“Toda empresa que tiene dos o tres trabajadores seguro despidió por lo menos a uno”
Los empleados de comercio alcanzaron un acuerdo por una suma no remunerativa del 13,5 por ciento trimestral, pero se teme por la pérdida de puestos de trabajo. El secretario General del sindicato en Lanús y Avellaneda y actual concejal, Orlando Machado, en charla con Diagonales, se descargó contra el ajuste que viven los trabajadores dentro del gremio más grande de la Argentina. También planteó su mirada sobre la Ley Bases y la interna peronista.
La Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), la Unión de Entidades Comerciales Argentinas (UDECA) y la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (FAECyS) suscribieron un nuevo acuerdo paritario trimestral.
El convenio implica un incremento salarial de 13,5 por ciento sobre las escalas de las remuneraciones básicas que se abonarán en tres tramos no acumulativos: 5 por ciento desde junio, 4,5 por ciento desde julio y 4 por ciento desde agosto.
A pesar de la cuestión salarial, la principal preocupación dentro del gremio mercantil, el más grande del país, que cuenta con 1.200.000 afiliados, vira hacia el problema del desempleo. En el Conurbano supera en más de dos puntos el promedio nacional y se ubica casi en el 10 por ciento.
Diagonales charló de este tema con el secretario General del sindicato en Lanús y Avellaneda y actual concejal por el distrito que conduce Jorge Ferraresi, Orlando Machado, que tiene su monobloque pero mantiene una alianza con el intendente. También se refirió a la reforma laboral que incluye la Ley Bases, y el futuro del peronismo.
¿Cómo ven la cuestión del desempleo en sus distritos?
-Estamos muy preocupados. Nosotros sufrimos el cierre de grandes operadores, grandes supermercados. Uno fue la distribuidora Diarco en Lanús, que además venía de un proceso de vaciamiento también en Berazategui. Se perdió la fuente de trabajo para casi 30 trabajadores. Arreglamos las indemnizaciones para los trabajadores. Lo mismo pasó con Chango Más, propiedad del grupo De Narváez en el shopping del Alto Avellaneda, que tienen un local con ciento treinta trabajadores y hubo que lamentar los despidos de 23 trabajadores. Allí había dos situaciones. Una era la posibilidad de implementar cambios de turno, y se dieron pero en muy poca cantidad, y la otra situación fueron los despidos, con indemnizaciones que no alcanzan, y que fueron en algunos casos del 120 por ciento
¿Este problema también afecta a otras empresas por fuera del rubro de supermercados?
-Hay otra situación que se dio en otra de las grandes empresas como Archivos Activos, que se dedica a la construcción de mobiliario para oficinas. Esta firma tiene entre sus clientes al Estado nacional. Les cortaron absolutamente todo y la incidencia en su facturación total era cercana al 30 por ciento. Tuvieron que cortar los contratos que tenían, lo cual implica más despidos. Dieron de baja al personal contratado que tenían como temporarios. Ahí fueron otras 20 cesantías.
Si esto pasa en las grandes empresas, qué queda en los centros comerciales a cielo abierto de la zona, como Las Flores, Cabildo, la 9 de Julio, 25 de Mayo en Lanús. Toda aquella empresa que tiene dos o tres trabajadores, seguro que ha despedido por lo menos a uno.
Entonces se infiere que nadie está tomando gente…
-De todas las empresas de Lanús y Avellaneda no hay una sola que esté tomando gente. Así de preocupante es la situación. Yo también soy concejal de Avellaneda. Acá tenemos más de tres mil viviendas paradas. En muchos casos estaban con un avance de la ejecución bastante importante, y están paradas. ¿Cuántos trabajadores de la UOCRA han sido expulsados literalmente del círculo virtuoso de la economía? Es gente que no consume, que no tiene salario, no gasta.
