¿Qué pasa si no hay PASO? Capítulo LLA y PRO
La eliminación de las primarias está sobre la mesa y parece encaminarse a conseguir consenso en todas las fuerzas. Diagonales analiza el impacto político que tendría en el oficialismo y en la oposición uno de los cambios electorales más importantes en más de una década.
Uno de los mandamientos inamovibles en la administración de La Libertad Avanza, entre tantas máximas que el acceso al poder por parte de los “libertarios” hizo que volaran por los aires, consiste en hacer el trabajo “sucio” en el verano. El propio presidente Javier Milei fue sincericida al respecto: "era importante hacer el ajuste en vacaciones para que la gente no se enterara".
Además de la devaluación de diciembre anunciada por el ministro de Economía Luis “Toto” Caputo, con una inflación que llegó al 25 por ciento y un combo recesivo colosal de motosierra y licuadora, la agenda del Gobierno se centró durante los meses estivales en el tratamiento en el Congreso de la Ley Bases. Esto le dio la arquitectura legal para llevar adelante su plan de gobierno aperturista y de imponente transferencia de ingresos contra los sectores trabajadores.
Concluido el último día hábil de noviembre, ahora el parlamento vuelve a ser el escenario elegido por el oficialismo para la “batalla del verano”. Esta vez, serán temas más puntuales pero que centrales para un segundo año de gestión marcado por la contienda electoral.
En un antecedente que parece llevar todos los caminos a empeorar la relación con la principal fuerza política de la oposición amigable que le dio sostén en el primer año de mandato, el Gobierno fija el tratamiento de la reforma política como prioridad en la agenda parlamentaria de sesiones extraordinarias. Ya lo había intentado sin éxito en una primera versión de la Ley Bases.
De acuerdo a lo que señalan a Diagonales dentro del equipo de Javier Milei, todavía siguen evaluando qué otros temas se impulsarán durante el próximo trimestre en el Parlamento. Van a medir las consecuencias y el impacto político de los temas que se debatirán en el recinto.
En esa diatriba giran la privatización de Aerolíneas Argentinas, la incorporación del juez Ariel Lijo y de Manuel García- Mansilla a la Corte Suprema de Justicia. Totalmente descartado quedó el tratamiento del Presupuesto 2025.
Pero lo que es central para la administración “libertaria” es la discusión para cambiar la Ley Nº 26.571 de Partidos Políticos del año 2009, que entre otras modificaciones al sistema incorporó las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) al calendario electoral.
La reforma del régimen de partidos políticos plantea también mayores límites a los partidos para poder presentarse a una elección, subiendo el piso de afiliados y del número de jurisdicciones nacionales donde cada partido debe tener representación, y estableciendo la obligatoriedad de sacar más de un 3 por ciento de los votos en las últimas elecciones para poder volver a presentarse. En la oposición le recriminan al Gobierno que con estas modificaciones no podría haberse conformado como fuerza nacional y haberse presentado en las elecciones que catapultaron a Javier Milei a la presidencia.
Pero en definitiva, la iniciativa diseñada por el asesor estrella- sin cargo Santiago Caputo tiene efectos políticos potentes que esperan que sean irreversibles para las otras fuerzas políticas. Desde “Las Fuerzas del Cielo·” buscan desarmar los pocos espacios de referencia del exJuntos por el Cambio, y asestar la estocada definitiva al expresidente Mauricio Macri.
La eliminación de las PASO le significaría al elenco amarillo una desorientación que liquidaría cualquier posibilidad de encauzar orgánicamente su dinamitada interna desde el cimbronazo electoral del año pasado. Si se llegara a aprobar esta normativa electoral, Mauricio Macri y su tropa perderían capacidad de negociación frente al “Jefe” Karina Milei.
Navegando en su impotencia electoral, porque en el mejor de los casos el PRO puede arañar los diez puntos a nivel nacional, en el partido que fundó Macri insisten en que su papel es el de seguir mostrándose como punto de apoyo para el Gobierno, si el rumbo de la gestión naufraga.
