El Gobierno Nacional pretende llevar a cabo algunos objetivos en su política de ajuste y marginación social. El primero es intentar generar un temor generalizado a través de la represión organizada física y verbal hacia los sectores que nos enfrentamos a este modelo económico. Para lograrlo construye un enemigo permanente y busca en una parte de la sociedad esa legitimidad. La criminalización de la protesta necesita de otro partícipe necesario: algunos medios de comunicación tienen la tarea de relativizar y ningunear cualquier reclamo social. Realizada esta tarea nos encontramos en un auge peligroso en el cual desaparece Santiago Maldonado durante un operativo de represión de Gendarmería y el Gobierno pone en funcionamiento la estigmatización que justifica sus intereses.

¿Dónde está Santiago Maldonado?

La Convención Internacional para la protección de todas las personas contra la Desaparición forzada firmada en París el 6 de febrero de 2007 en su Artículo 2 establece: “El arresto, detención, secuestro o cualquier otra forma de privación de libertad por agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúan con su autorización, apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de la negativa a reconocer dicha privación de la libertad o del ocultamiento de la suerte o el paradero de la persona desaparecida, sustrayéndola a la protección de la ley”.

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, dijo con mucha liviandad que “en Argentina hay todos los días personas que desaparecen”. Entonces, no hay impericia en este caso. Sería falso plantear que no tiene las condiciones para encabezar ese Ministerio. No es que no le sale actuar a derecho, respetando los Derechos Humanos. No le sale porque no quieren respetar los Derechos Humanos. Al contrario, es claro el objetivo respecto a la protesta social. ¿Cuáles los intereses que persiguen? Naturalizar el Estado policial  e infundir miedo, quietud.

Como cantaban Los Piojos en plena década del ´90: “pistolas, que se disparan solas / caídos, todos desconocidos / bastones, que pegan sin razones/ la muerte es una cuestión de suerte”.

A esa avanzada cultural que el Gobierno se propone acrecentar cada vez más, nosotros le respondemos con organización social y política. En la calle seguiremos reclamando las necesidades de nuestro pueblo y en el Congreso seguiremos generando la mayor unidad  de criterios para llevar a cabo leyes fundamentales como la Emergencia Social –aprobada en ambas cámaras- y el tratamiento de la Emergencia Alimentaria. El megáfono represivo del Gobierno se hizo escuchar una vez más en su intentona de generar un enemigo social: “Estamos preparados para despejar los cortes”, dijo Patricia Bullrich a principio de año.

La fórmula del Gobierno funciona así: generación de más pobreza a través de la pérdida de empleo, el aumento de precios en alimento y servicios; justificación de una futura represión, criminalización de la protesta social, la represión televisada y los argumentos de opinólogos para legitimar la violencia.  Santiago es víctima de ese mecanismo en donde la víctima queda expuesta como victimaria. Pierde su identidad porque el Gobierno se encarga con precisión quirúrgica de armar falsos debates para que a la sociedad no le interese qué le pasó o si le pasó algo es porque algo hizo.

¿Dónde está Santiago Maldonado? El Gobierno lo sabe. Patricia Bullrich lo sabe.

*Jefe de Bloque de Diputados Movimiento Evita – Vicepresidente de la Comisión de Derechos Humanos. Twitter: @Leonardo_Grosso