A pesar de que los flashes se los lleva Edgardo Kueider por el escándalo de los 210 mil dólares en efectivo que quiso pasar en la Triple Frontera, hay un personaje que por callado y perfil bajo obtiene las mieles de un oficialismo que lo mira con buenos ojos para dar la pelea electoral el año que viene.

Se trata de Carlos Mauricio Espínola, compañero del entrerriano en el bloque “Unidad Federal”, junto con la cordobesa Alejandra Vigo. Los tres se sumaron a finales de septiembre al espacio colaboracionista “Provincias Unidas”, que comparten con la neuquina Lucila Crexell, a quien el Gobierno le prometió un puesto como embajadora en la UNESCO, y dos del PRO: el salteño Juan Carlos Romero y la chubutense Edith Terenzi.

A pesar de que votaron con disidencias por la expulsión o solo la suspensión de Kueider, por lo bajo todo el bloque buscó evitar el desenlace que provocó que Unión por la Patria (UP) sumara a una camporista en la Cámara alta.

Espínola atraviesa días de tironeos, de cara a las elecciones ejecutivas en Corrientes el año que viene, distrito donde junto a Santiago del Estero, se invierte el orden de año de los comicios.  

Mientras el cordobés Juan Schiaretti lo tienta con una candidatura desde su espacio Hacemos, el exregastista confirmó su disposición para dar finalmente el salto que muchos prevén: una alianza con La Libertad Avanza (LLA) para competir por la gobernación en 2025. Hace meses que se especula con esta intención del exmedallista, pero con la mochila del escándalo Kueider en sus hombros necesitó ratificar su posición.

“El Presidente demostró que se puede, porque prácticamente sin estructura terminó ganando las elecciones, dejando los partidismos de lado sin hacer lo que te quieren imponer”, aseguró a la salida de su reunión en la Casa Rosada, donde se reunió con funcionarios de la jefatura de Gabinete que encabeza Guillermo Francos para abordar la agenda parlamentaria 2025 y sobre todo sus aspiraciones para la gobernación.

“Tiempo para las candidaturas ya va a haber, la sociedad elegirá cuál será el mejor candidato. Yo estoy con los correntinos, con la gente que quiere cambiar. Siento que LLA es el paso que debemos dar en Corrientes”, afirmó sin tapujos el exintendente de la capital provincial que llegó a ese puesto bajo el paraguas del PJ, y con el apoyo de Cristina y Néstor Kirchner. Ahora sueña con desterrar al radicalismo, liderado por el gobernador Gustavo Valdés.

Y para eso, Espínola sabe que deberá ampliar su marco de alianzas. Planteó la necesidad de “trabajar con sectores del peronismo, el radicalismo y otros grupos de la sociedad que buscan involucrarse en un cambio significativo”.

El diálogo fluido de Espínola no se solo se remite a Francos. Se ganó la confianza del asesor todo terreno Santiago Caputo, que fue el armador del espacio de Provincias Unidas. Al mismo tiempo el senador mantiene una buena sintonía con el secretario de Interior, Lisandro Catalán; y la mano derecha de Karina Milei, Eduardo “Lule” Menem.

En el Gobierno apuestan sus fichas a la elección en Corrientes, desestimando cualquier posibilidad de triunfo en Santiago del Estero con un Julio Zamora que parece tener controlado el escenario político. La duda en LLA es si en esta provincia del Litoral se la juegan por Espínola o mantienen a uno propio: como puede ser el diputado de su espacio Lisandro Almirón.

“Camau” todavía debe rendir cuentas a sus excompañeros de bancada. Y por eso le pasan factura. Ya alejado del bloque de UP desde hace un par de años, es presionado por el kirchnerismo para que deje su banca, a la que llegó en 2021. El quiebre definitivo fue con su voto positivo para el pilar del oficialismo: la Ley Bases.

Él los acusa de querer “embarrar la cancha”, presionándolo con el caso de corrupción de su ladero Kueider. “No quiero pensar ni un minuto a pensar en el pasado”, disparó Espínola.

En ese pasado quedaron reflexiones suyas de hace un año, cuando Javier Milei anunció el megaDNU 70/2023. Las reformas que la Argentina necesita se lograrán con diálogo y consenso democrático. Es el único camino para salir de esta profunda crisis, que tanto afecta y angustia a nuestro país”, señalaba.

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X de Camau Espinola

“Hay etapas en las que uno tiene que entender los procesos de cambio y reflexionar hacia atrás respecto de las cosas que no fueron buenas ni una solución para la Argentina. Y si la sociedad decidió cambiar hay que ayudar a que ese proceso de cambio sea eficiente y tenga continuidad”, sostuvo con firmeza.

Esa firmeza que le permitió ganar medallas olímpicas frente a potentes vendavales de vientos que se le volvían en su contra, pero que en la política lo dotan de una “flexibilidad” implacable para los tiempos “libertarios” que corren.