En una nueva embestida contra la obra pública, el Gobierno de Javier Milei disolvió el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (ENOHSA) que se encargaba de de garantizar la infraestructura necesaria para el acceso al agua potable en todo el país.

El decreto 1020/2024 ordenó la disolución del organismo que funcionaba como entidad descentralizada bajo la Secretaría de Obras Públicas del Ministerio de Economía, bajo el argumento de "promover una gestión más ágil y centralizada de las obras y proyectos hídricos".

El texto publicado en el Boletín Oficial, asegura que la medida busca "garantizar una mayor coordinación en las políticas de administración de los recursos" y asegurar que se utilicen de manera eficiente, evitando duplicidades. 

A partir de la fecha, el Ministerio de Economía traspasará “los recursos materiales y financieros del ENOHSA al ámbito de la Subsecretaría de Recursos Hídricos” con el objetivo de "ordenar y equilibrar las cuentas públicas, transparentar el gasto y lograr que los recursos disponibles se dirijan a quienes más lo necesitan".

El decreto presidencial establece un plazo de 30 días para completar todo el proceso de disolución del organismo y el traspaso de sus recursos. 

Por su parte, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, celebró el cierre de ENOHSA, al que calificó como un organismos que terminó “siendo un paraguas institucional para sostener un ejército de militantes rentados”. 

El funcionario sostuvo que el ente “se encarga de supervisar las obras de infraestructura hídricas”, pero señaló que “muchas eran de alcance municipal y provincial". 

"La obra publica se había convertido en un gran pasamanos donde ‘el que reparte se queda con la mejor parte’”, opinó. 

Bajo esa lógica, el ministro se ufanó del hecho de que Nación derivó “obras municipales y provinciales a esas jurisdicciones y solo retuvo 93 obras residuales”. Y agregó: “Fue así que habiendo heredado el organismo con 358 personas hoy ya lo había adecuado a 133.  Un grupo de estos supervisará la terminación de estas obras residuales”.

“La motosierra es un ingrediente esencial para poder bajarle la carga tributaria a todos los argentinos. Pero también es la mejor política anticorrupción, siendo éste un día especial para remarcar este punto”, completó.