Alberto Fernández envió un mensaje de respaldo a Scioli tras quedar afuera del juego electoral
En el marco del viaje diplomático que ambos emprenden a Brasil, el Presidente agradeció a Scioli por “deponer deseos personales y privilegiar el bien del país”
En medio de las repercusiones por el cierre de listas definitivo de Unión por la Patria, Alberto Fernández envió un mensaje especial de respaldo a Daniel Scioli, con quien ahora comparte un viaje a Brasil, en retorno a la actividad diplomática. El jefe de Estado realizó una publicación en redes sociales donde reivindicó el papel de Scioli en los debates internos de los últimos tiempos y le agradeció “deponer deseos personales y privilegiar el bien del país”.
“Rumbo a Brasil, junto al embajador Daniel Scioli, para seguir fortaleciendo la relación con el presidente Lula y nuestro país hermano. Daniel hizo un extraordinario trabajo para recuperar la relación que se había roto y lo continúa ahora con más y mejores acuerdos”, expresó Fernández vía twitter, con una foto ilustrativa de él junto a Scioli.
“Quiero agradecerle especialmente a mi compañero y amigo la generosidad y compromiso demostrado para deponer deseos personales y privilegiar el bien del país, como ha hecho siempre en su valiosa trayectoria”, agregó el mandatario como mensaje político en pleno momento de repercusiones por el cierre de listas.
Cabe recordar que Scioli decidió no sólo hacerse a un lado de su precandidatura para no condicionar la unidad detrás de Sergio Massa, sino que además decidió no aceptar lugares en ningún otro cargo ni puesto legislativo en el armado electoral de Unión por la Patria. Por el momento, las interpretaciones son amplias sobre cuál será el destino político de Scioli de cara a los años venideros.
En tanto, el saludo de Fernández también tuvo su guiño político de cara a la pulseada que dio Scioli contra la estructura del cristianismo, que hasta último momento presionó para evitar PASO y que cualquier precandidatura se baje en pos de la mentada “unidad”. En ese marco, Scioli fue la figura sobre la cual el albertismo jugó sus fichas para dar la pelea contra el kirchnerismo duro.