Dicen las malas lenguas que en la Argentina “todo es una joda”, y la política no es la excepción sino la regla: días después de haber cumplido su primer año como Presidente de la Nación, Javier Milei aseguró que analizaría dejar su puesto en la Casa Rosada para candidatearse en Italia, uno de sus destinos favoritos en el exterior, si se lo solicita el Gobierno local: “Si Giorgia Meloni me lo pide, sin duda consideraría ser Primer Ministro”.

Pasó exactamente 371 días en el poder y ya piensa en alternativas para irse: el presidente Milei parece haberse cansado de sentarse en el sillón de Rivadavia -aunque en el día a día prefiere utilizar los despachos de Olivos- y, como lo dejó en claro este lunes, no duda en evaluar opciones que lo lleven a potenciar su poder político, extenderse como “fenómeno barrial” y, de paso, cobrar en euros, una posibilidad que seguramente lo tienta.

En ese marco, el jefe de Estado admitió: “Si Giorgia Meloni me lo pidiera, sin duda consideraría ser Primer Ministro de Italia”. Antes, sin embargo, advirtió que debe “resolver algunos problemas en la Argentina mientras tanto”, si bien sus obligaciones no le impiden soñar con ocupar cargos ejecutivos en la administración del bonito país europeo junto a la actual mandataria local, una de sus aliadas internacionales más importantes.

La idea sonará por ahora delirante, pero lo cierto es que está un paso más cerca de poder volverse real gracias a la “ayudita” que Meloni le dio a su par argentino la semana pasada. Es que la Presidenta le otorgó a Milei la ciudadanía italiana “por descendencia”, en un acto arbitrario que bien le vendría a todas las personas que esperan pacientemente sus turnos para ser atendidos en los Consulados y Embajadas como los ciudadanos de pie que son.