profesión que elija.

¿Cuándo se cerrará el telón a la carrera como futbolista?

- El día que me levante y no tenga fuerzas para ir a entrenar. Yo creo que desde ahí uno comienza a sentir que debe retirarse.

¿Qué sueño te queda?

-Siempre es salir campeón con Estudiantes. Me gustaría hacerlo nuevamente.