Y los costos cotidianos por las nubes…
-Ha sido tan brutal el ajuste, las tarifas, la devaluación, que nada alcanza. Ahora estamos con el nuevo acuerdo trimestral de paritarias, con aumentos del cinco por ciento, cuatro por ciento, para los meses de junio, julio y agosto. El Estado es “libertario” para un montón de cosas, pero las paritarias no son libres. No te homologan, si no estás dentro de la pauta que establece el Poder Ejecutivo. Se llenan la boca diciendo que tienen superávit pero si no le pagás a nadie obvio que lo vas a alcanzar. Esto de la obra pública es tremendo, es brutal. Se sabe que si vos no terminas los compromisos para finalizar las obras arrancadas, después termina siendo todo más caro
¿Cómo crees que se debería haber encarado los contratos del Estado en materia de obra pública?
-Si después de siete meses de gobernar todavía no pudiste armar un equipo para que monitoree este tema como corresponde se hace muy difícil. Hacé como comúnmente se denomina ‘beneficio de inventario’. La obra pública, ¿qué están haciendo? De acá para atrás se deberia revisar todo. De acá para adelante, hacer un contra certificado de obra. Pongamos a la gente a trabajar. La obra pública tiene el motor de la economía Argentina. Ojala que el gobierno nacional, que es el máximo responsable de esta situación, busque los consensos necesarios que nos permitan salir de esta tremenda crisis.
¿Cuál es tu mirada sobre el rol del Presidente?
-Dios quiera que este hombre se ilumine y empiece a hacer las cosas bien. Hasta ahora la verdad vemos que el ajuste no lo está pagando la “casta”. Cuando (Javier) Milei hablaba de la “casta”, no sé a quién se refería. Parecería que la “casta” somos todos.
¿Qué ves más como lo más preocupante de la reforma laboral incluida en la Ley Bases?
-Me preocupa mucho, por ejemplo, que hayan sacado el tema de las multas. Un empleador que retiene y no deposita podía ir preso, según la ley penal tributaria. Ahora, no van presos, no tienen multas. Imagina que un gran empleador que tenga veinte mil empleados en la Argentina por seis meses retenga los aportes a la seguridad social, sindical y obra social. No le pasa nada. Esa es una de las cuestiones más preocupantes, después la otra, la figura del monotributista colaborador. Sí nos van a meter monotributistas en los comercios de las grandes avenidas, va a haber mucha precariedad en el trabajo. Se va a precarizar todo. También nos preocupa el fondo de cese laboral. Tiene que ser algo muy claro quién va a administrar ese fondo.
¿Cuál es la salida que debe proponer el peronismo?
-En todos los canales en los que estoy participando planteo el tema de la profunda autocrítica que tenemos que hacer desde el peronismo. Milei no salió de la nada, nació en base a los reclamos de la sociedad. Eran justos reclamos porque se hicieron mal las cosas. Es momento de replantearse, de buscar nuevos liderazgos. No puede ser que sigan los mismos de hace cuarenta años. Desde nuestro espacio vamos a plantear la candidatura de (Jorge) Ferraresi para gobernador de la Provincia. ¿Hace cuánto que no hay un gobernador que haya hecho bien los deberes y que se haya preparado? Él fue secretario de obras públicas, fue por varios períodos intendente. Tengo y tuve diferencias políticas con él pero no puedo negar que ha hecho una gran gestión y la verdad que es hora de que la provincia de Buenos Aires tenga un gobernador de la provincia. Y que haya hecho los méritos suficientes, comprobables, que haya estado en la cosa pública y lo haya manejado bien. Así que me parece que puede ser uno de los que podría encarar esta renovación del peronismo como para volver a ser una alternativa creíble para las necesidades que tenemos los argentinos
A nivel nacional, ¿ves que el justicialismo debería encolumnarse detrás de Axel Kicillof?
-Creo que, en un contexto complicado, Axel revalidó su cargo como gobernador. También tenemos a Llaryora, por ejemplo, como gobernador de Córdoba. Parece que desde una liga de gobernadores, luego de una interna, podría salir quien conduzca. Si bien no es tiempo de descartar a nadie, no me veo siendo conducido por Cristina nuevamente. Hace falta tener la participación de todos. Yo no soy quien para señalar con el dedo a nadie. Pero sí siguiendo pautas que establezcamos entre todos. No con el dedo, eso no debería funcionar más. Evidentemente no funcionó en el pasado.