Llegaron al país el 10 de septiembre, pero la operación permaneció oculta por semanas. Integraban un exclusivo grupo especializado en España, desde donde viajaron, con una parada en Ámsterdam, a Buenos Aires. Tras arduos análisis en territorio nacional para planificar sus tareas y largas negociaciones con el país europeo, los nuevos integrantes pronto estarán listos para desempeñar su labor en la Argentina. El Gobierno de Javier Milei ordenó expresamente su incorporación, pero sus detractores podrán decir que son dos simples burros.

Es que lo son. No son cambios en el Gabinete los que se vienen -ya hubo suficientes en las últimas horas con la remoción del ministro de más bajo perfil del equipo-, sino inclusiones a otro importante cuerpo del poder estatal de la Nación: el Ejército. Así es: el Gobierno de Milei compró dos burros a las Fuerzas Armadas de España después de un extenso proceso de planificación, y los animales finalmente arribaron a la Argentina para cumplir con las órdenes del jefe de Estado.

¿Cambios en el Gobierno? Milei le compró dos burros al Ejército de España

El amor del Presidente por los animales es bien conocido, pero aun así sorprendió a propios y ajenos la insólita operación que concretó este mes la Casa Rosada. El 10 de septiembre pasado, los burros Mundo y Unzué arribaron a la Argentina provenientes de Europa. Cruzaron a pata los 1.600 kilómetros que separan Zaragoza y Ámsterdam; una vez allí, se subieron a un avión carguero que los trajo tras un largo viaje a tierras rioplatenses. Actualmente están cumpliendo una cuarentena cerca de Tandil, mas pronto estarán disponibles para su misión.

Y su misión, pues, es “mejorar el ganado asnal” local. Resulta que los burros son de una exclusiva raza catalana y las autoridades buscan cruzarlos con los especímenes autóctonos para dar lugar a una nueva genética y, eventualmente, criar mulas para su utilización en el Ejército Nacional. En ese sentido, los españoles Mundo y Unzué tienen una flaca tarea por delante: aparearse con 24 burras argentinas que los esperan hace meses. Por ahí pasan las prioridades de un Gobierno que parece esforzarse cada día por ser lo más absurdo posible.