Es por eso que la catarata de críticas que asestaron Macri, otros miembros del PRO y sus operadores mediáticos afines contra el oficialismo por la agenda “anticorrupción” esta semana cuando nuevamente quedó en el olvido el tratamiento de la ley de “Ficha Limpia”, teledirigida para la situación judicial de la expresidenta Cristina Kirchner, deberán subsanarse rápidamente. Al menos hasta el mes de marzo, cuando se prevé un punto de quiebre, para saber si el partido amarillo seguirá siendo aliado incondicional de LLA o se pasa al bando de una “oposición” más consistente.
Creen en el círculo de “leales” de Caputo, del espacio de las Fuerzas del Cielo, que el PRO es una “cascara vacía”, que tiene los días contados en la política nacional, y que no hay que darle concesiones, ni acercándolos a la gestión del gobierno de LLA, como sacudió el propio Caputo en las últimas horas. Tampoco quieren darles un metro para que puedan rearmarse, lo que podría hacer que el oficialismo perdiera puntos que, por ejemplo en el caso de la Provincia de Buenos Aires, lo colocarían lejos del peronismo.
La influencia de la tercera punta del “Triangulo de Hierro” de poder en la Argentina fue decisiva para desterrar los planteos de los gobernadores del exJuntos por el Cambio, avivados por Macri, que no pudieron arrancarle al Gobierno ninguna modificación al Presupuesto. Ni mucho menos, como insinuó el expresidente, que el Gobierno se comprometiera por escrito que van a cumplir con las transferencias de fondos, que vienen retaceando, a las provincias aliadas. Los reveses para Macri continúan: los gobernadores ya negocian a título individual cada cual por su cuenta.
Pero la estocada definitiva para Macri y su círculo es efectivamente lo que sucedería sin las PASO. Eso ocurriría si la secretaria General de la Presidencia y hermana del Presidente, Karina Milei, mantiene el poder de la lapicera para ordenar las listas del año que viene, fagocitando al elenco amarillo. La otra opción para Macri puede ser el salto al abismo, afrontar la elección yendo por separado y perder lo que le quede de apoyo “genuino” de sus votantes.
Para la primera plana del PRO es a todo o nada. Si se mantuviera la posibilidad de internas, Macri contaría con una poderosa herramienta de presión, para competir en algunas provincias. La casi nula estructura de LLA en muchos distritos demostró tener una estructura nula o pobre, es la carta para que el expresidente pueda jugar y copar listas “violetas”. O incluso le daría margen para acordar con mejores perspectivas para sus candidatos a diputados y senadores.
“Eliminarlas, de ninguna manera”, plantearon a Diagonales desde el equipo del titular del PRO en la Provincia de Buenos Aires y líder del bloque amarillo en Diputados, Cristian Ritondo, esta semana, luego de la crispación entre las fuerzas de la derecha argentina.
Ritondo, alfil de Macri que fue sondeado para la presidencia de la Cámara de Diputados antes de la asunción de LLA en el Poder Ejecutivo, y también ahora, antes de conocerse que Martin Menem renovará su cargo al frente de la Cámara baja, había querido anticiparse a la jugada del oficialismo con respecto a la aplicación de las primarias.
Junto con otros ProLibertarios como Diego Santilli, Martín Yeza y Alejandro Finocchariaro habían presentado su propio proyecto de "Primarias Abiertas y Simultáneas", que eliminaban la obligación de concurrir a votar, que no sería sancionable. También incorporaban que se pudieran celebrar las primarias en los distritos donde había condiciones para la presentación de precandidatos por la totalidad de las categorías de cargos electivos.
Pero las mediatintas en la Argentina, como suele ocurrir, quedan en el tintero. El aluvión “libertario” de eliminación de cuajo de las PASO, nuevamente los dejó en offside.
En el campamento amarillo ven seria la posibilidad de que confluyan los intereses de buena parte del peronismo de eliminar las PASO con la agenda del Gobierno, y los votos se enfilen por la misma senda. En el PRO lo ven como otro pasó de la sintonía negociadora entre los dos polos de la nueva grieta de la política argentina: no tratamiento de ley de Ficha Limpia, designación de Ariel Lijo en la Corte y confluencia por la eliminación de las primarias.