A mayor cercanía de las elecciones, mayor es la intensidad de la pelea entre sectores políticos. Así se palpita hacia un lado y otro de la grieta, desde donde se cruzan acusaciones mutuas sobre qué bando político puso a la Argentina por encima de los 1000 puntos de riesgo país.

Es que tanto macrismo como kirchnerismo apuntan el dedo al adversario respecto del nuevo pico en el índice que grafica la desconfianza y riesgo de los mercados para realizar cualquier acuerdo o inversión en Argentina. Lo cierto es que mientras la inflación, el desempleo y el estancamiento productivo no dan tregua, la incertidumbre social y económica crece día a día en el país, y los dos grandes competidores por la victoria electoral buscan capitalizar como sea el malhumor social.

“El riesgo país es Macri. Macri es quien lleva a que los acreedores externos se den cuenta que es imposible cobrarle a la Argentina”, fueron las palabras del legislador porteño de Unidad Ciudadana, Leandro Santoro, quien apuntó los cañones contra el Presidente. “Cristina fue mesurada cuando dijo: ‘Si alguien me pidiera que definiera a Macri en una sola palabra, la única que se me ocurre es: caos’”, fue la publicación en twitter de la intendenta de La Matanza, Verónica Magario, bajo el hashtag “Riesgo País”.

Ampliar contenido

En esa misma línea, se sumó la diputada Nacional Fernanda Vallejos quien definió: “Estamos arrancando la primera sesión ordinaria del año, mientras las políticas de Macri están haciendo estallar la economía nacional”, también en referencia al Riesgo País.

Ampliar contenido

En sintonía con una escalada del dólar, que en las últimas horas superó los 46 pesos, el kirchnerismo no dejó escapar la noticia que en los últimos días se instaló en todos los medios sobre el delicado tambaleo económico que ahora encara el Gobierno, todavía con varios meses de gestión por delante hasta llegar a octubre.

No obstante, Cambiemos no se quedó atrás y salió a contraatacar en medio de la debacle. “El riesgo país sube porque el mundo cree que los argentinos quieren volver atrás”, respondió ayer Mauricio Macri, quien parece encaminarse a direccionar los dardos a “la pesada herencia” y redoblar la apuesta anticristinista de manera intensa. Esa misma intensidad repercutió esta semana cuando Macri señaló que “los chicos antes convivían con la mierda”, en un tono de crudeza que el mandatario jamás había adoptado.

Empujado por la necesidad de remontar la imagen, desde Casa Rosada apuestan a reforzar la polarización y atacar de manera directa a Cristina Fernández de Kirchner, quien hoy se perfila como la principal figura de la oposición.

Presionados por causas judiciales, operaciones mediáticas, discusiones internas y una temporada electoral que pide a gritos definiciones concretas, macrismo y kirchnerismo se suben al ring a enrostrarse de manera mutua la crisis que tiene en vilo a los 40 millones de argentinos. A meses de los comicios, el interrogante se abre sobre qué criterio moverá el voto de los argentinos: levantar a quien proponga un mejor futuro, o castigar al culpable de este presente incendiario.