100 días de brutalidad con los jubilados
El Presidente ganó las elecciones prometiendo que el ajuste lo pagarían la casta y la política y no los “argentinos de bien”. Por fuera de esa categoría parecen haber quedado los adultos mayores del país, quienes hasta febrero pagaron el 43% del total del recorte en el gasto público.
Milei dijo en reiteradas ocasiones durante la campaña que el ajuste esta vez no recaería sobre la población sino sobre la casta. “Los argentinos de bien”, esa fórmula que el actual presidente encontró para construir una mayoría electoral prometiéndole que no pagarían los platos rotos de la política, parece haber dejado afuera a jubilados y pensionados, que hoy por hoy son los principales aportantes al recorte del gasto público.
“El ajuste lo está pagando 60% la casta y 40% la gente”. La ecuación la lanzó Javier Milei a fines del año pasado en la mesa de Mirtha Legrand y sobrevive hasta estos días, repetida por altas figuras del Gobierno y el propio presidente. Los números del ajuste muestran otra cosa. De cada 10 pesos que el Gobierno Nacional recortó en el primer bimestre del año del gasto público, 4,3 salieron de las partidas destinadas a jubilaciones y pensiones.
El dato surge de un informe publicado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), que consignó cuáles fueron las áreas que más recortes sufrieron en términos reales durante el primer bimestre del año. Según el IARAF, descontando la inflación, el gasto habría bajado un 36,4% en febrero en términos reales respecto al mismo mes del año pasado. Esto marca un ajuste aún mayor al que se registrara en diciembre (23,2%) y enero (30,1%). En otras palabras, el plan motosierra se profundiza. El acumulado del primer bimestre marca una caída interanual de 33,6%.
Si se observa la torta de la reducción total del gasto primario, que en el primer bimestre significó $3.869.000 millones a valores de febrero, el sector social que sufrió el mayor recorte fueron los jubilados y pensionados. Unos $1.682.000 millones, el 43% del recorte total, salió de la partida de jubilaciones y pensiones.
Javier Milei afirmó sin pelos en la lengua en una entrevista televisiva reciente que los jubilados son el segmento poblacional con menor nivel de pobreza. Quizás por eso el presidente tomó la decisión de que las jubilaciones quedaran congeladas en su primer trimestre de gobierno, y que reciban su primer aumento recién en marzo, percibiendo un incremento del 27,18% contra una inflación que en el mismo período superó el 70%. Así, la jubilación mínima pasó de $105.713 a $134.445, y el Gobierno estableció un bono de $70.000 para dejar el piso este mes en los $204.445.
Un dato que pega de lleno en el segmento de los adultos mayores y que permite dimensionar el drama que viven hoy en día es el aumento de los sus mayores consumos: alimentos y medicamentos. Los alimentos se dispararon casi un 30% sólo en diciembre y acumularon un 62% en el primer trimestre del Gobierno libertario. En la primera quincena de marzo se registraron más aumentos, cercanos a un 10%.
El de los medicamentos es quizás el mejor ejemplo del fracaso del modelo de la desregulación. Desde fines de noviembre (último mes en el que rigieron los acuerdos de precios con los laboratorios) hasta febrero, aumentaron un 110%, una suba de más de 40 puntos por encima de la inflación general. Esto provocó una caída del consumo de unos 10 millones de envases por mes en la Argentina, lo cual significa millones de ciudadanos abandonando tratamientos médicos. Entre ellos, los más afectados son los adultos mayores, para quienes los medicamentos representan una de las mayores porciones de su gasto mensual.
En medio de esta situación, el Gobierno viene dilatando la discusión por la actualización de la fórmula jubilatoria. El punto culmine de ese desprecio para con los adultos mayores fue el haber dispuesto todas sus herramientas de rosca y presión política para hacer caer la sesión convocada la semana pasada en la Cámara de Diputados para discutir y votar una nueva fórmula que permita que los jubilados no pierdan con la inflación.
Lejos del ruido de Twitter y sus ejércitos de trolls, lo real es que el ajuste lo está pagando infinitamente más el conjunto de la sociedad que lo que lo está haciendo la política. Y de entre todos los segmentos, el más castigado de todos es uno de los más vulnerables. Para el presidente Javier Milei y su gobierno, evidentemente, los jubilados con califican dentro de “los argentinos de bien”.